Mauricio Macri reapareció públicamente para exigir que vuelvan las clases de manera presencial (lo que llamó "abrir" las escuelas pese a que está abiertas), luego de la insistente campaña de Juntos por el Cambio primero contra la cuarentena y luego contra la campaña de vacunación contra el coronavirus. Poniéndose en papel de defensor de la educación y también de las libertades individuales, el ex presidente de la Nación compartió un extenso texto en su cuenta de Facebook al que tituló: "Abran las escuelas".
El Gobierno recientemente delegó en las provincias la responsabilidad de definir si tienen clases virtuales o presenciales, según la situación epidemiológica en cada distrito. Desde la Casa Rosada y el Ministerio de Educación se remarca la necesidad de que haya una circulación baja del coronavirus para que la vuelta a las aulas (no a las clases, que prosiguieron en pandemia) sea seguro y para eso se han tomado medidas que Juntos por el Cambio ha tratado de boicotear insistentemente.
En el comunicado, Macri se sumó a la discusión, que viene de hace tiempo ya, sobre las diferencias a la hora de decidir si los chicos volverán a las clases de manera presencial en febrero o marzo. El ex mandatario marcó que "las definiciones sobre la apertura de las escuelas aún siguen sin resolverse" y dijo que actualmente "todo está permitido salvo el ingreso de nuestros chicos a las aulas".
"Vamos a perder el potencial de una generación de jóvenes si las aulas siguen vacías", afirmó Macri y en su mensaje, se encargó de destacar la postura del gobierno de la Ciudad, que se comprometió a comenzar con las clases presenciales el próximo 17 de febrero. Luego, pidió que Provincia de Buenos Aires tome el mismo compromiso ya que "tiene la enorme responsabilidad de educar a 5 millones de chicos".
El debate se da en medio del segundo pico de casos de coronavirus. En las últimas horas, el ministerio de Salud notificó más de 12 mil casos y un 60% de de camas de terapia intensiva ocupadas en el AMBA. La Ciudad de Buenos Aires experimentó un brusco crecimiento y se acerca a su pico histórico desde el inicio de la pandemia.
Por su lado, en los últimos días el ministro de Educación, Nicolás Trotta, afirmó que el país está listo para volver a las clases presenciales bajo la aplicación de protocolos de prevención contra el coronavirus. “Salta y toda la Argentina, con los cuidados necesarios y los protocolos adecuados, están preparadas para el comienzo de clases presenciales. Hemos trabajado muchísimo en el 2020 para construir evidencia y experiencia que nos posibiliten llevar certidumbre a las familias”, expresó.
El mensaje de Macri sobre las clases
Un nuevo año comenzó y las definiciones sobre la apertura de las escuelas aún siguen sin resolverse. Las autoridades del gobierno nacional insisten en condicionar el retorno a clases a la situación epidemiológica, incluso cuando desde noviembre pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) defiende la necesidad de mantener las escuelas abiertas porque se ha comprobado que los niños y adolescentes no son vectores principales de contagio y tienen más probabilidades de contraer el virus fuera del entorno escolar que dentro. Además de los ya conocidos efectos secundarios que produce el confinamiento en su salud mental.
No tengo dudas de que la inmensa mayoría de los argentinos esperamos esta noticia; porque miramos hacia nuestro alrededor y somos plenamente conscientes de que todo está permitido, excepto el ingreso de nuestros chicos a las aulas. Eso responde a un orden de prioridades que debe ser revertido en la inmediatez si deseamos realmente construir un futuro próspero y con oportunidades para los jóvenes. Vamos a perder el potencial de una generación de jóvenes si las aulas siguen vacías.
La Ciudad de Buenos Aires demostró que es posible abrir las escuelas, respetando los protocolos y las recomendaciones que establece el Ministerio de Salud. Ese camino es el que esperamos que tome la Provincia de Buenos Aires, que tiene la enorme responsabilidad de educar a 5 millones de chicos -prácticamente la mitad del país.
Contamos con cientos de miles de docentes que en este último año se han convertido en "héroes sin capa", como les gusta decir a las nuevas generaciones. Su compromiso y vocación permitieron continuar con los aprendizajes a pesar de las distancias y de las dificultades.
Muchas madres y padres de distintas provincias con los que he conversado en estos últimos meses me manifestaron que desean que sus hijos vuelvan a la escuela y, lo que es peor, no entienden por qué esto no sucede si “todo el mundo está en la calle”. Más allá del temor lógico por posibles riesgos, son ellos quienes tienen más clara la importancia de la educación de sus hijos, más aún luego de un año estando involucrados como nunca antes con sus aprendizajes.
Por estas razones es que quiero llamarlos a la acción.
No dejemos que el debate sobre la educación continúe monopolizado por los líderes gremiales que durante los cuatro años de nuestro gobierno han dejado a los chicos sin clases por "luchas" que ahora parecieron abandonar. En este último tiempo se han convertido en portavoces de las excusas del gobierno y no han sido capaces de disimular que sus intereses políticos son los que guían sus acciones y están por encima de las necesidades de los docentes y del derecho a aprender de los chicos.
Dicen que de todo debemos aprender y esta pandemia nos ha dejado más de una lección. El debate sobre libertades individuales e intervención del Estado se ha intensificado y, tristemente en nuestro país, el péndulo se movió hacia uno que limita al ciudadano en su movilidad, pero también en derechos universales como el acceso a la educación.
Tengo la esperanza de que juntos recuperaremos nuestros derechos individuales frenando a un Estado que busca hacer del control temporal algo permanente. Y en esa defensa, la educación y los chicos deben estar primero.