“Sólo AfD puede salvar Alemania”, publicó Elon Musk este viernes en su plataforma X. El hombre más poderoso del planeta, dueño de una fortuna sin parangón en la historia moderna y asesor estrella del próximo presidente de Estados Unidos respaldó a Alternativa por Alemania, el partido neonazi que marcha segundo en las encuestas a un par de meses de la elección que determinará el próximo gobierno en el corazón de Europa, con un 19 por ciento de los votos.
Después de construir desde 2013 un amplio respaldo en zonas rurales, particularmente en el este del país, donde aún se sienten las asimetrías nunca atendidas tras la caída del Muro, AfD ahora busca tomar por asalto la arena digital para completar la maniobra de pinzas sobre la democracia alemana, apalancados en la retórica antiinmigrante y en el descontento con la marcha de una economía en problemas desde que se interrumpió el suministro de gas barato de Rusia.
Hace tres meses la extrema derecha se impuso por primera vez desde la II Guerra Mundial en una elección estadual. En Turingia, donde su líder, Björn Hocke, hizo campaña utilizando el slogan nazi Alles fur Deutschland, “Todo por Alemania”. Obtuvo el 32,8 por ciento de los votos pero no pudo formar gobierno porque los demás partidos se negaron a conformar una coalición con ellos. En el vecino distrito de Sajonia quedaron segundos, a un punto del triunfo.
Fue allí mismo donde el 5 de noviembre se llevó a cabo el arresto de siete personas (una más fue detenida en Polonia) por formar parte de una “organización terrorista doméstica” llamada Sächsische Separatisten, “Separatistas Sajones” con ideas “racistas, antisemitas y parcialmente apocalípticas”. De acuerdo a los documentos oficiales, “la organización sostiene sin dudas que Alemania está a punto de ‘colapsar’ y que el gobierno y la sociedad van a implosionar”.
En ese contexto, “el grupo pretende tomar control de ciertas áreas de Sajonia y potencialmente otros estados de Alemania Oriental, a través del uso de las armas, para establecer estructuras sociales y de gobierno inspiradas en el nacionalsocialismo”. Para tal fin, “de ser necesario, grupos poblacionales no deseados serán evacuados de la zona a través de una limpieza étnica”, aseguró la oficina del Procurador General Federal.
El informe agrega que “desde su origen, la organización ha hecho preparativos continuos para el cambio de gobierno, que percibían como inevitable y violento”. Para ello, “sus miembros repetidamente llevaron a cabo entrenamiento paramilitar en uniforme de combate”, incluyendo prácticas como “guerrilla urbana, manejo de armas de fuego y patrullaje”. En los allanamientos se encontraron pertrechos militares. Tres de los ocho arrestados eran miembros de AfD.
No fue la primera vez que ese partido se vio envuelto en tramas violentas inspiradas en la experiencia nazi. En diciembre de 2022 salió a la luz el plan para un golpe de Estado por parte de un grupo llamado Unión Patriótica, que desconoce la autoridad del gobierno alemán republicano y propone la refundación del Reich. Entre las 25 personas arrestadas estaba Birgit Malsack-Wilkermann, una exparlamentaria del bloque de AfD, y Christian Wendler, un dirigente del partido en Sajonia.
Desde marzo de 2020 el Poder Judicial clasificó a una facción del partido conocida como Der Flügel como una organización “con comportamiento extremista contra el orden libre democrático básico” e “incompatible” con la Constitución. Un año más tarde todo AfD recibió la clasificación de “presunto grupo extremista”. Desde antes, sus ramas locales eran investigadas bajo la misma presunción en varios estados federales, como los propios Sajonia y Turingia.
En 2022 se rechazó la apelación por considerar que existen “suficientes pruebas de comportamiento anticonstitucional dentro de AfD”. En mayo de este año se confirmó ese rechazo en instancia definitiva. Los jueces escribieron que hay “suficientes pruebas de que AfD está realizando esfuerzos dirigidos en contra de ciertos grupos poblacionales y contra el principio de la democracia. En 2023, la rama juvenil, Alternativa Joven, recibió la categoría de “grupo extremista confirmado”.
El “cinturón sanitario” que el resto de los principales partidos tienden alrededor de ellos a nivel nacional y estadual ya está siendo horadado desde abajo. La participación cada vez más importante de AfD en gobiernos y legislaturas locales obliga a los otros partidos a incluirlos en conversaciones. De acuerdo a un estudio de la Fundación Rosa Luxemburgo, entre 2019 y 2023 hubo más de 120 casos de cooperación a nivel municipal.
El apoyo de Musk al partido neonazi llegó a decenas de millones de cuentas en pocas horas. Un informe publicado esta semana por el Washington Post confirma que el supermillonario manipula el algoritmo de X para potenciar su propia voz. Es el usuario con mayor alcance de toda la red: sus posteos fueron vistos 133 mil millones de veces desde julio. Es una audiencia 15 veces más grande que la de Trump y 16 veces más que la de todos los miembros del Congreso acumulada.
