Ley de Etiquetado Frontal: los puntos clave de la ley que debería tratar el Congreso

Con rótulos de advertencia busca bajar el consumo de productos nocivos para la salud.

05 de octubre, 2021 | 10.30

Por iniciativa del oficialismo, la Cámara de Diputados trata este martes 5 de octubre la ley de etiquetado frontal que promueve la impresión de rótulos negros en los envases de alimentos y bebidas para diferenciar aquellos que son saludables de los que son nocivos para la salud por tener exceso de azúcar, calorías y sodio.  

El proyecto es clave para reducir la mortalidad por enfermedades no transmisible que en la Argentina está encima del 77% del total de decesos y que se vinculan con la alimentación junto a los malos hábitos de vida como el sedentarismo. 

De acuerdo a la Organización Panamericana de Salud (OPS), si se eliminaran los factores de riesgo como el tabaquismo, el consumo de ultraprocesados, el sedentarismo y el consumo excesivo de alcohol se podrían prevenir el 80% de las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y los casos de diabetes de tipo 2, así como más del 40% de los casos de cáncer.

Puntos clave: cómo es el etiquetado frontal  

El proyecto de Ley de Etiquetado, aprobado en el Senado de la Nación el pasado 29 de octubre, propone incorporar en el frente de los envases de productos ultra procesados una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta sobre el exceso de sodio, grasas trans y azúcares totales. De esta manera, los consumidores podrán tener información clara, oportuna y veraz sobre los alimentos que eligen consumir.

En el caso de los productos con edulcorantes, debe contener una leyenda precautoria, que diga: "Contiene edulcorantes, No recomendable en niños/as". Se exceptúa de la colocación de sello en la cara principal al azúcar común, sal de mesa, aceites vegetales y frutos secos.

Además, se obliga a las empresas a declarar el contenido cuantitativo de azúcares, como hidratos de carbono simples (disacáridos y monosacáridos), en el rotulado nutricional de los alimentos envasados para consumo humano.

El proyecto prohíbe que los alimentos y las bebidas analcohólicas que contengan algún sello de advertencia, incorporen información nutricional complementaria como logos o frases con el aval de sociedades científicas o asociaciones civiles; y personajes infantiles, animaciones, celebridades, deportistas, entre otros.

Los productos nocivos no podrán integrarse a planes de alimentación gubernamentales

La iniciativa evita que aquellos bolsones de alimentos que son repartidos por el Estado tengan alimentos que tengan rótulos negros en su etiquetado frontal. De esta forma, además de erradicar el hambre, el gobierno fomenta la alimentación saludable y los buenos hábitos de consumo. 

El éxito de los países que usan la ley de etiquetado

En Chile, un estudio realizado a partir de los datos de venta de los supermercados Walmart mostró que el consumo de azúcar por cada dólar gastado se redujo 9% en los tres años posteriores a la ley de etiquetado y que las calorías consumidas cayeron en torno al 7%. Los analistas lo explican por dos motivos: los consumidores cambiaron su conducta de compra y se volcaron hacia productos con menos sellos y la industria reformuló sus productos para librarse de los octógonos negros. 

En Perú un estudio de hábitos indica que el 37% de los habitantes de Lima dejaron de consumir productos con octógonos y algunas marcas se adaptaron a los nuevos estándares para utilizar la ausencia de sellos como una estrategia de publicidad. En México, dos años después de la implementación del impuesto a bebidas azucaradas se redujeron 9,7% las compras de estos productos mientras que aquellas sin impuesto, como el agua embotellada, se incrementaron 2,1%.

En Uruguay, a los 10 días de la entrada en vigencia de la norma de etiquetado se observó un importante nivel de utilización para decidir la compra de alimentos. Según una encuesta de Unicef y la Universidad de la República Uruguay el 58% de las personas que indicaron haber visualizado rótulos frontales en un producto que iba a comprar, cambió su decisión de compra.

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