Héctor Timerman falleció el 30 de diciembre de 2018. Falleció procesado gracias a la reapertura de la denuncia del fiscal Alberto Nisman que decidieron los jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos. Mientras Timerman peleaba contra un cáncer el juez Claudio Bonadio, al que Hornos y Borinsky le entregaron la causa, no lo dejaba salir del país. Y todo coincidía con las juntadas de Borinsky y Hornos con Mauricio Macri a definir el destino de ese expediente. Timerman los recusó 2 veces. Ellos mismos rechazaron el pedido. Ahora, con la revelación de El Destape de que Borinsky se juntó 15 veces con Macri y Hornos otras 6, su abogado presentó un escrito para insistir con su recusación y la nulidad de la reapertura de esa denuncia.
El párrafo anterior podría ser una novela de terror pero fue real y conforma uno de los capítulos más perversos de la persecución judicial desatada en la Argentina durante el gobierno de Macri. Timerman, ex canciller, acusado falsamente de conspirar para que se eliminaran las alertas rojas contra los imputados iraníes vinculados al atentado a la AMIA, murió sin saber de las reuniones de Macri con los ejecutores de su calvario judicial. Pero ahora se sabe.
El escrito lo presentó Alejandro Rúa, que defendió a Timerman junto a Graciana Peñafort. Recuerda que intentaron recusar a Borinsky y a Hornos en dos oportunidades y en ambas fueron los propios jueces los que rechazaron ese planteo. Un rechazo fue el 4 de noviembre y la segunda 10 días más tarde.
El argumento de los jueces para no apartarse fue que “no cabía admitir (…) pueda la defensa dudar de la imparcialidad” y que “la integridad de espíritu de los magistrados, la elevada conciencia de su misión y el sentido de la responsabilidad que es dable exigirles, pueden colocarlos por encima de cualquier sospecha de parcialidad”
Como siempre la cronología juega un rol fundamental. Hornos y Borinsky rechazaron apartarse el 4 y el 14 de noviembre de 2016. Fue entre la quinta y la sexta visita de Borinsky a la quinta presidencial para reunirse con Macri. Y Hornos fue a la quinta de Olivos el 9 de noviembre, en medio de los dos rechazos.
Pocos días después, el 23 de diciembre, fue la sexta visita de Borinsky a Macri en Olivos. No figura que hiciera deporte y estuvieron juntos dos horas. El 29 de diciembre Borinsky y Hornos decidieron la reapertura de la denuncia de Nisman. Los medios hemónicos presentaron a Borinsky y Hornos como los artífices de la reapertura de la denuncia de Nisman. No se equivocaban.
Con esa decisión, los camaristas le entregaron el caso a Bonadío, que había hecho una de sus habituales maniobras de armado de una causa paralela para luego absorber esta. Y apartaron del caso al juez Daniel Rafecas y a los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Freiler. Todos habían rechazado la denuncia de Nisman con un argumento claro: no había delito, las alertas rojas nunca se cayeron, no se conformó la Comisión de la Verdad que establecía el Memorándum de Entendimiento y, para colmo, Nisman tenía escrito un dictamen absolutamente inverso al que hizo público. Macri se ocupó de que Romina Manguel dijera en televisión que quería sacar a los tres de Comodoro Py. Con Ballestero y Freiler lo logró.
Con Bonadio llegaría la acusación de traición al a Patria contra CFK, Timerman y los demás acusados. Y la negativa de autorizar un viaje del ex canciller a Estados Unidos para un tratamiento frente al cáncer. El 17 de octubre de 2017 Timerman declaró ante Bonadio, con las pocas fuerzas que le dejaba su enfermedad terminal. Había pedido declarar antes pero Bonadio lo demoró. Su abogada Peñafort dijo: “Fue una tortura y una crueldad lo que hicieron hoy. Pedimos que declarara cuando todavía tenia fuerzas”. Terminó descompensado e internado.
Todo este derrotero cruel fue posible gracias a la intervención de los jueces Borinsky y Hornos, los habitués de Macri.
En su escrito el abogado de Timerman suma otro elemento cronológico importante. Que la decisión de reabrir la denuncia de Nisman, que tomaron el 29 de diciembre de 2016 a los pocos días de las sexta reunión de Borinsky con Macri, fue “apenas unos días antes de que concluía la subrogancia que ejercían temporariamente en esa Sala, apartando a todos los jueces que opinaban distinto a ellos”. O sea, se apuraron para cumplir con el pacto con Macri y que continuara la persecución contra CFK y Timerman en esta denuncia carente de fundamentos.
Pese a que el expediente ya se encuentra en otra instancia, la aparición de estos elementos nuevos que reveló la investigación de El Destape permiten que tanto la defensa del fallecido ex canciller como las de los otros acusados por Nisman y Bonadio planteen nuevas recusaciones y nulidades a todo lo que pasó. De hecho Carlos Beraldi, abogado de CFK, ya anunció que pedirá la nulidad de estas resoluciones. Lo mismo pueden hacer el resto de los acusados.