Si las vacunas y la recuperación económica son las dos cartas más fuertes que tiene el gobierno para salir airoso este 2021, el presidente Alberto Fernández llega a la apertura del año político, con su discurso ante la asamblea legislativa, con un puñado de buenas noticias para dar. Esta semana termina con la llegada de dos millones de dosis, más que todas las remesas anteriores acumuladas, lo que permitirá que finalmente escale el operativo de inoculación masiva. Además, a partir de marzo se espera que lleguen no menos de cinco millones por mes durante el resto de este año, lo que permitiría inmunizar sin grandes demoras a toda la población mayor de 18 años.
En tanto, el cierre de la paritaria nacional docente en casi 35 por ciento, con dos instancias de revisión durante el segundo semestre, junto al anuncio de los dos bonos que ayudarán al setenta por ciento de jubilados que menos gana a superar la inflación este trimestre pone en primer plano la voluntad del gobierno de que la reactivación económica llegue rápidamente al bolsillo de los argentinos más postergados, como condición, en pie de igualdad con el equilibrio macroeconómico, para gestionar la salida de la crisis. Esos dos temas serán los ejes principales del mensaje que dará Fernández mañana al mediodía en el Congreso, sin movilización popular por decisión política ante la suba de casos registrada en estos días.
Guzmán al rescate
En el gobierno están convencidos de que la ecuación económica va a acomodarse en los próximos meses y se llegará a la campaña electoral con resultados tangibles en los bolsillos de los argentinos. En ese sentido, los recientes anuncios sobre paritarias y jubilaciones se suman a las modificaciones en el impuesto a las ganancias para marcar que el Estado tiene la intención de ponerse al frente de la recuperación del poder adquisitivo de las clases bajas pero también de los sectores medios. Por supuesto que sin un acompañamiento, por las buenas o de otra forma, del sector privado las buenas intenciones caerán en saco roto. Los números provisorios de aumentos de precios de febrero indican que el final aún está abierto.
El equipo de Martín Guzmán, mientras tanto, pone todas sus fichas a la macro. En ese sentido, se destaca la consolidación del frente externo. Desde diciembre, el BCRA acumula tres meses de incremento de las reservas, que crecieron 1200 millones de dólares. Además, la brecha cambiaria se redujo 70 puntos porcentuales. Parte de ese fenómeno se debe a que están ingresando dólares al sistema financiero local a través de la herramienta del contado con liquidación, lo que marca un cambio de expectativa rotundo respecto a la primavera pasada. Eso permitió que la última semana se tomaran medidas para aliviar las restricciones de acceso al dólar para importadores, el “cepo” que más preocupa al gabinete económico.
Este alivio también permite encarar de otra manera las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. En esta semana, el presidente Fernández y el equipo de Guzmán ratificaron que no existe un límite de tiempo para buscar el acuerdo, incluso si se extiende más allá del mes de mayo. Esa misma holgura dio margen a que Guzmán planteara ante el G20 la necesidad de revisar las sobretasas que cobra el FMI a los países que contrajeron obligaciones “extraordinarias”, como las que tomó la Argentina durante el gobierno de Mauricio Macri. Otra noticia reciente, sobre la revisión autocrítica que hará el fondo sobre el préstamo otorgado a Macri, también da cuenta de las nuevas condiciones en ese diálogo.
Cuando pueda te vacuno
Con la llegada de los dos aviones de Aerolíneas Argentinas que, mientras lees esta nota, surcan el cielo uniendo Buenos Aires y Moscú, el país habrá más que duplicado su stock de vacunas en pocos días, señal de que los cuellos de botella políticos y logísticos que complicaron la provisión de casi todos los países del mundo en los primeros dos meses del año están quedando atrás, al menos para nosotros. No es un detalle que los casi cuatro millones de dosis que ya están en el país tengan tres orígenes diferentes: las rusas de Sputnik, las chinas de Sinopharm y las angloindias de Covishield. Son pocos los países que se aseguraron tres contratos diferentes y eso da cuenta del éxito de la estrategia oficial.
La asesora presidencial a cargo de la negociación con Rusia, Cecilia Nicolini, trae de su último viaje a Moscú dos excelentes noticias. La primera es el convenio para fabricar la Sputnik en Argentina, que incluirá la instalación de una planta del laboratorio Richmond en la provincia de Buenos Aires. El proceso demandará al menos dos años, pero dejará al país en una situación mucho más favorable ante la eventualidad de rebrotes o futuras pandemias. La segunda noticia es el compromiso de que en marzo se regularizará la provisión de vacunas a un ritmo de un millón por semana. Ese mes también llegarán otras 580 mil dosis de Covishield y está acordada con Sinopharm la compra de tres millones de dosis más.
De su viaje a México, en tanto, Fernández volvió con una certeza: los problemas de logística que hicieron de cuello de botella en México para completar el proceso de fabricación en conjunto de la vacuna de Oxford AstraZeneca ya quedaron atrás y a comienzos de abril estará lista la primera tanda, que por decisión política de los dos gobiernos y los inversores privados Carlos Slim y Hugo Sigman, se repartirán de manera proporcional entre todos los países de América Latina con excepción de Brasil, que no participa de este convenio. Según pudo averiguar a El Destape, de los 22 millones de dosis comprometidas para el país, en los primeros días de ese mes estarán disponibles más de cuatro millones.
El factor Slim
De tierras aztecas el presidente argentino se trajo otro botín, que surgió de la conversación que tuvo con Carlos Slim, el hombre más rico de América Latina y que salió de aquella reunión hablando maravillas de sus interlocutores. Además de hablar del programa de vacunas, para el que realizó la imprescindible inversión inicial, el presidente de Telmex, que opera en la región bajo el nombre de Claro, se fue satisfecho con las explicaciones que le dio el ministro Guzmán respecto a la regulación del mercado de telecomunicaciones y en vez de criticar los controles de precios, elogió que se tomaran medidas “para que todos tengan acceso a lo que es la era digital”.
Sin embargo otras dos novedades que se charlaron en esa reunión pasaron bajo el radar. Por un lado, la intención del empresario de desembarcar en la obra pública de infraestructura en la Argentina, a través del grupo Carso. Eso explica la presencia de Carlos Jarque, ejecutivo de Carso, en la primera de las reuniones de Fernández y su equipo económico con empresarios mexicanos, en reemplazo del hijo de Slim, Carlos Slim Domit, que está más vinculado a Telmex. Sin precisiones, se llegó a un compromiso para que el conglomerado comience a participar de las licitaciones en grandes obras de infraestructura que prepara el gobierno para los próximos meses y que son parte central del plan de reactivación.
Por último, Fernández y Slim convinieron que Claro hará las inversiones necesarias para ofrecer el llamado triple play: además de servicios de telefonía celular, en los que ya ocupa casi un tercio del mercado, comenzará a competir ofreciendo internet y televisión por vía satelital. Las ramificaciones políticas de este compromiso pueden ser explosivas. El Presidente dijo más de una vez que el problema de Clarín no se resuelve con otra ley de Medios sino con la ley de Defensa de la Competencia, pero hasta ahora nadie podía competir con el grupo encabezado por Héctor Magnetto. Slim, quizás, sea el único jugador en el continente que tiene el peso necesario para ocupar ese lugar. Traigan pochoclo.