El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) y la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) reciben fondos del Departamento de Estado, vía Embajada de Estados Unidos, en concepto de "subsidio" y como parte del "Programa de Diplomacia Pública".
Ambas asociaciones de periodistas y medios argentinos ya habían percibido transferencias de parte del gobierno de EEUU en 2009 y 2010. Tal como indica el registro oficial de asignaciones económicas usaspending.gov estas parecen haber vuelto a la escena durante el ocaso del macrismo y el advenimiento de la gestión Fernández-Fernández. En esta ocasión las sumas otorgadas rondan los 4,5 millones de pesos (23.990 y 21.640 dólares) y están fechadas a principios de septiembre, siendo FOPEA y ADEPA , respectivamente, sus destinatarios directos.
Es conocida la inclinación política de estas entidades en favor de medios, periodistas, partidos y figuras políticas relacionados con la derecha local y los intereses regionales de EEUU. Sus últimos comunicados "FOPEA expresa su preocupación por las descalificaciones del diputado Máximo Kirchner hacia la prensa", “75° aniversario de Clarín: Una voz independiente en el paisaje cultural argentino” y pronunciamientos sobre la censura o la libertad de prensa en Cuba, Nicaragua y El Salvador demuestran el apego a esta agenda.
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Pero estos organismos no solo emiten pronunciamientos sobre cuestiones coyunturales, sino que también se encargan de organizar distintas instancias de formación e incentivo para periodistas y medios locales. Aunque, en términos generales, este tipo de actividades no representen prácticas periodísticas nocivas en sí mismas, es real que muchas de ellas terminan enmascarando los verdaderos objetivos políticos de esta clase de financiamientos.
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Desde hace años Washington está preocupado por la incidencia que ciertos medios de comunicación y redes sociales tienen en el público latinoamericano. Detrás de una fachada de “lucha contra la desinformación y las fake news” o “la protección de la actividad de prensa”, diferentes proyectos estadounidenses vienen tratando de deslegitimar, no las noticias con datos incomprobables y de dudosa verificación (o a quienes las publican), sino aquellas que contienen información contraria a sus intereses y pueden influir en sectores sociales varios. Dentro de esta estrategia pueden incluirse muchas campañas y foros que promueven las asociaciones receptoras de sus subvenciones.
Según indica el sitio oficial sam.gov, el “Programa de Diplomacia Pública” del Departamento de Estado (desde donde parten las asignaciones mencionadas) tiene como fin "apoyar el logro de las metas y objetivos de la política exterior de los Estados Unidos, promover los intereses nacionales y mejorar la seguridad nacional al informar e influir en el público extranjero, expandir y fortalecer la relación entre el pueblo y el gobierno de los Estados Unidos y los ciudadanos del resto del mundo".
Lejos queda la imparcialidad, la protección de la ética profesional y la independencia de la industria periodística que se adjudican a sí mismas dichas asociaciones al recibir dinero dirigido a la estrategia y la propaganda gubernamentales de una potencia extranjera.