Era la medianoche en Israel. Javier Milei seguía minuto a minuto lo que sucedía en Congreso. Había sufrido algunos votos en contra de incisos que consideraba claves y hacían tambalear la ley ómnibus. En pleno cuarto intermedio, tomó la decisión y ordenó volver todo atrás. El fracaso de sus tres "delegados" estaba consumado.
Milei dejó tres funcionarios para terminar de negociar la votación en particular de la ley ómnibus mientras se encontraba de viaje en su gira por el exterior. El jefe de Estado siguió todo minuto a minuto con llamadas telefónicas y WhatsApp frenéticos con su entorno político más íntimo y con algunos periodistas con los que tiene una relación frecuente.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Con su hermana Karina al lado suyo, las principales espadas políticas que eligió el mandatario se quedaron en Buenos Aires para la tarea de la "rosca". Ellos fueron el ministro de Interior, Guillermo Francos, el de Economía, Luis "Toto" Caputo, y el asesor presidencial Santiago Caputo.
Francos fue quien "estuvo al frente", contaron desde la Casa Rosada a El Destape. El ministro tuvo la actividad más intensa este martes ya que viaja este jueves a integrarse a la comitiva de Milei.
El ministro de Interior se reunió el martes bien temprano en el Congreso con Miguel Ángel Pichetto (Hacemos Coalición Federal), Cristian Ritondo (PRO), Rodrigo De Loredo (UCR) a los que se les sumó el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, y Oscar Zago (LLA) para terminar de delinear la votación final en particular con los denominados "dialoguistas".
El otro delegado, "Toto" Caputo, tuvo que interceder ayer entre Francos y los gobernadores. El ministro de economía lideró personalmente los llamados a los mandatarios provinciales, según publicó El Destape. El primer logro para el Gobierno inmediatamente fue que los radicales se bajaron del reclamo para coparticipar ahora el impuesto PAIS.
Fueron los gobernadores y los legisladores "dialoguistas" quienes pidieron que ponga la cara el ministro de Economía. “La palabra de Francos fue devaluada por ellos mismos, necesitamos que Caputo negocie”, señalaban desde el bloque que encabeza Miguel Ángel Pichetto. Una cachetada al de Interior.
Desde Interior, en tanto, salieron a minimizar este hecho. "Es algo normal que también hable Caputo con ellos. Esto es un equipo de trabajo. Si no habla Guillermo, habla 'Toto' con ellos. No pasa nada", le respondieron a este portal desde el entorno de Francos en la tarde del martes, horas antes del fracaso con la ley.
Caputo tuvo una llamada con los gobernadores uno por uno. Hubo varias discusiones. Entre las principales estuvo el tema de las facultades delegadas. Y luego la coparticipación del impuesto PAIS. Milei quería dejar afuera los párrafos fiscales. Y por otro lado tiene el objetivo (suyo y del FMI) de eliminar ese impuesto antes de fin de año.
Con la ley caída y el retroceso que ordenó Milei, los gobernadores fueron los chivo expiatorios que encontró el gobierno inmediatamente para culparlos por el fracaso con el proyecto ómnibus.
Otro que se quedó en Buenos Aires para seguir la negociación en el Congreso fue el otro Caputo, Santiago, quien al igual que su tío no viajarán con la comitiva de Milei al exterior. El asesor presidencial fue un ariete de "Toto" y Francos para la "rosca".
Milei pasó una larga noche en vela. Y volvió al lugar donde se siente más cómodo para hacer política: las redes sociales. Su Twitter es un testimonio de ello. Hoy el plan B que maneja el Presidente es lanzar una consulta popular no vinculante para exponer a lo que él denomina "la casta".
Cerrar sesión