Unas horas más tarde, en la capital de Sajonia, Magdeburg, un hombre subió a un auto y embistió contra la multitud que paseaba por el mercado navideño. Hubo cinco víctimas fatales, incluyendo un niño de 9 años, y más de 200 heridos. Desde su cuenta de X, Musk utilizó el atentado para imponer narrativas contra la inmigración y el islamismo, que es la agenda más atractiva de la ultraderecha. El sábado volvió a insistir con que “AfD es la única esperanza”.
Finalmente, fue detenido por el hecho un hombre de origen saudí, radicado en Alemania desde hace casi dos décadas, que en las redes sociales se manifestaba como anti-inmigración, anti-islámico y simpatizante de la ultraderecha neonazi. “AfD y yo combatimos el mismo enemigo para proteger Alemania”, escribió en Twitter en 2016. También tiene posteos apoyando a Musk. Su cuenta en X fue desactivada pocas horas más tarde y hoy no se puede tener acceso a esos mensajes.
La manipulación de algoritmos, el altoparlante de su propia cuenta y la usina de fake news que funciona en X son herramientas poderosas al servicio de las causas políticas de ultraderecha que Musk decide apadrinar a lo largo y a lo ancho del planeta. A cambio espera obtener negocios rentables, reformas desregulatorias y beneficios fiscales y aduaneros. Pero no es la única. El dinero sigue siendo un insumo clave para ganar elecciones. Y él tiene más que nadie en el mundo.
Esta semana estuvo en la residencia de Donald Trump en Florida reunido con el líder del partido de ultraderecha británica Reform UK, Nigel Farage. “Discutimos sobre dinero. Él no está en contra de darnos dinero”, dijo Farage a la salida. El Times de Londres le puso un número a esa conversación: serían 100 millones de dólares para que Reform llegue al gobierno. Es el doble que todas las donaciones que recibieron los partidos en las elecciones de este año juntas.
En 2023, Musk apoyó la campaña de Javier Milei. Esta semana el presidente argentino anunció el nuevo Plan Nuclear Argentino, que apunta a la construcción por parte de empresas privadas del reactores modulares pequeños (SMR, por su sigla en inglés) que sean capaces de abastecer la demanda de energía de datacenters para el desarrollo de Inteligencia Artificial que podrían instalarse en la Patagonia, aprovechando las vastas extensiones inhabitadas y el clima frío.
La locación y alimentación energética de estos edificios dedicados a alojar enormes computadoras es uno de los cuellos de botella que encuentran los gigantes de Silicon Valley para profundizar el desarrollo de la IA. Milei sueña con convertir a la Argentina en un polo global de esta tecnología facilitando ambas cosas, además de ofrecer el RIGI y una desregulación total para esas investigaciones, una combinación que no existe en ningún otro lugar del mundo.
“El plan nuclear no parece un plan nuclear sino un pedido de Silicon Valley”, anotó el investigador del CONICET y experto en Relaciones Internacionales Bernabé Malacalza en su cuenta de bluesky. “El anuncio huele a Musk”, agregó. Las implicancias de la decisión de Milei no pueden comprenderse cabalmente sin tener en cuenta que este mismo gobierno está desmantelando metódicamente un plan nuclear de matriz estatal con décadas de trayectoria y reconocido en todo el mundo.
Una pieza central de ese plan era la construcción del CAREM 25, un SMR con desarrollo cien por cien nacional que se encontraba en una fase avanzada en Lima, provincia de Buenos Aires. La obra civil se encuentra detenida desde marzo de este año y más de cien trabajadores del proyecto fueron despedidos. IMPSA, la empresa especializada en la producción de insumos para esta industria, fue la primera privatizada por el gobierno de La Libertad Avanza.
El desarrollo de SMR no es redituable para empresas privadas. Los únicos dos que están funcionando en el planeta fueron iniciativas estatales de China y Rusia. ¿Qué modelo será el que querrán construir los prometidos inversores en la Patagonia? Resulta inevitable la sospecha de que están interesados en apropiarse del trabajo de años de inversiones y desarrollo del Estado nacional para ponerlos al servicio de las grandes corporaciones tecnológicas de Silicon Valley.
“Si la cuestión pasa por desmantelar el CAREM y por otra parte abrir el juego a empresas privadas para que se instalen a producir reactores pequeños modulares en Argentina que sirvan de sostén para data centers que vengan a instalarse a las zonas frías de la Patagonia, en ese intercambio Argentina está desperdiciando un conocimiento construido a lo largo de los años con financiamiento del Estado y poniéndolo al servicio de Silicon Valley”, explicó Malacalza a El Destape.
Si el Plan Nuclear de Musk y Milei se completan, los datacenters y reactores podrán ser protegidos por las Fuerzas Armadas, gracias al oportuno decreto que en las vísperas fue publicado en el Boletín Oficial y que permite la intervención militar para intervenir en la defensa de “objetivos estratégicos”. Sólo eso explica la presencia del ministro de Defensa, Luis Petri, en el flamante Consejo Nuclear Argentino anunciado por el presidente Milei en su conferencia del viernes.