Jorge Rendo y Pablo Casey, presidente y abogado del Grupo Clarín respectivamente, invitaron a un grupo de funcionarios, jueces y fiscales directamente vinculados a la persecución judicial a Cristina Fernández de Kirchner a pasar unos días en Lago Escondido, la estancia patagónica del magnate inglés Joe Lewis, amigo personal de Mauricio Macri. Descubiertos, intentaron encubrir esta reunión a través de la confección de facturas truchas y el direccionamiento de la causa en la que se los investiga, dos delitos graves.
El viaje ya era conocido por publicaciones de Página/12 y El Destape: ahora Tiempo Argentino, El Cohete a la Luna y Perfil dieron cuenta de una filtración de un presunto grupo de Telegram (similar a Whatsapp) donde coordinan cómo tapar el escándalo. La situación deja al desnudo cómo opera la tríada Jueces-Medios-Espías, pilares fundamentales del lawfare.
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Los integrantes de este supuesto grupo de chat son casi los mismos que figuran en la planilla del vuelo a Bariloche que publicó El Destape. Los que fueron por su cuenta fueron los jerarcas de Clarín, Rendo y Casey. Por su especialidades, este grupo cubre todas las aristas de la persecución a Cristina. Todo lo necesario para un equipo de trabajo con un objetivo: Cristina, a quien llaman despectivamente “la mina”. Están, según lo consignado por esos medios y que ya circula en redes sociales:
- Jorge Rendo y Pablo Casey, presidente y abogado del Grupo Clarin respectivamente, que según se desprende de los chats financiaron el viaje, organizaron el grupo y aportan la pata mediática.
- El juez Julián Ercolini que impulsó las causas Vialidad y Hotesur, representa a Comodoro Py e intervino además en causas vinculadas a Clarín como el caso Papel Prensa.
- Juan Bautista Mahiques, organizador del lawfare en la era Macri y actual nexo con Horacio Rodríguez Larreta, que en el grupo se encarga del direccionamiento de la causa judicial que involucra a todos los viajeros.
- Su padre el juez Carlos “Coco” Mahiques, retaguardia macrista en la clave Cámara de Casación que revisará las causas contra Cristina y que ya intervino en una causa vinculada a Lago Escondido.
- El juez penal económico Pablo Yadarola, de mucha influencia sobre la jueza María Eugenia Capuchetti, que por entonces ya tenía en sus manos la causa por el atentado contra la Vicepresidenta.
- Leonardo Bergroth, ex miembro de la SIDE vinculado a Antonio Stiuso.
- El publicista Tomás Reinke, especializado en campañas por redes sociales.
- El juez Pablo Cayssials, que en su momento anuló la adecuación de oficio de Clarín a la ley de Medios audiosivuales y fue clave para el apartamiento de la ex procuradora Alejandra Gils Carbó.
- Marcelo D'Alessandro, ministro de Justicia y Seguridad porteño, otro vínculo de este viaje con Rodríguez Larreta.
Como Brigada A: cada integrante con una especialidad. Una Brigada M. De Macri o Magnetto.
La filtración de los supuestos chats apareció a pocas horas de que se conozca la sentencia en la causa Vialidad, cuya instrucción estuvo a cargo justamente del juez Ercolini, uno de los involucrados en este escándalo. No es nuevo que uno de los principales interesados y sponsors de una condena contra CFK es el Grupo Clarín. Esta tapa, al igual que la sentencia, ya debe estar escrita. Incluso es posible que el que la escriba sea el mismo. Que Ercolini compartiera andanzas y presuntos chats grupales con Rendo y Casey, dos pesos pesados del holding que comanda Héctor Magnetto, es otra prueba más de la promiscuidad del lawfare.
Las opciones en torno a la sentencia del martes no son muchas, una condena o una absolución a CFK. Los finales, distintos, tendrán algo en común: medio país quedará disconforme o no creerá en la sentencia. Y también, ambos le generan complicaciones a Cristina, porque mediáticamente será culpable o impune, que es no es lo mismo pero es igual. O peor. El ejemplo de Lula en Brasil fue claro: no alcanzaron más de 500 días preso ni que la Justicia brasileña anulara la condena y ni siquiera que la propia ONU afirmara que el juicio en su contra fue una farsa. Casi medio Brasil aún cree que Lula es un ladrón.
En el caso de Lula, además, el portal The Intercept publicó los chats del juez Sergio Moro y el fiscal Deltan Dallagnol que corroboran el armado de la causa en su contra. Ahora aparece algo similar sobre Cristina: esta filtración donde todos los integrantes de un supuesto grupo de chat coordinan la comisión de delitos para zafar de un encuentro en el que los agarraron in fraganti. Y justo son todos parte clave del lawfare.
