"Estoy preocupado por el conflicto en Neumáticos porque siguen pasando los días y no se resuelve", comentó el presidente Alberto Fernández en la cena que mantuvo el miércoles con Pablo Moyano y el resto de los referentes del Frente Sindical en la quinta de Olivos. Su preocupación se debía a que más temprano había hablado con el dueño de Fate, Javier Madanes Quintanilla, quien le había asegurado que ese día habría acuerdo y la jornada estaba terminando sin novedades. El secretario adjunto de Smata, Mario "Paco" Manrique, dijo que tenía relación con el secretario de Sutna, Alejandro Crespo, y entonces con Pablo Moyano se comprometieron a intentar buscar una solución. El jueves a la mañana mantuvieron la primera charla con Crespo e iniciaron una negociación reservada paralela a la que se llevaba adelante en el Ministerio de Trabajo, que concluyeron a las 4 de la mañana del viernes, cuando se suscribió el acuerdo.
Pablo Moyano, Paco Manrique, Omar Plaini, Juan Pablo Brey y demás integrantes del Frente Sindical para el Modelo Nacional fueron invitado el miércoles a la noche a Olivos como forma de recomponer el vínculo, luego de que no fueran invitados el lunes a un cónclave parecido con los otros secretarios generales, Héctor Daer y Carlos Acuña, y su grupo. Moyano -que amagó con renunciar a su cargo en la CGT- acercó una propuesta de cinco puntos para mejorar la situación de los trabajadores. Por ejemplo, planteó extender el pago de asignaciones familiares y la necesidad de un aumento de suma fija para ayudar a los salarios más bajos a recuperar poder adquisitivo. Es una de las diferencias que muestra este sector respecto al de Daer y Acuña, que no quieren saber nada con aumentos por decreto e insisten como única opción mantener vigente la reapertura de paritarias.
También habían mostrado diferentes posiciones respecto al extenso conflicto en Neumáticos. Moyano había recibido a la conducción del Sutna para darle su apoyo mientras que Daer y compañía le había expresado al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, su desacuerco por la forma en que se había manejando, argumentando que le había permitido ir demasiado lejos a Crespo, de filiación troskista.
Así, también fue distinta la reacción de Moyano y Manrique cuando escucharon la preocupación del Presidente por las dificultades que existían para cerrar una negociación que había vuelto eterna, con las partes cada vez más enfrentadas y con un conflicto que había comenzado a crecer, de manera de alterar también a otras ramas de la industria. Los sectores de transporte y automotor -a los que pertenecen Moyano y Manrique- aparecían ya como afectados y el ministro de Economía, Sergio Massa, había amenazado con abrir la importación de neumáticos si no se llegaba a una solución.
El jueves a la mañana, mientras el ministro Moroni comenzaba algunas conversaciones informales con los dueños de Fate, Bridgestone y Pirelli en la sede del ministerio, Moyano y Manrique se reunieron con Crespo para poner en papel la primera propuesta en base a la que se podría llegar a un acuerdo. Con esos números, Moyano, Manrique y Plaini se trasladaron a la Casa Rosada a eso de las 15 para reunirse con el Presidente, una visita que ese jueves generó mucha curiosidad porque no se entendía de qué podían tener necesidad de hablar apenas unas horas después de haber estado cenando en Olivos. No se conocía que estaban metidos de lleno en la negociación que ya desvelaba al Gobierno, al sector empresario e, incluso, afectaba la situación interna de la CGT. La Casa Rosada no compartía la línea dura que había buscado instalar Massa con sus advertencias y jugaba sus fichas a la negociación.
Fernández se comunicó entonces con Madanes Quintanilla, dueño de la única firma nacional que fabrica neumáticos, para transmitirle la propuesta que había armado Crespo con Pablo Moyano. El dueño de Fate limó un poco los porcentajes, con lo que quedó la base del acuerdo que se terminó de cerrar unas horas más tarde, durante la madrugada del viernes, concluyendo de manera exitosa esa negociación paralela. En el acta firmada por las partes se comprometieron, por un lado, a mantener el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores del gremio y, por el otro, a no llevar adelante medidas que pudieran afectar "la paz social" ni la cadena de producción de las empresas. El acuerdo comprendió no sólo la recomposición para el período 2021-22 sino también un esquema de incrementos mensuales que abarcan hasta julio del año que viene.