Diputados y diputadas del Frente de Todos repudiaron la persecución contra tres periodistas de El Destape. Los legisladores macristas Waldo Wolff, Fernando Iglesias, Álvaro de Lamadrid y Jorge Enríquez acusaron a Roberto Navarro, Franco Mizrahi y Ari Lijalad por publicar información. Desde el bloque oficialista aseguraron que es "insólito y preocupante que quien debe velar por la libertad de expresión (Nota de la redactora: Wolff) denuncie a periodistas ante la Justicia por hacer su trabajo: informar".
En un comunicado aseguraron: "No podemos permitir en la Cámara de Diputados que quien debe procurar se cumplan las reglas para que las y los periodistas de nuestro país puedan expresarse con libertad ataque de este modo a trabajadores de prensa por el hecho de publicar información que no favorece a su espacio político".
Waldo Wolff es el presidente de la comisión de libertad de expresión en la Cámara de Diputados y fue uno de los que encabezó la denuncia que generó rechazo en todo el arco político. Los diputados del Frente de Todos analizaron que "los datos revelados dejan ver a las claras el modo en que Cambiemos gobernó durante los últimos cuatro años, con persecución y espionaje ilegal. De esa misma manera, hoy buscan censurar a quienes no responden a sus intereses".
El diputado buscó defenderse en redes sociales pero no le alcanzó. Wolff aseguró: "La denuncia que hice (documento adjunto) es contra la interventora de la AFI, Caamaño y contra el juez Augé y los fiscales Eyherabide e Incardona por difundir información de seguridad nacional. En ningún lugar de la denuncia habla de denunciar a nadie más. Al final del escrito cita a todos los medios en donde se publicó información que compromete seguridad nacional y pide establezcan responsabilidades si las hubiere. No hay periodistas denunciados. Pueden seguir inventando todo lo que quieran. No es la primera vez".
Sin embargo, el medio ultramacrista elegido para publicar la información lo deja en offside. Bajo el título "Acusan a Roberto Navarro y a otros dos periodistas ultra K de difundir la identidad de espías de la AFI", Clarín detalló lo que Wolff omitió: "Mas allá de investigar 'quienes fueron los autores materiales de la filtración, corresponde analizar la responsabilidad' de los periodistas Ari Lijalad y Franco Mizrahi" y "también pidieron que la Justicia analice la responsabilidad del director periodístico de ese medio ultra K, Roberto Navarro, 'por otorgar difusión pública a datos a los que accedieron'".
Hoy todo el arco político se manifestó en contra de semejante persecución que se aleja mucho de la defensa a la libertad de expresión pregonada por el macrismo. Como explicó este medio, los periodistas no tienen obligación alguna de guardar información a la que acceden. Todo lo contrario: tenemos el deber ético de publicar la información que creemos relevante para que nuestros lectores estén informados. La única práctica del periodismo es la protección de la fuente de determinada información, ya que si se revela su identidad se la puede poner en riesgo. Y El Destape lo cumplió y cumplirá a rajatable.
La cuestión de fondo es que El Destape accedió a un libro de actas de la AFI, lo analizó y publicó una serie de notas en base a la información que contienen esos documentos. La fuente de esos documentos se preserva, como corresponde. En ninguna nota se publicaron datos que revelaran la identidad de ningún agente ni convenios con organismos de inteligencia extranjeros. Las pocas imágenes que se seleccionaron y publicaron fueron intervenidas con tachaduras para preservar información sensible.