El gobierno de Javier Milei dictó la conciliación obligatoria para el 30 de septiembre como respuesta a la amenaza de paro colectivos en el AMBA que lanzó la Unión Tranviarios Automotor (UTA). La medida de fuerza anunciada era por 48 horas, para el lunes y martes de la semana que viene, en el marco de la falta de arreglo salarial con las cámaras de transporte. Aun así, los representantes patronales ya anticiparon que pedirán la conciliación obligatoria a las autoridades, mientras siguen las negociaciones.
La disposición del Ministerio de Capital Humano que conduce Sandra Pettovello ordena que a partir de la medianoche del lunes 30 de septiembre se iniciará la conciliación obligatoria y que la misma se extenderá por el plazo de 15 días. "En función de esto no debería haber medidas de fuerza que afecten al público usuario debiendo el gremio acatar esta resolución ministerial", avisó a través de su cuenta de X la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA).
El anuncio de una posible medida de fuerza se produjo este viernes durante la reunión virtual que el sindicato mantenía con las cámaras transportistas a instancias de la Secretaría de Trabajo. Fuentes del sindicato conducido por Roberto Fernández confirmaron a El Destape que la posible medida de fuerza efectivamente está en carpeta, aunque agregaron que todavía "siguen las negociaciones", por lo que esperaban poder evitar que el paro se concrete.
La UTA pretende un aumento salarial del 9,4% retroactivo para agosto, lo que llevaría el básico a 1.160.000 pesos. En tanto, para septiembre piden llevar el básico a 1.200.600 pesos, en octubre a 1.242.621 pesos, en noviembre a 1.283.627 pesos y en diciembre, finalmente, a 1.322.136, lo que supondría un aumento del 24,7% respecto a julio. Sin embargo, las cámaras ya habían anticipado, en la previa de la reunión, que no aceptarían el pedido gremial.
Lo que en verdad ocurre es que, a su vez, la patronal no obtuvo lo que esperaba de parte del Gobierno. El último miércoles, las empresas se reunieron con autoridades de la Secretaría de Transporte bajo la expectativa de que se les reconozca o bien un aumento en los subsidios o bien una suba del boleto.
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Sin embargo, prácticamente no obtuvieron ninguna de las dos cosas. Este viernes, la Secretaría de Transporte apenas reconoció una suba del 11% en la estructura de costos del sector, que lleva la tarifa técnica (costo real del viaje) a 900 pesos, un número a todas luces insuficiente para las cámaras que reclaman una tarifa técnica de 1.300 pesos.
De hecho, con esa nueva cifra los subsidios de Nación subirán apenas un 0,2%. Ello, sumado a un aumento del 37% de los subsidios provistos por CABA y a una baja del 5,8% de los subsidios provistos por la provincia de Buenos Aires, arroja como cifra final una disminución del 0,5% de estos giros de dinero.
Al mismo tiempo, la AAETA señaló que "por ahora, no se informaron aumentos del precio del boleto para el mes de octubre". Es en este escenario, las cámaras argumentaron que se quedaron sin resto para ofrecer el incremento salarial pedido por la UTA. "Con este desfasaje entre los costos reales y los de la nueva resolución, las empresas de transporte deberán sostener los máximos esfuerzos para prestar sus servicios, sin alterar la calidad y seguridad", advirtió la cámara que conduce Luciano Fusaro. En cualquier caso, por ahora está descartada la posibilidad de un paro patronal, tal como habían barajado la cámaras para la madrugada del viernes. "Sería perder más plata aún", admiten desde las empresas.