El lawfare castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada. Esa es la idea central que transmitió CFK en la audiencia de una de las tantas causas mediático judiciales que tiene que afrontar en lo individual pero que se trata de otra cosa. Y ella lo sabe.
Entre CFK y Axel Kicillof desarmaron punto por punto toda la operación bautizada con el ganchero nombre de causa Dólar Futuro. Como es su costumbre, dedicaron gran parte de sus intervenciones a demostrar la farsa de la denuncia original y a detallar los puntos de la pericia que demuelen la acusación. Pero CFK aprovechó para instalar algo más: que el Poder Judicial incide en la vida de todos, que sus integrantes fueron responsables del saqueo comandado por Mauricio Macri y sus secuaces, que el lawfare tiene objetivos electorales y económicos. Que, en definitiva, las víctimas del lawfare son los argentinos y argentinas.
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“Ustedes, desde el Poder Judicial, no miren para otro lado. Ustedes son responsables junto a los medios de comunicación de la debacle económica que sufren los argentinos", sintetizó CFK. El mensaje fue claro: hubo jueces y fiscales que guardaron el Código Penal en un cajón y dejaron el diario Clarín arriba del escritorio y el calendario electoral de fondo de pantalla mientras recibían espías y diplomáticos con los que montaron todo tipo de operaciones para apuntalar la candidatura de Macri y luego para distraer la atención mientras éste ejecutaba su política económica.
CFK es víctima del lawfare, si. Igual que Kicillof, Milagro Sala, Héctor Timerman, Amado Boudou, Pedro Biscay y otros tantos. Pero comunicó algo más. CFK recordó que las víctimas de la persecución judicial fueron los movimientos sociales, que todo comenzó con el golpe de 1930 contra Yrigoyen avalado por la Corte Suprema, que durante décadas el poder económico utilizó los tanques y las botas para la desaparición física de quienes resistían sus planes y que ahora esa práctica mutó a lapidación mediática con consecuencias judiciales.
Rodolfo Walsh. en su Carta Abierta a la Junta Militar del 24 de marzo de 1977, ya advertía que “en la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada”. CFK, con sus palabras, dejó claro que también el lawfare castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
No había Macri Presidente sin lawfare. No hay lawfare sin Clarín. No hay Clarín sin las corporaciones económicas que lo financian. No se trata de encarcelar a Cristina sino de proscribirla e imponer planes económicos.
“Que se despabilen los argentinos de una vez por todas. El Poder Judicial incide todos los días en la vida de los argentinos”, insistió la ex Presidenta. La traducción automática de la prensa del lawfare (Clarín, La Nación, Infobae) fue que se trató de un ataque a la Justicia. Pero, valga la redundancia, CFK evidenció lo evidente: que los jueces y fiscales que tuercen elecciones con sentencias cuyo único fundamento son los ríos de tinta de la prensa financiada por las corporaciones económicas impactan en el día a día de todos.
Lo repitió varias veces. “Ustedes, el Poder Judicial, contribuyeron a que ese Gobierno ganara las elecciones y a que hicieran lo que hicieron”; “Vinieron a devaluar y eso hicieron. Y ustedes desde el Poder Judicial contribuyeron a eso. Ustedes son responsables. No miren para otro lado”; “Ustedes causan el clima en la Argentina que impacta en los agentes económicos y la economía”; “No miren para otro lado, ustedes son responsables de lo que está pasando y me da mucha bronca porque sufre la gente”.
A los que pretenden que se los trate de "sus señorías" CFK les habló como malhechores. Otro mensaje a los millones que estaban mirando la audiencia en una cadena nacional de hecho.
El lawfare no es una cuestión palaciega ni caprichosa ni limitado a la dirigencia política. El lawfare es desempleo, es inflación, es recesión, es endeudamiento. Es el precio de la comida, de los alquileres, de las tarifas. El lawfare desordena, consume energía de funcionarios que terminan absorbidos por audiencias, procesamientos y tapas de diarios en detrimento de su trabajo.
Que haya jueces como Enrique Arias Gibert, Martina Forns o Luis Arias o fiscales como Gabriela Boquin perseguidos por frenar abusos laborales, tarifazos o estafas al Estado no es casual. El Poder Judicial se autodepura pero al revés: excluye o aprieta cada vez que puede a los que son díscolos con el poder económico y mediático.
El lawfare también impacta en los funcionarios. Lo advirtió CFK en diciembre, cuando dijo que el lawfare no es solo para “estigmatizar a los dirigentes populares sino para disciplinar a los políticos, para que nadie se anime a hacer lo que tiene que hacer, y tengan miedo de firmar, de proponer, de decidir o de autorizar”. Eso sí, también planteó que “todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, a ellos les digo, por favor, hay otras ocupaciones además de ser ministro o ministra, legislador o legisladora, vayan a buscar otro laburo”.
Esta semana también hubo pedido de juicio oral contra la ex Procuradora General Alejandra Gils Carbó. La causa es tan absurda como la de Dólar Futuro. La involucran en la compra de un edificio para la procuración, en un expediente iniciado con dos sobres anónimos e impulsado sin ninguna prueba por la dupla Ercolini-Taiano, tan dañina como Bonadio-Stornelli. A Gils Carbó la persiguió la alianza entre Clarín, Comodoro Py y los estudios de abogados de las grandes empresas. Y la insistencia actual también es un mensaje para el resto de los funcionarios judiciales. Con el poder no se jode.
En pocos días este cronista conversó con dos funcionarios de rango medio, uno del Poder Judicial y otro del Poder Ejecutivo. Ambos, sin conocerse, dijeron la misma frase: “Si a mi me inventan una causa como esta no tengo recursos para defenderme”. En ambos casos no los paraliza, porque una cosa es el miedo y otra lo que cada uno haga con esos miedos. Pero el miedo es real.
“Yo no voy a pedir ningún sobreseimiento. Voy a pedir que apliquen la Constitución. Apliquen la ley. A todos y a todas”, cerró CFK. Fue otra señal en el mismo sentido. El lawfare no es contra Cristina. La Reforma Judicial es tan necesaria como que se entienda este mensaje.