Con la intención de dejar atrás el principio de incendio en Juntos por el Cambio, los dirigentes de la oposición continuaron moviendo sus fichas en el tablero electoral. Jugadas cantadas, apoyos anticipados, encuestas cruzadas y la imperiosa necesidad de transformar la construcción territorial de este último año en votos. Pese al convencimiento público de algunos referentes de que el 2023 tendrá a la alianza como la ganadora en las urnas, hacia adentro empezó el operativo para ingresar formalmente al clima de elecciones, porque el postre nunca se tiene que comer antes que el plato principal.
En el último mes, Mauricio Macri se transformó casi en un anticipo de programación televisiva. "Falta poco", "se acaba", "falta menos" fueron algunas de las frases que arrojó en redes sociales y que, en sus incursiones públicas en eventos propios también reforzó. Esa suerte de seguridad sobre un eventual futuro gobierno de Cambiemos no fue verbalizada por todos pero, en el pico de la interna del Frente de Todos, muchos compraron su propia mercadería y creyeron en el designio ultra prematuro.
Ahora, el futuro no pareciera estar cerrado. Al menos en el PRO, se optó por no dormir en los laureles ni acostarse sobre el convencimiento de que el Gobierno está haciendo lo posible para no ser competitivo en las elecciones del año que viene. Los amarillos ya arrancaron con un clásico de campaña, las reuniones con jóvenes "voluntarios" para que entren en modo 2023. Si bien la organización se mostró prematura, el macrismo entendió que es necesario encarar el proceso con tiempo.
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En estos dos últimos años, hizo mucho trabajo territorial, hubo muchos viajes a distintos pueblos del interior para ganar estructura y representación a nivel país. Ahora, todo eso tendría que transformarse en resultados. Fiscalización asegurada el año que viene, convencimiento en las calles y, sobre todo, votos. Ese es el trabajo que empezaron a encarar con un mix entre reuniones presenciales, que ya arrancaron en distintos municipios junto a figuras conocidas del macrismo, y encuentros virtuales comandados por el ex ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, que en 2021 también tuvo los Zoom a su cargo.
En paralelo a ese trabajo organizacional, cada pre-candidato siguió con su juego. Tal vez uno de los movimientos más obvios se dio en Buenos Aires, donde Mauricio Macri, Cristian Ritondo y Néstor Grindetti sumaron esfuerzos para recorrer el distrito y que, al final del camino, el que mejor llegue sea el elegido. Esta cercanía se mostró hace tiempo, el intendente de Lanús ya había planteado que el candidato a gobernador debería conocer el territorio. Preferentemente ser un jefe comunal pero, si no, haber caminado las calles y los municipios. Ahí, el ex ministro de Seguridad de María Eugenia Vidal sumó sus fichas por haber transitado la gestión de la provincia más poblada del país.
Macri se mostró con los dos. Más cercano al armado de Grindetti - al menos le dio su bendición -, tuvo sus fotos con Ritondo. El pacto se concretó hace tiempo, antes del huracán Carrió que golpeó al diputado del PRO y no generó un repudio enérgico de Mauricio. Cristian y Néstor se conocen hace bastante y tienen una relación previa producto de los vínculos en el club Independiente. Ahora, se unificaron en su construcción versus la opción larretista, la de Diego Santilli. Esta semana, el intendente de Lanús y el ex presidente se verán en las oficinas del líder macrista, en Olivos.
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Parte de ese acercamiento también se pudo ver en la legislatura bonaerense. Adrian Urreli, del riñón de Grindetti, y Alex Campbell, del armado de Ritondo, presentaron un proyecto de ley para que todos los recursos coparticipables girados por el gobierno nacional a la provincia sean coparticipados con los 135 municipios. La iniciativa contó con el apoyo del bloque PRO en el Parlamento local. El vínculo también se había hecho explícito a fines de junio, cuando ambos posibles candidatos a la gobernación inauguraron un local partidario en Balcarce, con la presencia de los dos legisladores mencionados.
Del otro lado de la General Paz también se movieron piezas. En medio de la tormenta desatada por Carrió, ls misma líder de la Coalición Cívica se mostró con el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, para darle su apoyo en una eventual aventura electoral. El escenario en la Capital Federal tampoco está definido y la estrategia pasará por dejarlos jugar a todos para que llegue el mejor. Los anotados son el funcionario citado, su par de Educación Soledad Acuña, el ministro de Gobierno Jorge Macri y, por el radicalismo, Martin Lousteau.
En las últimas horas se conoció un informe de la consultora CB, en el que el líder de Evolución apareció como el mejor posicionado en intención de voto para suceder a Horacio Rodríguez Larreta, "si la elección fuera mañana". Su nombre figuró en primer lugar, seguido por Quirós, Macri y Roberto García Morirán por el lado de Juntos por el Cambio. Estos resultados fueron rebatidos por una fuente que transita los pasillos del Gobierno porteño.
La Ciudad hará un sondeo propio a la brevedad para actualizar el último encargado que, a diferencia de estos datos, arrojó baja intención de voto para Lousteau, aunque con buen nivel de imagen positiva.
El senador, que ya puso en aprietos a Larreta en 2015 en un ajustado balotaje, empezó a trabajar su candidatura hace tiempo con la estrategia no de repetir ese escenario, sino de ganar la Ciudad. Por lo tanto, el panorama de interna entre el PRO y la UCR apareció como casi seguro en CABA. Pero, por el momento, se descartaron definiciones en el futuro cercano, recién para el primer trimestre del año que viene.
Una de las figuras que también había sido sondeada para la Ciudad fue María Eugenia Vidal. Con el paso del tiempo, su construcción la llevó a un armado nacional con buena relación con Macri y con Larreta. A partir de este jueves, la ex gobernadora estará en Entre Ríos como parte de su agenda de posicionamiento a nivel federal, un trabajo que comenzó a principios de año. En esa provincia, el nombre más fuerte por parte de los amarillos es el de Rogelio Frigerio, uno de los apuntados por Elisa Carrió por presuntas relaciones con Sergio Massa durante la gestión anterior.