El ex presidente Mauricio Macri en su libro Primer Tiempo apunta contra la Iglesia Católica y el Papa Francisco por haber cuestionado su gobierno al exponer el aumento de la pobreza y el hambre en la Argentina. Además, según Macri, lo acusaban de divulgar mensajes provocadores y de odio. El financiamiento de centros dedicados a promover mensajes negativos sobre la oposición al Gobierno de Macri fue una de las acusaciones recurrentes contra el líder de Cambiemos.
"Algunos sectores de la Iglesia dejaron entrever que nosotros controlábamos las redes sociales, que digitábamos mensajes en contra de tal o cual persona, de tal o cual institución. Y eso es completamente falso. Y no solo es falso, es completamente imposible de llevar a cabo. Quien piense así desconoce el funcionamiento de las redes sociales. Nunca hemos financiado trolls", sostuvo.
Luego apunta contra la Iglesia y la vincula a la campaña electoral: "No sé cuáles fueron las razones de este alineamiento. No sé por qué la Iglesia agitó el tema del hambre en plena campaña electoral o cuál fue el objetivo de sus hombres al hacerlo. Tampoco sé si desde el Vaticano esto fue estimulado en las numerosas reuniones que el papa Francisco mantuvo con sindicalistas y opositores. Hay quienes dicen que sí".
Macri escribe en su libro que "allegados a Bergoglio" acusaron al macrismo de impulsar "estrategias anticlericales o anticatólicas", algo que según él es "equivocado e injusto". En otro fragmento, Macri opina que "un sector importante de la Iglesia tomó partido" en contra suya, al punto de sumarse a la oposición.
Mauricio Macri reconoció que mintió en campaña: "Tuve que hacer malabares"
Macri confesó que mintió en la campaña electoral de 2015 cuando lo consultaron acerca de la continuidad del Fútbol Para Todos (FPT) durante su gestión y la modalidad gratuita de transmisión de partidos. "En la campaña había tenido que realizar malabares para hablar sobre el tema, a pesar de que sabía que la situación fiscal del Estado Argentino no daba en absoluto para seguir subsidiando el fútbol profesional", sostuvo.
El ex presidente utiliza el eufemismo malabares para esconder que mintió: durante la campaña de 2015 en reiteradas oportunidades dijo que las transmisiones seguirían siendo gratuitas aunque sin publicidad estatal. Sin embargo, fueron privatizadas y las personas que no pagaran un abono mensual debieron contentarse con mirar las tribunas.
"Cuando llegué a la Casa Rosada, el gobierno argentino llevaba cinco años financiando el fútbol de primera división. La situación era normal y aceptada, a pesar de que la transmisión de los partidos se había vuelto una plataforma de propaganda oficialista, el gobierno era el único anunciante y las tandas y los comentarios de los relatores contenían elogios al gobierno y crítica s despiadadas a la oposición", criticó.