La vicepresidenta Cristina Kirchner arribó a su domicilio en el barrio porteño de Recoleta, tras otra jornada intensa en la que ejerció a través de sus redes su derecho a defensa en la causa Vialidad. Cientos de militantes extienden la vigilia en la puerta del domicilio que ayer fue epicentro de cruces entre manifestantes a favor y en contra de la vicepresidenta.
Desde la tarde del lunes cientos de personas se acercaron a las inmediaciones de Uruguay y Juncal en apoyo a Cristina luego de que los fiscales generales Diego Luciani y Sergio Mola pidieran su inhabilitación para ejercer cargos públicos y una pena de prisión de 12 años por considerarla la jefa de una asociación ilícita. "Vine por gratitud. Cristina se la jugó por nosotros y lo que corresponde es que la vengamos a cuidar", dijo anoche Marcelo en diálogo con El Destape, uno de los presentes en la vigilia.
Además de militantes, personalidades políticas y distintos funcionarios se fueron acercando al centro de Recoleta. Uno de ellos fue el ministro de Interior, Eduardo 'Wado' de Pedro, que fue abordado por los presentes en la vigilia.
En las primeras horas de este martes, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, se acercó al departamento de Cristina, mientras que un grupo de militantes se dirigió a las puertas del Congreso de la Nación para recibirla y acompañarla en su discurso que comenzó alrededor de las 11, donde la expresidenta ejerció su "derecho a la defensa" en una transmisión de una hora y 40 minutos que realizó por su canal de YouTube desde su despacho en el Senado.
En ese marco, Fernández de Kirchner aseguró que se está enjuiciando "al peronismo y a los gobiernos populares" en el proceso oral de la causa denominada Vialidad, en el que, reafirmó, "nada fue probado" de lo que dijeron los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, a quienes cuestionó por no investigar las comunicaciones telefónicas entre el exsecretario de Obras Públicas José López y el empresario Nicolás Caputo, amigo del expresidente Mauricio Macri.
Al finalizar la transmisión de su defensa, la expresidenta se asomó al balcón de su despacho a saludar a una multitud que se encontraban sobre la Av. Entre Ríos agitando banderas y brazos al ritmo de la marcha peronista.
Momentos después, la vicepresidenta Kirchner salió del edifico parlamentario en su auto, saludando a través de la ventana, y volvió a su departamento, donde el cordón de seguridad no logró evitar que estrechara la mano de algunos simpatizantes que aguardaban su regreso.