Mauricio Macri reconoció en su libro que cuando llegó a la Presidencia les pidió a sus familiares que resolvieran el tema Correo, es decir, la deuda que tienen con el Estado desde el 2001. El dato era evidente pero ahora toma el carácter de confesión. Macri, que siempre dijo que no sabía nada del acuerdo, ahora admitió que quería que se solucione. Lo que no dice es que estaba de los dos lados del mostrador y que la solución que intentó implicaba que el Estado le condonara la deuda a su familia.
El párrafo donde Macri confiesa, tal vez sin quererlo o tal vez confiado en la impunidad de su retórica, está en el capítulo de su libro llamado “Correo: mi visión”. Y dice textual: “En 2016, cuando llegué a la presidencia, sentí que esta anormalidad tenía que terminarse. Concluir con el concurso era la mejor solución para todos, especialmente para el Estado, que finalmente podría cobrar su crédito. Les pedí a mis familiares que hicieran un esfuerzo y llegaran a un acuerdo, pero sin involucrarme a mí. Yo no intervine y no quería saber nada de las negociaciones ni tener ninguna influencia”.
Vale la pena detenerse en cada palabra. Primero en el uso de sus sentimientos para un caso que toca a su familia. Segundo, el reconocimiento de que la demora en este caso era una anormalidad. Es cierto: nadie en la Justicia recuerda un concurso de acreedores que dure 20 años como el de Correo. Macri dice que fue responsabilidad del Estado, que nunca aceptó las ofertas de pago de su familia. Es cierto, no las aceptó. Pero porque todas implicaban quitas de deuda inaceptables.
Macri afirma que la conclusión del concurso “era la mejor solución para todos, especialmente para el Estado, que finalmente podría cobrar su crédito”. Falso. La propuesta de su familia que aceptó su Gobierno, en la firma de Oscar Aguad y de Juan Manuel Mocoroa, era la siguiente: el pago en 15 cuotas anuales empezando desde el año siguiente que cerraran el acuerdo (o sea, 2018), donde ibaa creciendo el monto que se pagaba en cada cuota más una cuota de intereses del 7%. Quedaba así: de la cuota 1 a la 4 el 1% de la deuda; de la 5 a la 9 el 2%; la 12 y 13 el 15%; la 14 el 20%y la 15 el 30%. Y sumaban una cuota 16 para los intereses. Es decir, en la propuesta que aceptó el gobierno macrista, el 50 por ciento de la deuda de la familia Macri con el Estado se iba a patar en el 2032 y 2033. En definitiva, 30 años después de originada la deuda.
En una misma frase Macri dice que les pidió a sus familiares que solucionaran el tema pero sin involucrarlo a él. “Yo no intervine y no quería saber nada de las negociaciones ni tener ninguna influencia”. Todo el párrafo es una contradicción lógica: si les pidió que solucionaran el tema es imposible afirmar a continuación que no intervino.