El PRO quedó en el peor de los mundos. Insólitamente, con un comunicado publicado breves instantes antes de la votación que terminó con la expulsión de Edgardo Kueider del Senado, el macrismo se mostró, hacia afuera, dividido y protector de un legislador señalado por todos los espacios políticos.
Ante un escenario negativo para el senador aliado del gobierno y el anticipo de una nueva votación de libres pensadores amarillos, Mauricio Macri ensayó una posición Intermedia para minimizar daños y buscar una salida por arriba: quitarle los fueros para que la Justicia pueda investigarlo y detenerlo, y avanzar con una suspensión, no con la expulsión.
Para el PRO, la posición más cómoda era la de la suspensión. Así, se diferenciaba tanto de La Libertad Avanza, propensa a encubrir a Kueider, y de Unión por la Patria, acusada de sobreactuación. Los amarillos podían impulsar nuevamente el proyecto de Ficha Limpia, alejarse de pactos con corruptos o con la casta y profundizar el concepto del no pacto con el kirchnerismo.
Con lo acontecido, el partido se refugió en el respeto por las instituciones y al debido proceso. Se explicó que lo mejor hubiera sido facilitarle el trabajo a la Justicia con el desafuero, pero sin expulsar al legislador hasta tanto no se arribe a las conclusiones de la investigación. Ahora, temen que Javier Milei avance con una cacería de opositores.
El documento que macrismo publicó poco antes de la votación en el Senado se terminó de definir en un rápido Zoom durante la jornada caliente en el Congreso. Participó la mesa más reducida y no todo el Consejo Directivo del PRO. Hasta donde pudo saber El Destape, hubo varios, que forman parte de la nómina completa de autoridades, que ni siquiera recibieron un mensaje de aviso previo a la publicación del texto que evidentemente fue conversado entre pocos.
Hasta poco antes de la votación, la estrategia amarilla era la de avanzar con la suspensión. Con el paso de las horas, la aparición del pedido de desafuero y detención de la jueza Sandra Arroyo Salgado cambió el panorama. A último momento, Macri buscó una forma de evitar la dispersión y bajó la línea: quitar la protección, suspender pero no expulsar.
El PRO quería que el Senado mantuviera la línea del comunicado, pero no pasó. El resultado fue una división del bloque: cuatro le hicieron caso, tres no. No fue la primera vez. El armado en la Cámara Alta no es muy valorado por todos y se escuchan voces críticas a los representantes amarillos. Por poner un ejemplo, el líder es Luis Juez, que no forma parte del macrismo sino que tiene su propio espacio, pero llegó a ocupar su actual rol gracias al PRO.
Un dirigente que comparte la visión de Mauricio acusó a algunos senadores de no ser capaces de soportar las represalias por sostener a Kueider en su cargo, a contracorriente. En definitiva, que las posiciones se sostienen sin importar qué pueda pensar el que está enfrente (en este caso el ejército de trolls mileísta). El comunicado del Consejo Directivo, posterior a la votación, pareció ir en este sentido al marcar la coherencia del partido aún en decisiones difíciles.
Pero, sobre todo, abrió una puerta preocupante. Lejos de haber perdido un senador, y Unión por la Patria haber ganado otro, para el macrismo Milei demostró que solo con un procesamiento alcanza para expulsar a un dirigente del parlamento.
Para un referente amarillo, lo sucedido en el Senado sentó un precedente muy preocupante y había que haber sostenido el principio de inocencia válido para todos, incluso para el entrerriano.