“Solemos decir que esto no es Rosario todavía, pero si nos descuidamos va a serlo en tres meses”. Las palabras del arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, detonaron una nueva crisis en el seno del gobierno de Juan Schiaretti, cuya gestión es cuestionada en materia de seguridad.
Las declaraciones de Rossi fueron consecuencia del ataque a balazos que días antes había sufrido el padre Mariano Oberlin en el centro de rehabilitación de adicciones que dirige en Campo de la Ribera, en donde viven 40 chicos.
Antes de la balacera, el sacerdote había cuestionado la creciente influencia de los narcos en el barrio, en especial con los jóvenes, a quienes le ofrecen “empleos” con remuneraciones superiores a los que ofrece el mercado de trabajo.
Tras el ataque, el arzobispo Ángel Rossi se manifestó en respaldo del sacerdote. “Es muy doloroso y lo que ha sucedido es símbolo casi en caricatura de lo que estamos viviendo, que no es sólo ahí y está generalizada en los barrios. Esa parte triste del manejo de la droga, de la violencia, no es nuestro pueblo, son algunos cebados seguramente por intereses de plata y que son los que nos hacen tanto daño”, expresó en radio Mitre Córdoba.
También reflexionó: “A veces uno de nuestros grandes errores es generalizar y decir que todo barrio sencillo tiene -voy a decir una palabra fea- ‘malandras’ y no es así, de ninguna manera, es gente laburadora. Son víctimas de estos grupitos menores”.
Además, lamentó la “sensación de impotencia” porque “se ha instalado el miedo”. “El miedo bloquea, hace que uno no hable, cierra puertas, nos hace tapar los oídos y los ojos por temor a que después vengan las represalias”, continuó.
Luego de la cruda descripción de la situación en los barrios, el arzobispo lanzó la frase que detonó en el gobierno de Schiaretti: “Solemos decir que esto no es Rosario todavía. Estamos en un momento donde casi depende de nosotros que esto no sea Rosario, pero si nos descuidamos va a serlo en tres meses o ya lo es, y será más descarado a la vista”.
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La respuesta del gobierno
Ubicado en el centro de las críticas por la creciente ola de inseguridad, la réplica gubernamental corrió por cuenta del ministro de Gobierno y Seguridad, Julián López, quien afirmó que “Córdoba no es como Rosario”.
De ese modo el funcionario buscó salir al cruce del arzobispo Rossi, quien había trazado la comparación con la ciudad santafesina. “Creo que Córdoba no es Rosario por todas las acciones que se llevan adelante” abundó López, y detalló las supuestas acciones que diferencian a la provincia con la ciudad portuaria: “Se adhirió a la ley de narcomenudeo, además se tomó una decisión de crear la FPA que no depende del poder político, además existe un fuero específico integrado por fiscales y jueces provinciales”, detalló
De todos modos, el funcionario reconoció que “se ve un incremento de la violencia urbana, de hecho la mayoría de los homicidios es por la violencia en los barrios. La policía lleva adelante un importante trabajo, más de 3200 personas se han detenido, el trabajo que hace la policía es muy fuerte, claramente hay que reforzarlo”, concluyó.