Macri contó cómo sería su "segundo tiempo": Estado neoliberal y mano dura

En un adelanto de su libro "¿Para Qué?", celebró "el resurgimiento del ideario liberal" y expuso con detalle cuáles serán las medidas que hay que tomar si él o su fuerza vuelven al poder.

10 de octubre, 2022 | 10.52

El ex presidente Mauricio Macri radicalizó su discurso hacia la derecha. En un adelanto de su libro "¿Para Qué?", el fundador del Pro profundizó su discurso antiEstado y advirtió que "el populismo light no es una opción". Este lunes, el diario La Nación publicó un capitulo del segundo libro de Macri. Allí, el ex mandatario planteó que no se puede llegar al gobierno "con prejuicios ideológicos de ningún tipo", que "habrá que tomar decisiones drásticas" y adelantó cuáles serán: un Estado liberal mínimo, una política de mano dura y reformas estructurales con el objetivo de quitar derechos y desregular.

En lo más parecido a una autocrítica de sus cuatro años de gestión, el fundador del PRO señaló "aquel 'buenismo' que algunos señalaron durante nuestra gestión, no va más". Para dejar claro el camino que él y su fuerza deberían seguir, en caso de ganar las elecciones el año próximo, describió una a una las medidas más importantes que deberían tomarse. 

Dijo que uno de los ejes de su administración se basará en una “reducción drástica del gasto público”, aún más grande que la de su primera Presidencia. Esto significaría, despidos masivos, por un lado -"Cada ministerio, cada área, cada repartición pública deberá impulsar todas las reducciones que sean necesarias de manera urgente e inmediata”-, privatizaciones, por otro -“Existe una larga lista de empresas públicas que deberán pasar a ser gestionadas por el sector privado sin excepciones, o que deberán ser eliminadas”- y terminar o al menos reducir los incentivos a la industria nacional -“Construir una economía abierta y aprovechar las oportunidades que tenemos en el mundo para nuestros productos, sin que esto se traduzca en subsidios”.

A la par, dejó claro que apostará por una apertura total del comercio exterior:  “El nuevo gobierno no estará en condiciones de seguir defendiendo el proteccionismo a costa de los bolsillos de los consumidores”, escribió y agregó: “Nuestras industrias tienen que saber que su tiempo para ser competitivas está llegando a su fin”.

En cuanto a las reformas estructurales que impulsará, apuntó abiertamente a dos: la laboral y la previsional. “Debemos tener la valentía de terminar de inmediato con legislaciones obsoletas en materia laboral, sindical, previsional y fiscal”. En el pasado, el macrismo hizo público su apoyo a volver al sistema privado de AFJP, en lo previsional, y eliminar o limitar los convenios laborales, en términos de derechos de los trabajadores.

Y en este punto se entrecruzan la política económica que propone Macri con su programa de mano dura: "El derecho de protesta debe encontrar un límite", sentenció. 

Sostuvo que la dirigencia política ha sido “demasiado tolerante con aquellos grupos que le complican la vida” con cortes y protestas, y advirtió: “Tendremos que replantearnos, la sociedad y sus líderes, la política en materia de cortes de calles y rutas.” “No existe ninguna posibilidad de que continuemos asistiendo al triste espectáculo de fuerzas de seguridad que no actúan”, aseguró, dejando claro que no dudarán en reprimir a las protestas. “Deberemos terminar para siempre con los extorsionadores de la paz social”, agregó. 

Durante el capítulo difundido este lunes, el ex mandatario volvió una y otra vez a la crítica de las manifestaciones callejeras, los piquetes y cualquier otra medida de fuerza que afecte al espacio público. “Las calles son de todos los ciudadanos y todos tienen derecho a transitarlas. El derecho de protesta debe encontrar un límite cuando perjudica a terceros”, escribió y luego agregó casi en forma de amenaza para los movimientos sociales:  “Terminaremos con los gerentes de la pobreza. La intermediación parasitaria en materia de distribución de ayuda tiene que terminarse.”

Sobre la política exterior, también marcó un rumbo: reeditó su discurso de "volver al mundo", que tanto repitió durante la cumbre del G20 en Buenos Aires, aunque este presunto logro nunca se tradujo en la lluvia de inversiones externas que prometió. 

"El mundo no confía en la Argentina. Lo anuncié en 2019 tras el éxito del kirchnerismo en las elecciones primarias. El kirchnerismo convirtió a nuestro país en un estafador serial ante todos los que confiaron su dinero e invirtieron", escribió y dejó entrever que en el exterior prefieren que gane él: "El mundo querrá, con toda lógica, ver primero con sus propios ojos la sustentabilidad y el compromiso genuino del nuevo gobierno."

El viejo discurso anti Estado

En su libro profundizó su prédica anti Estado. "El populismo nos trajo hasta aquí con su mensaje repetido hasta el hartazgo, ese según el cual el Estado es el único protagonista de nuestra vida social y económica", sostuvo.

"El Estado es el que más ha hecho por destruir y complicar la vida de los argentinos con sus políticas irresponsables, costosas e ineficientes", acusó, frente a lo cual advirtió: "La resistencia al cambio será dura. Pero nuestras convicciones deberán serlo aún más".

Si bien Macri todavía no definió si participará de la contienda de 2023 - y en el adelanto publicado tampoco da precisiones-, el fundador del Pro buscó desde el día que dejó la presidencia ser una voz de consulta dentro del armado de Juntos por el Cambio.

En ese sentido, advirtió a su espacio que "tras el rotundo fracaso del populismo existen enormes posibilidades de que la próxima administración recaiga sobre Juntos por el Cambio". Ante ese escenario, la "responsabilidad será mayúscula, aún más exigente que la que tuvimos a partir de diciembre de 2015".

Guiño a los halcones libertarios

El ex mandatario también envió un mensaje de acercamiento al sector libertario y liberal, cuyos exponentes son los diputados Javier Milei y José Luís Espert. 

"El resurgimiento del ideario liberal ha sido una verdadera bocanada de aire fresco frente al monopolio del relato populista", afirmó Macri, al sostener que "temas de enorme importancia en la agenda del cambio como la reducción drástica del déficit fiscal, el control por parte del Estado del orden público, el costo de la energía que consumimos o la importancia de una educación pública de calidad han dejado de estar monopolizados por unos pocos".

Con Milei, Macri, al igual que la titular del Pro, Patricia Bullrich, mantuvo un diálogo que tuvo que ser postergado por la resistencia del "ala blanda" del partido amarillo, liderada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y los partidos socios, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica.

En cuanto a Espert, el acercamiento se menciona como una posibilidad, a raíz de su cercanía a dirigentes del Pro o cercanos, como el del diputado Ricardo López Murphy.

 

Tal como señaló El Destape, el endurecimiento del discurso alude a una lectura hecha hacia adentro de Juntos por el Cambio, por la cual observaron como modelo a seguir la polarización de la elección en Brasil, en la que el aliado de Macri, el presidente Jair Bolsonaro, perdió por poco en primera vuelta; y el ascenso del neofascismo en Italia, con el triunfo de Giorgia Meloni.

Este endurecimiento también llegó al "ala blanda" del Pro, hecho que se observó en el proceder de la gestión de Rodríguez Larreta ante los militantes que rodearon el domicilio de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y las protestas de los colegios secundarios. A su vez, choca con otros dirigentes del espacio, como el diputado nacional radical Facundo Manes, que sostienen una postura moderada.