Menos de quince minutos en el plenario de comisiones bastaron para echar por tierra el plan del oficialismo: darle despacho expreso al proyecto que había llegado desde la cámara baja y conseguir dictámen este jueves, para sancionar la ley de bases en el recinto del Senado una semana más tarde. No va a poder ser.
Por iniciativa del peronismo, con el respaldo de un sector de la bancada radical y el aporte del “independiente” Eduardo Kueider, de Entre Ríos, que preside Asuntos Constitucionales, se decidió extender el tratamiento de la iniciativa invitando a expertos y voces de la sociedad civil a exponer ante los legisladores.
La maniobra casi no tuvo resistencia por parte del oficialismo y hasta contó con un guiño llamativo del salteño Juan Carlos Romero, que no forma parte del dispositivo de La Libertad Avanza pero tira paredes con la vicepresidenta Victoria Villarruel. Su participación despertó suspicacias en la Casa Rosada.
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La lista de invitados se confeccionará en estos días. La bancada oficialista tiene en mente dedicarle dos o tres jornadas la semana que viene y avanzar, justo a tiempo para cumplir con Javier Milei, que pidió la sanción de la ley antes del 25 de mayo. En la oposición proyectan un tratamiento más extenso, por lo menos hasta junio.
Fue la primera señal de alarma que se encendió durante la tarde de ayer para el gobierno. La segunda fueron los reparos, abundantes y severos, a varios pasajes importantes de la ley, en particular alrededor del régimen para grandes inversiones, que ponen en duda la posibilidad de que el proyecto atraviese intacto el Senado.
El oficialismo sí pudo evitar que los reclamos por irregularidades durante su paso por la cámara de diputados le pusiera un freno al tratamiento. En ese caso, el senador por la provincia de Buenos Aires Maximiliano Abad (UCR), fue el que salvó las papas. Nada es lineal y la tarea no es sencilla para los que cuentan porotos.
En la Casa Rosada reconocieron, después de la primera jornada de tratamiento, que los votos todavía no están, aunque confían en que la colaboración de los gobernadores va a terminar destrabando el trámite, como en Diputados. Por las dudas, comenzaron a explorar la posibilidad de aceptar algunos cambios.
Si el texto se modifica debe volver a la cámara de origen, que puede insistir en la redacción anterior o aceptar la nueva. Si el Senado aprueba los cambios con mayoría simple, alcanzan 129 votos en la cámara baja para imponer la versión original. Si el Senado consigue dos tercios, eleva igualmente la vara.
UP ratificó el rechazo unánime a la iniciativa, sin matices, después de días de mucha especulación sobre la chance de un doblez o un quiebre. No pasó inadvertido que el senador Sergio Uñac, de San Juan, sospechado de cierta transigencia, estuvo sentado junto a la bonaerense Juliana Di Tullio, una de las más críticas con la ley.
Si se consolidan esos 33 votos en contra, los senderos del oficialismo se angostan. Tiene que evitar que la oposición sume solamente cuatro voluntades más. Se mira a Kueider y sus compañeros de bloque Camau Espinola (Corrientes) y Alejandra Vigo (Córdoba), enumerados de mayor a menor chance de que rechacen.
Otros votos contra la ley podrían llegar desde la Patagonia. Ayer, en el plenario, la senadora por Río Negro Mónica Silva, alineada con el gobernador Alberto Weretilnek, fue muy crítica. También lo fue la porteña Guadalupe Tagliaferri, dirigente muy cercana a Horacio Rodríguez Larreta. ¿Puede resquebrajarse el PRO?
Por último los ojos están puestos en lo que sucede al interior de la UCR, que no logra unificar posiciones. La posibilidad de una fisura en el bloque que ponga en peligro la ley movilizó a todos los gobernadores de esa fuerza, que tuvieron asistencia casi perfecta en una reunión con los legisladores después del plenario.
En principio los trece senadores radicales estarían de acuerdo en aprobar la norma en general (aunque existe dudas sobre la posición que pueda tomar Martín Lousteau) pero no tienen un criterio común respecto al tratamiento en particular. Si no pueden ordenarse, eso puede traer problemas, como sucedió durante el verano.