El secretario general de la OEA, Luis Almagro, fue decisivo en el desconocimiento del triunfo electoral de Evo Morales en Bolivia en octubre de 2019 y en el aval al golpe que le sucedió días después. Lejos de sus días como canciller de Pepe Mujica, Almagro terminó de confirmar en ese momento su alineamiento con los halcones que manejaban la política exterior de Donald Trump, con los que también se abrazó el macrismo. La afinidad queda manifestada con las revelaciones de las últimas horas, pero también con las designaciones de Almagro de ex funcionarios de Juntos por el Cambio como Fulvio Pompeo, Santiago Cantón, Gastón Schulmeister o la propia María Eugenia Vidal.
Cuentan que el enojo del presidente Alberto Fernández con Almagro es mayor por su relación previa. Fernández viajó a Washington invitado por Almagro para su asunción al frente del organismo, en marzo de 2015. Luego, a fines de 2016, recibió de parte del secretario de la OEA el pedido para que visitara en la cárcel a Milagro Sala y le informara de primera mano sobre la situación de detención porque Macri le decía que no podía hacer nada al respecto. Pero luego llegó Trump a la Casa Blanca y las preocupaciones de Almagro cambiaron por completo. Por ejemplo, colocando a Venezuela como eje de su gestión e instando a la creación del Grupo de Lima, en el que Mauricio Macri se convirtió en uno de sus principales animadores. Tanto cambió que Mujica le escribió una dolida carta de despedida.
Los que conocen el entramado de la política regional aconsejan poner un ojo en la actuación del empresario argentino Gustavo Cinosi, un personaje oscuro tipo serie de Netflix, de ésas que le gustan a Macri. Como dueño del Hotel Sheraton de Pilar se acercó al gobierno de Cristina Kirchner y, durante aquella época, actuó como gestor de buenos oficios con Washington, donde parecía tener muchos "contactos". Hoy, Cinosi es asesor especial de Almagro y lo señalan como quien lo direcciona en su giro ideológico.
Lamento boliviano
Aquella vez que viajó para su asunción, Almagro le adelantó a Alberto Fernández que nombraría al argentino Cinosi como asesor. "¿Por qué lo vas a nombrar? Te vas a meter en un lío, ese tipo es millonario y nadie sabe de dónde saca la plata", le advirtió entonces Feernández. "Lo tengo que nombrar porque fue quien me consiguió los votos de los países de Centroamérica para ser secretario general", le respondió Almagro.
Para algunos Cinosi reporta a la CIA o a la DEA o ambas. Pero otros lo vinculan directamente con el ala más derechista del Partido Republicano que representan el senador Marcos Rubio y el anticastrismo de Miami. De allí surgió, por ejemplo, la operación política para que la presidencia del BID quedara en manos del asesor de Trump, Mauricio Claver-Carone, dejando en el camino las aspiraciones argentinas para nominar a Gustavo Beliz. Cinosi, aseguran en el Frente de Todos, fue determinante en el bochornoso papel desempeñado por Almagro en las elecciones bolivianas de octubre de 2019.
"Golpe de Estado hubo en Bolivia el 20 de octubre cuando se cometió un fraude electoral que tenía como objeto que se eligiera al ex presidente Evo Morales en primera vuelta", dirá Almagro en su reunión del Consejo Permanente de la OEA el 12 de noviembre de 2019. Almagro cuestionó el escrutinio porque se detuvo cuando a Evo todavía le faltaban unas décimas para conseguir los diez puntos de diferencia que le permitían ganar en primera vuelta y, al reanudarse, llegaron las mesas de las regiones campesinas e indígenas en las que ganaba con porcentajes con más del 90 por ciento. En esas mesas que Almagro descalificó por fraudulentas, un año más tarde Luis Arce sacaría todavía más votos que Morales, dejando todavía más en ridículo la denuncia.
Ahora sabemos que el mismo día que Almagro insistía con su denuncia y le daba un marco de legalidad internacional al golpe contra Evo Morales y a la persecución de sus ex funcionarios, el gobierno de Macri le enviaba pertrechos al gobierno de facto para colaborar con la represión del pueblo boliviano. En lo público, Macri se negaba a calificarlo de golpe y también a brindarle asilo a Evo, pese al pedido de Alberto Fernández, ya convertido en presidente electo.
Los vínculos del tándem Almagro-Cinosi con la gestión macrista eran fluidos a través del jefe de Gabinete, Marcos Peña, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y Fulvio Pompeo, el ex secretario de Asuntos Estratégicos y canciller en las sombras de Macri. Con esa certeza, no es tan difícil imaginar cómo puede haber surgido esa colaboración con la gestión naciente de Jeanine Añez, que necesitaba con urgencia sofocar el descontento popular para mantenerse en el poder.
Desde adentro
"Luis Almagro ha contratado a muchos ex funcionarios macristas. Fulvio Pompeo está trabajando en la OEA. A Vidal la nombró al frente de una misión. Ahí está el foco, desde ahí se lideraban las acciones para voltear a Evo Morales", comentó el diputado Eduardo Valdés en Radio Provincia, respecto a este vínculo estrecho que ahora toma nueva relevancia.
Efectivamente, Pompeo -que actualmente se desempeña como secretario de Relaciones Internacionales del PRO- fue designado en noviembre de 2020 jefe de la misión especial de la OEA en Guatemala. En tanto, el ex secretario de Derechos Humanos bonaerense durante la gestión de Vidal, Santiago Cantón, encabezó en febrero pasado una misión a El Salvador y fue jefe de observadores en las elecciones mexicanas de junio pasado. Gastón Schulmeister, ex funcionario del equipo de Patricia Bullrich en Seguridad, dirige el Departamento contra la Delincuencia Organizada Transnacional. Pero el contacto más notorio fue con la propia Vidal, quien antes de anunciar su candidatura a diputada hizo una visita a Washington donde se reunió con Almagro y oficializó su designación como jefa de la misión de la OEA para las elecciones en El Salvador.
Las relaciones son tan fluidas que casi parecen lo mismo. Quienes analizan la política internacional en el oficialismo aconsejan seguir las participaciones de Macri en los encuentros de la derecha. En mayo pasado estuvieron en Miami y recientemente en España. Aunque en Estados Unidos ya no gobierna Trump y la llegada de Joe Biden cambió un poco el aire -un poco-, la terminal a la que responden Almagro y su grupo parece estar en esos cónclaves de la derecha internacional, que cuentan con el apoyo de presidentes como Jair Bolsonaro, Iván Duque y Sebastián Piñera. La historia promete aportar nuevos capítulos.