Cumplido el contrato entre la oposición y el oficialismo para garantizar la aprobación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, terminó la tregua y Juntos por el Cambio volvió al ataque con la cuestión de la inflación como caballo de batalla. El proyecto de resolución del diputado bullrichista, Gerardo Milman, para que el Ejecutivo identifique claramente al "enemigo" y a los "especuladores" en la "guerra" contra el veloz incremento de precios fue el puntapié inicial que marcó el fin del pacto de no agresión. La iniciativa no fue la única y ya se redactó otra para derogar la Ley de Abastecimiento con el acompañamiento de distintos sectores cambiemitas en alianza con libertarios.
Milman no es una figura accesoria dentro del armado opositor sino que es mano derecha de Bullrich. En 2021, fue uno de los nombres que colocó en lugares entrables de la boleta electoral y fue a quien, en un intento fallido, quiso colocar como jefe del bloque PRO en un amague de copamiento halcón. En su proyecto, el diputado pidió que se "identifique quién es el enemigo al que se le pretende declarar la guerra"; quiénes son los "especuladores con los que se va a terminar"; los "alcances" de los conceptos esgrimidos por Alberto Fernández; la estrategia y su objetivo; y si le solicitará autorización al Congreso para declarar la batalla. Un compañero suyo de bancada respondió, ante la consulta por la actitud del bullrichista, con un emoji tapándose la cara. La Era de los emoticones.
Pero el endurecimiento también se notó en una alianza con el libertario Javier Milei. El proyecto de ley para derogar la ley de Abastecimiento lleva las firmas, también, de Martín Tetaz, Luciano Laspina, Silvia Lospennato, Lisandro Nieri, Pamela Verasay, Victoria Villarruel, Ricardo López Murphy, Alejandro Cacace, Rodrigo De Loredo, Danya Tavela, Marcela Antola y Martín Berhongaray. Del PRO, de la UCR, de Republicanos Unidos, de Evolución y de La Libertad Avanza.
El texto sostiene que la normativa a suprimir "surge como una amenaza permanente y latente al desarrollo natural del comercio y de la producción" provocando "el efecto contrario" que "supuestamente" busca porque "generalmente es aplicada en modo de amenaza por aquellos funcionarios que no saben ni entienden cómo se derrota la inflación en Argentina". Porque, según los fundamentos, "no se trata de un problema de productores o comerciantes monopólicos" ya que el aumento de precios está determinado "únicamente por la disminución del valor de la moneda en perjuicio de toda la economía", bajo la lógica de la causa monetaria.
La firma conjunta de estos tres sectores no es para nada casual. El fin de semana, la revista Seúl, editada por Hernán Iglesias Illia, quien fuera coordinador de Estrategia Comunicacional de la gestión de Mauricio Macri, publicó una nota de Juan Curuchet, ex director del Banco Provincia en la gestión de María Eugenia Vidal, en la que se planteó que "el PRO y Juntos por el Cambio son la mejor herramienta que tiene el liberalismo para llegar al poder e implementar buena parte de sus propuestas. Por supuesto, entendiendo que en una coalición plural corresponde debatir y armonizar las visiones de los distintos colectivos".
O sea, los libertarios, si quisieran efectivamente llevar sus planes y visiones a la Rosada, deberían sumarse a la alianza mayoritaria opositora para poder concretarlo. "Discutamos ideas, más que hombres y mujeres, y ahí encontraremos que, con naturalidad, la oposición en pleno adoptará las banderas de reducción impositiva, desregulación, estabilidad monetaria, disminución del gasto político que previsiblemente traerán a la mesa los liberales y libertarios".
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El proyecto de ley para derogar la normativa de Abastecimiento va en esa dirección. Ante un posible escenario electoral polarizado en el 2023, cualquier filtración de votos que pueda evitarse será una buena noticia. Los duros quieren tejer alianza con los libertarios desde que conocieron el resultado de los comicios del año pasado pero los más moderados todavía marcan límites. Sin embargo, como quedó demostrado en párrafos anteriores, algunos ya empezaron a plantearlo como una opción buena para los sectores de la extrema derecha, una posibilidad que podría beneficiarlos a los dos.
Durante las últimas horas, hubo muchas expresiones opositoras sobre la inflación. Mario Negri, de la UCR, también salió a cuestionar las pretensiones del Gobierno: "No es cierto que vayan a combatir la inflación. La eligieron como "socia". Así licúan salarios y jubilaciones. No van a bajar gastos, prefieren emitir y subir impuestos. La inflación es "el modelo" con el que quieren llegar al 2023. Condenan al país al estancamiento y la pobreza", recordó en Twitter. O el siempre efectivo discurso para conmover al núcleo duro de los halcones, en manos de Bullrich. La jefa del PRO pidió "reducir impuestos y dejar de gastar nuestro dinero en viajes y ñoquis" para bajar los precios porque "el gasto inútil de los burócratas lo pagan los pobres y la clase media".
Este viernes, Alberto Fernández lanzará la "guerra contra la inflación" con un paquete de medidas que generó muchos rumores y especulaciones en los últimos días pero que recién podría tomar cuerpo y rumbo con el anuncio presidencial. El lunes, de momento, ya habrá un encuentro con sindicalistas y empresarios para afinar algunas pautas para intentar reducir un índice que en febrero llegó al 4,7% mensual y al 7,5% de alimentos en promedio.