Agustina Díaz Cordero integrará el Consejo de la Magistratura. Su nombre puede sonar poco conocido, pero pasó de ser asesora del ex ministro de Justicia de Germán Garavano a jueza civil designada por Mauricio Macri luego de un concurso lleno de irregularidades para convertirse ahora en integrante del organismo que designa y remueve jueces por la lista más conservadora de la Asociación de Magistrados. Este currículum tiene un sentido: su madre es Maria Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, hasta hace poco la aliada principal de Macri en el letargo de la causa Correo Argentino y peso pesado en la rosca judicial, que de apolítica no tiene nada.
Las elecciones en la Asociación de Magistrados fueron el jueves pasado. Díaz Cordero obtuvo 289 votos como candidata de la Lista Bordó, el sector antiperonista y conservador de la Asociación. Quedó segunda Viviana Dobarro por la Lista Celeste con 216 votos y tercera Jimena Monsalve de Compromiso Judicial con 145 votos.
La Asociación de Magistrados no es un espacio neutro. De hecho su actual vicepresidente por los jueces es Mariano Llorens, camarista federal, premiado con este cargo luego de que se conociera que fue uno de los que visitó a Macri en la quinta de Olivos. La vicepresidenta por los fiscales es Fabiana León, que colaboró con Carlos Stornelli en la farsa de los Cuadernos fotocopiados, quemados, resucitados y truchados. Díaz Cordero asumirá en el Consejo de la Magistratura en uno de los estamentos que se llaman “no políticos”. El chiste se hace solo.
En un escueto comunicado de prensa, la Asociación de Magistrados informó que participaron de la votación los jueces de la Corte Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz y que la ganadora dijo: “Mi trabajo en el Consejo de la Magistratura estará focalizado principalmente en seguir fortaleciendo la independencia del poder judicial”. Por su propia llegada a jueza, esa independencia no es tal.
Macri nombró a Díaz Cordero al frente del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 23 el 27 de abril de 2018. Era un premio para su madre, Maria Lilia Gómez Alonso, que presidía la Sala B de la Cámara Comercial desde donde se manejaba la causa por la multimillonaria deuda de los Macri con el Estado por el Correo Argentino.
Antes de eso Díaz Cordero trabajaba con el entonces ministro de Justicia Garavano. El 27 de octubre de 2017 Garavano la designó en un lugar clave del proyecto de Bases para la Reforma Procesal Civil y Comercial. Era la número 3 del proyecto, con el cargo de Coordinadora, solo por debajo del propio Garavano y del Secretario de Justicia Santiago Otamendi (hoy cobijado por Horacio Rodríguez Larreta en el Tribunal Superior de Justicia porteño).
Como ministro, Garavano impulsó una serie de reformas denominadas Justicia 2020, un compendio de ideas que traía desde su paso por el Foro de Estudios para la Administración de Justicia (FORES), una institución de lobby creada en 1976 para apoyo civil de la última Dictadura. Garavano aportó esta plataforma al macrismo y Diaz Cordero fue parte central de su equipo. En ese marco, a finales de octubre de 2017 le encomendó, ad honorem, la coordinación y ejecución de las actividades a desarrollar en el marco de la “Estrategia Nacional de Reforma de la Justicia Civil”. También la incluyó en el equipo de redacción del nuevo Código Procesal Civil y Comercial.
En paralelo, Díaz Cordero se presentó a dos concursos para ser jueza. Tenía a su madre como madrina, que soñaba con colocarla en su propio fuero, el Comercial. Pero había que estudiar más: en el concurso para jueza Comercial Díaz Cordero quedó en el puesto 32 de 42 postulantes.
El otro concurso era para jueza civil. No le fue mucho mejor, apenas logró el 17° lugar. Sin embargo, fue incluida en la primera terna de postulantes para el puesto junto a que sacó el mejor puntaje, Eduardo Guillermo Róveda, y el puesto 9, Roberto Malizia. Pese a ser la peor calificada de los tres, Macri envió su nombre al Senado para que aprobara el pliego.
¿Como se llegó a eso? En el jurado del concurso estaba la camarista Graciela Medina, integrante de la Sala III de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal. La jueza Medina está casada con Julio César Rivera, miembro del Colegio de abogados del establishment que, junto a su socio Beltrán Louge, está a cargo de la sindicatura general del concurso de acreedores de Correo Argentino. Rivera está imputado junto a Macri en la causa penal que investiga las maniobras de vaciamiento de Correo Argentino, expediente en manos del juez Ariel Lijo. Como síndico, dejó correr todas las maniobras de los Macri para no pagar su deuda y vaciar Correo Argentino. Es la misma causa en la que itnervenía la madre de Agustina, la jueza Gomez Alonso de Díaz Cordero. Para colmo, tanto Rivera con Louge fueron apoderados de empresas de los Macri como Transmetro SA y abogados de Macri en el divorcio con Isabel Menditeguy en 2005. Macri incluso nombró a Rivera como conjuez de la Corte Suprema, cargo que tuvo hasta hace pocos meses. Y también en la Comisión en la que pretendía reformar el Código Civil y Comercial, donde compartía trabajo con Díaz Cordero.
La relación entre los Medina-Rivera y los Gomez Alonso-Diaz Cordero era cercana. Siguiendo la rutina García Lupo, en los avisos fúnebres tras el fallecimiento del “Negro” Díaz Cordero se leía: “Julio César Rivera, Graciela Medina y Julio César Rivera (h.) participan su fallecimiento y acompañan en su dolor a María Lilia, Agustina, Ezequiel y familia”.
Esto muestra que la jurado del concurso de Díaz Cordero está casada con uno de los cómplices del vaciamiento del Correo, causa que manejaba su madre.