"Si gano es a pesar del fraude. Si pierdo es por el fraude". Bajo ese falso axioma Javier Milei y sus huestes deplegaron una batería de acciones para sembrar dudas sobre el sistema electoral que en estos 40 años desde el retorno democrático dio como ganadores y perdedores a todas las fuerzas políticas y que no tuvo ninguna denuncia de fraude. En su carrera por tensionar el sistema político, algo que logró, busca poner en cuestión cualquier mecanismo que no se ajuste a su autopercepción mesiánica, como son los votos. Como los partidos son un engranaje fundamental del sistema hizo lo que hizo fue sacar al suyo del eje: no entregó las boletas, una responsabilidad de los partidos, y luego denunció que hubo cambio de votos realizado por la Gendarmería pero luego reconoció que no tienen ninguna prueba, que se basaron en publicaciones en redes y anónimos. Las redes no necesitan pruebas; los operadores mediáticos tampoco. La Justicia sí. La democracia también.
Al cierre de la primera vuelta Guillermo Francos, otro hombre del grupo Eurnekian que Milei tiene como opción para el Ministerio del Interior, dijo por televisión que los fiscales de La Libertad Avanza reportaron "4500 denuncias de fiscales sobre rotura y robo de boletas". Aquí el video. Se refería a denuncias que recibían en la web milei2023.com.ar. Pero esas denuncias no pasaban por ningún proceso de verificación de que fuera un fiscal quien aportaba la información. Este cronista hizo la prueba: llenó el formulario y lo cargó sin problemas, sin que se solicitara ninguna dato que diera cuenta de que era un fiscal de ese partido. El formulario sigue disponible y acepta denuncias.
Hace unos dias Francos aceptó hablar con El Destape Radio, a diferencia de Milei que nunca contestó la solicitud de entrevista cursada por este medio. Consultado por esa denuncia mediática de irregularidades en la primera vuelta dijo que no recordaba. Consultado acerca de porqué no entregaron las boletas suficientes para todas las mesas dijo que no habría fraude en ese punto de la elección, que sus fiscales las garantizarán. Consultado si creía entonces que habría fraude en otro punto del proceso electoral eludió contestar.
De cara al balotage, la primera maniobra fue vaciar de boletas propias las mesas de provincia de Buenos Aires y de CABA. Lo advirtieron las Juntas Electorales de ambos distritos y desde La Libertad Avanza confirmaron que los faltantes de boletas no fueron un error, que es una estrategia. Alegaron que "se las roban" y que entonces enviaron un mínimo para cuando abran las mesas y que sus fiscales llevarán las necesarias para la reposición.
En el sistema electoral argentino hay una participación muy importante de los partidos políticos. No es cierto que lo maneja la Justicia Electoral y menos el gobierno de turno. Si los partidos no hacen su parte no funciona. Las boletas son responsabilidad de los partidos. El Estado financia su impresión, que alcanza a más de 2 padrones completos, unas 90 millones de boletas para cada partido. El padrón son 35 millones de personas, en las generales de octubre votaron 27 millones. O sea que se imprimen de sobra para que entreguen 350 por mesa y se quedan con boletas para reponer con sus fiscales. El Estado paga todo pero son los partidos los que las tienen que luego aportar para que la Justicia Electoral las distribuya. Y cada partido se queda con más de un padrón completo para reponer en caso de que falten en algún lugar, también pagadas con fondos públicos.
La Junta Electoral bonaerense les pidió a los contendientes en el balotage que envíen entre 100 y 350 boletas por mesa electoral. Sergio Massa envió 350, el número máximo de electores por mesa. Milei envió 100, y en algunos casos incluso menos. ¿Pueden sancionarlo? No, ya que es una responsabilidad de los partidos. Ante la falta de respuesta por parte de La Libertad Avanza la Justicia Electoral de CABA ya les advirtió que "su silencio importara que la ausencia de boletas de esa alianza, en las distintas mesas electorales, sera su exclusiva responsabilidad". La de provincia de Buenos Aires hizo lo propio.
La Justicia Electoral también advirtió que "en ningún caso, y bajo ningún concepto, el desarrollo de la elección podrá interrumpirse por falta de boletas de alguna de las agrupaciones política" ya que, de nuevo, "es exclusiva facultad y responsabilidad legal de dichas agrupaciones su provisión y reposición".
¿Por qué la falta de boletas no interrupe el acto electoral? Simple: porque un partido, que es responsable de aportar las boletas, podría ejecutar esa maniobra para suspender las elecciones. Como las boletas son responsabilidad de los partidos, si un partido no cumple la elección sigue. ¿Cuál es el problema entonces? Que con esta maniobra Milei fuerza al sistema electoral, lo pone en tensión, y agrega ingredientes para su falso axioma asociado al fraude.
