Contra el veto de Milei y el "no future 2.0" de la juventud libertaria

A la defensiva, el presidente volvió a unir a una multitud en su contra, en un contexto social agravado. La encuesta que revela el camino de movilidad ascendente que prefieren los jóvenes votantes de Milei.  

03 de octubre, 2024 | 00.05

La marcha en defensa de la universidad pública, gratuita y de calidad volvió a movilizar a cientos de miles de personas en todo el país. La comunidad educativa, docentes, no docentes y estudiantes reeditaron una movilización heterogénea en contra del veto que prepara Javier Milei para preservar a la casta financiera y blindar el ajuste sobre las universidades

Ante la incredulidad de parte del Gobierno, la defensa de la educación pública vuelve a confirmar la capacidad de convocar en las calles a multitudes que tienen diferencias ideológicas y padecen orfandad política pero están unidas en el rechazo al ahogo presupuestario. En la era de las redes sociales, La Libertad Avanza enfrenta una demostración de fuerzas en defensa de un derecho cargado de historia y que hoy también levanta una camada de primera generación de estudiantes universitarios. La educación pública y gratuita es el último bastión de la movilidad social ascendente, el elemento distintivo del país que Argentina fue alguna vez. 

Tal vez el contexto sea lo que más diferencia esta marcha de la de abril. Seis meses después, el presidente pierde adhesión hasta en las encuestas que encarga la Casa Rosada, la realidad social se agravó de mil maneras, el INDEC muestra que 5 millones y medio de personas perdieron su status de clase media para caer bajo el umbral de la línea de pobreza y el gobierno de extrema derecha no tiene un horizonte para mostrarle a la misma sociedad que lo votó. 

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La movilización no solo expresa el rechazo al ajuste de Milei sobre las universidades nacionales, estimado en un 30% en términos reales entre diciembre 2023 y agosto 2024, según la Oficina de Presupuesto del Congreso. Aunque la formación universitaria hoy no garantiza lo mismo que décadas atrás, los que marchan están diciendo que ofrece herramientas tanto para incorporarse al mercado de trabajo como para discutir algunos de sus preceptos, redactados por la lógica empresaria que defienden el presidente y sus seguidores.  

Más allá de la coyuntura política, las marchas universitarias pueden estar escribiendo una respuesta a una realidad que no hizo más que profundizarse en la última década. Lo muestra un muy interesante trabajo que acaba de difundir la consultora Sentimientos Públicos. Titulado “La vida cotidiana según Milei”, el estudio nacional de opinión pública confirma la realidad de una clase media que se achica en sus gastos y se achica como estamento de una sociedad que profundiza su desigualdad.  En base a 2500 casos nacionales con preguntas sobre la vida cotidiana desde que asumió Milei, la encuesta indica que casi 7 de cada 10 argentinos disminuyeron las cenas afuera y las celebraciones en lo que va del año. Algo muy similar sucedió en relación a las salidas al cine, al teatro, a los espectáculos en general, a la compra de ropa y calzado y a los viajes de turismo. En el caso de los niveles socioeconómicos bajos, lo que se advierte es que se vieron obligados a dejar de ayudar a sus seres cercanos y descuidaron su salud. El ajuste gobierna los hogares. 

Todo sucede en un contexto de crisis prolongada que no empezó con Milei sino que explica en parte su llegada meteórica al poder. Hoy  7 de cada 10 argentinos perciben un marcado deterioro en el bienestar emocional o la salud mental de quienes los rodean. Son cifras todavía más preocupantes en el segmento de edad de entre 35 y 55 años y en los niveles medios. 

Sin embargo, el dato más ilustrativo del trabajo de la consultora que dirige el sociólogo Hernán Vanoli tal vez sea el que surge de la encuesta entre los jóvenes de entre 16 y 29 años, un núcleo de fuerte adhesión a Milei y en edad de educación universitaria. Del estudio surge que 3 de cada 10 jóvenes de entre 16 y 29 años hicieron o consideran la  posibilidad de hacer apuestas online por necesidad económica, ya sea para juntar un ingreso extra o para pagar deudas. El número se eleva a 4 de cada 10 entre los hombres jóvenes y aumenta a medida que se desciende en la pirámide social. Cuanto más necesidades tiene la juventud, más tiende a buscar en las apuestas online o la actividad financiera una salida de corto plazo. Es casi un ideal de época, en medio de la gran informalidad laboral,  el drama de los trabajadores pobres y el estallido de los caminos tradicionales hacia el progreso. 

Entre la juventud que apoya al líder de la ultraderecha local, nada menos que el 36% de los votantes que eligieron a Milei en primera vuelta admite que hace inversiones online y si pudiera viviría de eso en lugar de conservar su actual trabajo. A nivel de la población total, el número desciende al 20% y entre los votantes de Sergio Massa al 15%.

Para Vanoli, el “no future” de fines de los noventas se convirtió en el “black present” de la actualidad. Hoy es un “no future” 2.0, donde la estabilidad emocional es un bien escaso. “Los jóvenes ven a las apuestas online no sólo como un divertimento o una señal de pertenencia. En muchos casos, son nada menos que peligrosas estrategias de supervivencia. El mileísmo duro y turboliberal no abandonó la cultura del trabajo. Pero tiene una versión diferente”, dice el informe. Trabajar para esas generaciones identificadas hoy con el mundo de valores de la extrema derecha es dedicarse a la actividad financiera. Así se educaron emblemas del proyecto en curso como Milei o su ministro de Economía. Entre muchas otras cosas, la marcha universitaria quizás sea la contracara pública de ese fenómeno creciente.