El ministro de Economía, Martín Guzmán, en la asamblea anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, y el canciller Santiago Cafiero, en la reunión de ministros del G20 en Sorrento, llevarán esta semana las posiciones del gobierno argentino para cerrar la renegociación de la deuda, que a veces parece estar ahí pero nunca se alcanza. Guzmán partirá el sábado a la noche para empezar el lunes con la agenda de encuentros, marcada por las turbulencias que atraviesa la situación de la titular del Fondo, Kristalina Georgieva. En ambos ministerios adelantaban que llevarían una posición similar a la expuesta por el presidente Alberto Fernández en su mensaje en las Naciones Unidas cuando consideró que el país había sido sometido a un "endeudamiento tóxico e irresponsable" con el organismo, por lo que insistirán en el reclamo de mayores plazos y el fin de la sobretasa que se pretende cobrar.
El "affaire" en el que se encuentra envuelta Georgieva podría producir un vuelco en el panorama. La titular del FMI es investigada por supuestamente haber favorecido a China en un informe presentado cuando estaba a cargo del Banco Mundial. El Nobel de Economía Joseph Stiglitz, mentor de Guzmán, salió públicamente en defensa de la búlgara, argumentado que buscan desplazarla para colocar en su lugar a alguien más afín a los grupos financieros. En definitiva, la salida de Georgieva representaría un traspié dada la larga saga de conversaciones que vino manteniendo con ella el ministro de Economía y, se supone, con avances importantes para las posiciones que viene planteando el país.
El lunes y martes Guzmán y su equipo tendrán encuentros técnicos. También viajará el presidente del Banco Central, Miguel Pesce. El miércoles y jueves serán los días de los diálogos más importantes. La semana pasada, Roberto Navarro reveló en El Destape que Georgieva había llamado a Alberto Fernández para felicitarlo por su paternidad. "Me dijo que su problema por el tema China está en vías de solucionarse. Nos viene bien que siga ella. El acuerdo está cerrado, falta que se oficialice la baja de tasa. Pero si no sale pronto se puede manejar con una cláusula pari passu, como en el tema del plazo”, aseguró el Presidente.
Argentina reclama que el sobrecargo del 4% de interés quede en el 1% y extender los términos de pago más allá de los 10 años que permite el estatuto del organismo. Una cláusula pari passu permitiría cerrar ahora y, eventualmente, acceder a estas mejores condiciones más adelante, si es que en algún momento se habilitan.
Guzmán buscará encuentros bilaterales con sus pares de los países con peso en el board del Fondo como Francia, Alemania e Italia. Una de las discusiones en las que se halla envuelto el organismo es el cobro de impuestos a las multinacionales y empresas tecnológicas de un 15% en los países que operan. El ministro argentino ya expresó su apoyo pero consideró que la tasa debería ser mayor y tendría que ubicarse entre el 21 y el 25%. Guzmán luego se trasladará a Nueva York para un encuentro con inversores y estará de vuelta en el país hacia el próximo fin de semana.
También en el G20
El Gobierno intentará que sus posiciones se hagan oír no sólo en Washington sino también en la encantadora Salerno, el enclave que la semana próxima recibirá a cancilleres y ministros de comercio de los países del G20, en el último de los encuentros preparatorios de cara la cumbre de presidentes de fin de mes. Cafiero viajará junto a la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, con la idea de discutir ya la agenda de la pospandemia, en la que la resolución de la deuda figura en el tope de prioridades para Argentina.
En la Cancillería aconsejaban repasar el mensaje de Fernández en la Asamblea de las Naciones Unidas, cuando habló del "deudicidio" al que se había sometido al país, al pactarse una deuda insostenible de 57 mil millones de dólares, el equivalente a todo lo que el FMI desembolsó en los años de la pandemia con destino a 85 países del mundo. Entonces reclamó una nueva arquitectura financiera internacional que contemple la "ampliación de un nuevo marco común para el tratamiento de las deudas del G20 a países de ingresos medios con vulnerabilidades" porque se corre el riesgo de una debacle generalizada. Otra de las idea que busca instalar Argentina en el G20 es la del canje de deuda por inversiones en medio ambiente, dado que el cambio climático es uno de los puntos que se tratarán en la cumbre.
En otro de los encuentros preparatorios, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, expuso esta semana en términos similares. “Los países como la Argentina, equilibrados ambientalmente pero deudores desde lo financiero, necesitamos que los organismos multilaterales y este foro, tengan en cuenta las estructuras sobre las que se diseñan los paquetes financieros a partir de esta nueva realidad”, consideró.
En su presentación en el gran escenario internacional, Cafiero buscará mantener varios encuentros bilaterales. Al mismo tiempo, trabajará para la agenda de Fernández en la cumbre de jefes de Roma, prevista para el 30 y el 31 de octubre, donde se codeará con los principales líderes del mundo por primera vez de manera presencial. A diferencia de lo sucedido en la ONU, aquí el Presidente ya confirmó su asistencia y es probable que luego siga viaje rumbo a Glasgow, Escocia, para participar de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP26). Allí, el 1 y 2 de noviembre, donde más de 200 gobiernos se congregarán en busca de alcanzar acuerdos importantes sobre el clima. Sin embargo, dado que será pocos días antes de las elecciones legislativas, la presencia de Fernández en tierras escocesas no estaba totalmente confirmada. "Se está trabajando como si participara", afirmaban en Cancillería.