El viaje a Lago Escondido efectivamente existió, tal como prueba el documento que publicó El Destape. De hecho Juan Bautista Mahiques, actual fiscal general porteño, ex encargado del lawfare a nivel nacional en la era Macri y uno de los viajantes, aparece en esta filtración con un mensaje en el que confirma que ese documento es el que firmó él. Los viajantes son los mismos que figuran en el grupo de chat filtrado, supuestamente creado por Pablo Casey, abogado de Clarín y sobrino de Magnetto y, por lo que se desprende de estos mensajes, organizador del viaje. El grupo, siempre según esta filtración, se creó justamente ante la difusión pública del viaje, luego de publicaciones de Página/12 y El Destape.
¿El guión de la persecución a Cristina, de esta nueva etapa donde confluyen el tramo final del juicio por la obra pública en Santa Cruz y la investigación por el atentado en su contra, se escribió o discutió en Lago Escondido, en la estancia del magnate Joe Lewis, amigo personal de Mauricio Macri?
Facturas truchas
De la lectura de estos presuntos chats que ya circulan en las redes se desprenden varias cuestiones importantes. Primero, confirman lo obvio: el viaje existió. Pero algo más grave: buena parte de los mensajes filtrados giran en torno a cómo hacer facturas truchas que sirvan para explicar el encuentro ante una eventual cita judicial o, para los jueces, ante el Consejo de la Magistratura. O sea, se lee a jueces como Ercolini, Mahiques, Yadarola y Cayssials organizando cómo fraguar los papeles del viaje para evitar problemas. Esto tiene una explicación: si fueron invitados por el Grupo Clarín a unos días en Lago Escondido incurrirían en el delito de dádivas.
La invitación de Clarín es más que evidente. Según la filtración, el abogado de Clarín Casey, en medio de las tratativas para fraguar las facturas, les dice “Muchachos, más allá de todo lo que paguen, quiero decirles que yo me encargo de todo porque es mi responsabilidad”. Y el juez Yadarola le contesta: “Pablo, ni lo digas. Somos un grupo y fuiste más que generoso en la invitación”.
También es evidente que sabían de la promiscuidad del vínculo entre ellos. Parte de la preocupación de Rendo, a todas luces el más poderoso del grupo, es si aparece en las cámaras del aeropuerto con sus invitados.
En uno de los supuestos chats, el juez Julián Ercolini dice: “Segundo tema, donde estuvimos difícil de explicar que todos juntos fuimos a otro lado. sin dejar cabos sueltos Por que el tema denunciable principal. ya estaría resuelto con las facturas”. Ercolini plantea que necesitan figurar pagando su estadía en Lago Escondido, y pide que le consulten a Nicolás Van Ditmar, el hombre en Argentina del magnate inglés Joe Lewis, que lleva la administración de sus negocios y de su estancia en Lago Escondido.
Mahiques hijo, actual fiscal general porteño, refrenda la maniobra de la factura trucha en un audio.
Además de conseguir las facturas truchas para encubrir el viaje, el juez Ercolini estaba también preocupado y, según la filtración, escribió: “Si se consiguiera eso (las facturas truchas), sólo queda la idea de confabulación, que es la nada misma. Salvo que tengan más”. ¿Qué más pasó, que tenía intranquilo a Ercolini? El viaje fue un mes y medio luego del atentado contra Cristina y en medio de de la causa Vialidad, impulsada por el propio Ercolini. ¿Qué más podía haber? ¿O quienes más participaron del cónclave?
Confabular
Los chats filtrados muestran una preocupación por coordinar una versión del viaje. El juez Yadarola da la idea de inventar que fueron a unas clases de pesca con mosca, propuesta que el juez Ercolini dice que está buena pero que el ex SIDE Bergroth descarta ya que no es creíble: no fueron en temporada de pesca.
En medio de la conversación de este supuesto grupo de chat se nota el rol de Rendo, jerarca de Clarín, para calmar a sus amigos y ordenar el discurso. Mientras hablan de como fraguar facturas de supuestos gastos, Rendo envía un audio donde dice que “para confabular no hace falta ir hasta allá, si uno quisiera confabular confabula en un bar de Buenos Aires”. El juez Ercolini está de acuerdo. Tal vez es cierto: el juez Ercolini fue quien sobreseyó a Ernestina Herrera de Noble, Héctor Magnetto y Bartolomé Mitre en la causa Papel Prensa sin siquiera llamarlos a indagatoria. Ahora, según esta filtración, el juez comparte un grupo de amigos con un alto directivo de Clarín. Y el propio Rendo, cuando habla de como frenar la cuestión en términos mediáticos, cuenta que “gente importante de La Nación también fue ahí”. Son sus socios en Papel Prensa.