La operación de falta de boletas impacta en militantes de La Libertad Avanza, que circularon una convocatoria a concentrar el domingo frente a la Cámara Nacional Electoral con la consigna "No al fraude. Si a la transparencia". Más allá del desconocimiento de que allí no se cuentan votos, es otra de las señales de que no quieren aceptar un resultado adverso.
En Brasil las huestes de Jair Bolsonaro tomaron el palacio Presidencial, el Congreso y la seded de la Corte Suprema de Justicia cuando su líder no aceptó la derrota en el balotage contra Lula da Silva. Uno de los impulsores del levantamiento fue Fernando Cerimedo, que publicó un video donde denunciaba fraude sin ninguna prueba. Hoy Cerimedo trabaja con Milei.
Hace unos días Milei compartió un tuit que decía "INDRA la empresa española tan "amiga de Pedro Sánchez" es la que hará el recuento de votos en las #EleccionesArgentina2023 MileiPresidente2023". Fue después de que Sánchez apoyara públicamente a Massa. Milei retuiteó la publicación con una sola palabra: "Dato". Lo cierto es que Indra procesa el escrutinio provisorio, no cuenta votos. Los votos los cuentan las autoridades de mesa, que envían los telegramas que procesa Indra. Y que el escrutinio definitivo es el que vale y lo realiza la Justicia Electoral. Otro que compartió la misma publicación fue Cerimedo.
A pocos días de las elección Karina Milei y Santiago Viola presentaron un escrito ante la jueza electoral Maria Romilda Servini. El texto afirmaba que la Gendarmería había modificado el contenido de urnas y telegramas de la primera vuelta para perjudicarlos pero no presentaba ninguna prueba. "Lamentablemente -escribieron- la única información y prueba que contamos al respecto es lo recabado a través de redes sociales y personas que decidieron no identificarse".
¿Por qué demoraron casi un mes para denunciar esto? Solo se explica si piensan que eso influye en el balotage. Aún si hubieran presentado alguna prueba la Justicia tenía apenas 3 días para investigar.
Lo cierto es que no tenían pruebas. La jueza Servini le derivó el caso al fiscal Ramiro González, que cito a la hermana de Milei y a Viola para que ratificaran su escrito y aportaran alguna evidencia. Karina Milei ni siquiera fue, alegó que estaba en Córdoba producto del cierre de campaña. Viola repitió que no tenían más evidencia que unas publicaciones en redes sociales.
Viola es especialista en operaciones mediáticas. Fue uno de los inventores de que CFK se reunió con el juez Sebastián Casanello en la quinta de Olivos, una operación orquestada desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el macrismo. Casanello tenía la única causa contra CFK que no había caído en las garras de Claudio Bonadio o Julián Ercolini, los ejecutores del lawfare. Como en las otras, no había ningún elemento para involucrar a CFK. Entonces el conductor Jorge Lanata lo apodó "tortuga" y luego inventaron esa reunión. Casanello nunca estuvo en Olivos; los testigos falsos que utilizarono fueron condenados. Pero la idea de que el único juez díscolo que tenía una causa contra CFK se había reunido con ella quedó. Viola, apoderado de La Libertad Avanza, fue clave.
Milei, su hermana, Cerimedo y Viola tuvieron también el acompañamiento de los operadores mediáticos como Jony Viale, Luis Majul y Pablo Rossi. Enterados de la presentación, el trío hizo gala de la relación proporcional entre su ignorancia y su impermeabilidad a la información veraz y dijeron que Gendarmería podía cambiar mesas con "10.000" o "500" votos. Las mesas tienen 350 electores tal como establece el Código Electoral de 1972. Pero al igual que Luis Gasulla, uno de sus Manaos, Viale, Majul y Rossi se sumaron serviciales al falso fraude que proclama Milei.
Entre los militantes de La Libertad Avanza descolla Leonardo Sosa, uno de los líderes del violento grupo antiK Revolución Federal que estuvo en el departamento de la vecina de CFK en los días previos al atentado. Alentado por todas estas maniobras, Sosa tuiteó que el domingo "TOD☀️S A CASA ROSADA, sea cual sea el resultado". La línea con el falso axioma de Milei no es casualidad. Sosa es investigado en una causa paralela a la del atentado. Allí también está la pista del dinero que conduce a la familia Caputo, financista de Revolución Federal. El abogado de los Caputo es Mariano Cúneo Libarona. Es el hombre que Milei piensa colocar en el Ministerio de Justicia.