Caminando con pies de plomo, el bullrichismo encapsula las peleas con el macrismo y, por ahora, circunscribe la crisis amarilla a la provincia de Buenos Aires, descartando un rompimiento a nivel nacional. El que mira desde la tribuna es Horacio Rodríguez Larreta que, por no formar parte de la conducción, le escapa al internismo pero se mantiene al margen.
“Dieron un golpe de Estado en la provincia de Buenos Aires. La respuesta es en la provincia de Buenos Aires”, sintetizó una fuente que responde a Patricia Bullrich para descartar la posibilidad de un quiebre, en el corto plazo, en el Congreso nacional. “No hay riesgo de ruptura por el momento”, se sostuvo desde la conducción del espacio en Diputados, algo que se adjudicó a la buena “contención” dentro del armado. Al menos, en eso, coinciden los dos sectores.
La ministra de Seguridad tiene en agenda varios proyectos de ley que ya iniciaron su camino parlamentario y que necesitan de un bloque unido para poder avanzar. Sin ir más lejos, a las 17 de este martes se volverán a encontrar los legisladores para, en comisión, tratar la Creación de Registro nacional de Datos Genéticos vinculados a delitos contra la integridad sexual, tal vez la iniciativa más digerible por el parlamento.
Pero no es lo único que le interesa, también están la reforma del Código Penal, el blanqueo de armas no registradas, la ampliación de los alcances de la legítima defensa, la persecusión de organizaciones bajo el rótulo de “mafias”, la criminalización de la protesta social, entre otros puntos controversiales que no serán fáciles de aprobar.
Desde el macrismo parlamentario quieren diferenciar la pelea bonaerense de la cuestión nacional y de las coincidencias que existen con el gobierno nacional. Si Bullrich “ahora se va a La Libertad Avanza”, la migración no será un impedimento para la cercanía entre ambos espacios. “No está en riesgo el acompañamiento a los proyectos que necesita el gobierno”, se aclaró, postura que no sólo alcanza a las iniciativas en seguridad.
En esa línea, Mauricio Macri se jugó un pleno por la ley Bases. Como en la campaña, no apareció activamente hasta el sprint final. El fin de semana pidió que sus senadores acompañen el proyecto en general, pero este lunes les solicitó que "aprueben el régimen de incentivo a las grandes inversiones. Especialmente a los del bloque PRO: nadie del PRO con experiencia en la función pública puede estar en contra de esto, que además puede generar decenas de miles de puestos de trabajo". Una de sus senadoras fue muy crítica de este régimen.
A diferencia de la primera herramienta para Javier Milei – aún en duda en el Senado -, el PRO de Mauricio Macri quiere empezar a analizar cada uno de los proyectos antes de sentar una posición. En algunos encontrarán mayores consensos dentro del espacio, en otros podrían pedir modificaciones.
El modo en que el PRO decida continuar existiendo determinará mucho de ese comportamiento y, a mediano plazo, sus posibilidades de ser una opción electoral potable. ¿Se va a fusionar con La Libertad Avanza? ¿Va a subsistir como oposición? ¿Va a votarle todo al gobierno? Dos de tres vertientes dentro del espacio amarillo consideran que el partido tiene fecha de vencimiento. La que todavía le encuentra una chance es la de Mauricio.
El bullrichismo salió a despegarse de la idea de una fusión con el gobierno, aunque la cercanía en la relación se plantea como mucho mayor de la que podría imaginar Macri. El hecho de crear un bloque propio, en Buenos Aires, sin perderse en los límites de La Libertad Avanza es una señal en el sentido de no regalar la identidad de un partido que Patricia empezó a integrar una vez fundado.
Larreta no quiso ser parte de la conducción para evitar protagonizar parte de los problemas internos. Los legisladores que se identifican con su posición, hasta el momento, no mostraron diferencias con las otras dos ramas amarillas. En Diputados, porque la individualización de posturas es tarea difícil y en el Senado, donde todavía no se votó, se plantearon varias diferencias. El hecho de haber modificado los proyectos de Javier Milei se leyó como una muestra de independencia.
“Siempre hay heridos” en una interna, leyó una fuente amarilla que aclaró, casi al instante, que la cuestión central pasa por no ser “no ser uno de ellos”. Lo cierto es que, por ahora, pareció bastante difícil definir el ganador de la pelea. Por ahora, Macri pisó fuerte para dejar en claro que es la figura más importante dentro del espacio, habrá que ver si le alcanza.
MÁS INFO
Para el ex presidente, Patricia no representa mucho más que su círculo más pequeño. Los votos que consiguió en las elecciones del año pasado fueron gracias, en mayor medida, a que Mauricio estuvo más cerca suyo que de Horacio Rodríguez Larreta, a quien aniquiló apenas vio en él un peligro. Con Bullrich optó por el encapsulamiento. Después de no haberla militado lo suficiente en los comicios, la llevó a acompañar a Milei para, ahora, alejarla de cualquier reunión en la que puedan definir la estrategia partidaria.
A Mauricio no le importan mucho los sentimientos de sus colegas, ni que alguien pueda molestarse por la pelea interna. Su intención es, con los que sean leales y quieran formar parte, mantener el espacio como un socio necesario para Milei, en caso de que le vaya bien. No se descartó una coalición electoral pero sí se alejó de la idea de fusión.
Sin embargo, tendrá inconvenientes que, al menos desde el bullrichismo y el larretismo, se vieron de difícil superación. Su cercanía al presidente (a quien pidió darle las leyes) será difícil de ocultar en caso de un fracaso de La Libertad Avanza, arrastrando al PRO en esa debacle. El éxito del gobierno deglutirá al macrismo, falto de representación. En caso de quedarse en el híbrido de oposición colaboracionista, la disolución.
Este es el problema que también enfrenta la UCR, más que nada, pensándolo en materia electoral. Martín Lousteau tiene la posibilidad de encarnar un radicalismo novedoso, alejado de las ideas del macrismo más puro y, por supuesto, de las de los libertarios. Por ahora, no son muchos los que podrían sumarse a esa cruzada, que tendrá en la votación de la ley Bases un punto central.
En esta batalla con el oficialismo, no estaba confirmada su presencia en un encuentro con Guillermo Francos, Victoria Villarruel y otros legisladores - este martes - para terminar de cerrar los retoques. De momento, el Comité que preside no tiene en agenda reunirse con el bloque de senadores, que él integra, en la previa a la posible firma de dictamen el miércoles a las 15, para el proyecto ómnibus, y a las 17 para el pacto fiscal.