Rendo, actual presidente del Grupo Clarín, guía la estrategia comunicacional así como está preocupado de que su presencia junto a Casey le dé más volúmen al escándalo. Es evidente: los jueces y fiscales que persiguen a Cristina pasaron unos días con el presidente y abogado de Clarín pagado justamente por Clarín.
En varios de los audios que forman parte de la filtración reiteran esta idea de que para confabular no hacía falta el viaje. En otro tramo de los chats filtrados hablan de borrar las fotos del viaje.
"Lo hago cagar"
La conversación atribuida a este grupo también gira en torno a cómo instalar que fueron en realidad víctimas de espionaje ilegal, de como coordinar una versión e instalar que no necesitaban viajar a la quinta del amigo de Macri para complotar, que eso pueden hacerlo en Buenos Aires. Dan cuenta a su vez de aprietes a la conducción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y apuntan directo contra su jefe, José Glinksy. Un intercambio filtrado dice:
Marcelo D’Alessandro (ministro de seguridad porteño): Si en algún momento me tocará ser ministro de la nación, lo primero que hago es disolver la PSA
Pablo Yadarola (juez): Glinski es parte del paisaje de mi trabajo. Estoy seguro que nos volvemos a cruzar en cualquier momento.
Marcelo D’Alessandro (ministro de seguridad porteño): Dame el gusto de ir a buscarlo con un patrullero nuestro que lo hago cagar ...
El abogado de Clarín Casey les pidió información para escribir una nota sobre Glinsky. Un ministro porteño, un juez y un alto directivo de Clarín hablando de matar a un funcionario o de hacerle una operación mediática. El propio “Coco” Mahiques plantea que “habría que hacerle llegar al PSA que le vamos a tirar con munición gruesa y que mejor no entregue nada más” y el ministro porteño D’Alessandro les asegura que ya tiene donde meterlo preso.
En un audio, el abogado de Clarín Casey habla de cómo apretó a Glinsky.
Los exabruptos de estos supuestos chats llegan aún más lejos. Luego que el juez Yadarola bromea con hacer otro viaje juntos pero con los directivos de Clarín en otro avión, Juan Bautista Mahiques habla de limpiar un mapuche. Durante su gestión en el Ministerio de Justicia durante el gobierno de Macri ocurrió la desaparición forzada seguida de muerta de Santiago Maldonado y el asesinato de Rafael Nahuel.
Forum shopping
La cuestión mapuche no es menor. En otro de los audios filtrados, el fiscal porteño Mahiques relata que habló con la fiscala federal de Bariloche Cándida Etchepare, a cargo de una de las causas que se inició por este viaje. Queda en evidencia que direcciona el expediente. Afirma que tiene “buena predisposición”, que “ofreció mandar la causa a Py” y que ella podía pedir las facturas de hospedaje y el vuelo y “en base a eso cerrarla”. Mahiques hijo ofrece: “Yo, si están de acuerdo, avanzo en alguna de estas opciones”. ¿Qué hace el fiscal general porteño coordinando el destino de una causa que lo tiene involucrado con la fiscal de Bariloche? ¿Hubo alguna intermediación de la Procuración General de la Nación a cargo del interino Eduardo Casal o lo hizo por su cuenta y lo puenteó?
El juez Ercolini, según la filtración, también manda un audio para coordinar la estrategia judicial para “descartar cualquier posibilidad de dádiva” y que hay que hablar con la jueza de Bariloche para que esté al tanto y “chau”.
La intervención en la causa judicial que los involucra es otro delito. Varias veces Mahiques informa al resto del grupo de los movimientos acordados con la fiscala Etchepare, algo que festejan jueces y directivos de Clarín.
En otro audio, Mahiques habla de una declaración por zoom de Nicolás Van Ditmar, administrador de los negocios de Lewis, y que tiene acordado con la fiscal las preguntas, que va a aportar las facturas truchas y que “con eso la cierra”, “un zoom de 5 minutos”.
Esta filtración aparece en las horas previas a que la persecución a Cristina tenga un clímax el martes, con la sentencia de la causa Vialidad. Como no se trata de cuestiones legales (si fuera el caso, el juicio ni siquiera tendría que haber empezado) sino de política electoral y económica (la posibilidad de apartar a Cristina de las elecciones del año que viene y/o de limar su poder frente a las corporaciones empresariales), queda saber cuál y qué interpretan los escribas reales de esa sentencia que les conviene para su construcción mediática: si una Cristina condenada o una Cristina impune.
La condena no es judicial, es mediática: no cuenta el Código Penal sino la tapa de Clarín. El viaje confirmado de los jueces y fiscales y jerarcas de Clarín a Lago Escondido y los presuntos chats en los que coordinan cómo encubrirlo dan cuenta de la promiscuidad de esas relaciones. Y de hasta donde pueden forzar la ley.