La policía de la Ciudad de Buenos Aires se llevó detenido a Adrián Grana, diputado provincial por Buenos Aires, que estaba en la puerta de la casa de Cristina Kirchner en Recoleta en medio de las manifestaciones que se llevaron adelante en su hogar. Hubo marchas a favor y en contra del pedido de condena contra la vicepresidenta y solo estaban divididos por un cordón policial. "Venimos a defender la casa de la presidenta", sostuvo el legislador mientras se lo llevaban esposado. Lo liberaron con el correr de las horas.
La policía de la Ciudad armó un cordón de seguridad para tratar de dividir los dos sectores que están visiblemente enfrentados por el pedido de los fiscales. La tensión frente a la puerta de la casa está en aumento ya que los manifestantes empezaron a llegar a la dirección una vez que se conoció el pedido de los fiscales. En la puerta del hogar de Cristina Kirchner, Grana -quien representa a Nuevo Encuentro- agregó: "Venimos a defender la casa de la presidenta y la policía en vez de desalojar a los que agreden, nos agrede a nosotros".
En este sentido, Grana también agregó mientras era detenido por policías de la Ciudad con precintos en la puerta del hogar: "Las cámaras están registradas. Nosotros estábamos ahí y nos empezaron a empujar y reprimir". Luego de haber sido liberado agregó: "La Policía nos vino a reprimir. El único golpeado fui yo. Tengo un golpe en la cara. Me identifiqué como diputado y aun así me detuvieron"
En medio de la tensiones entre los manifestantes, la Policía de la Ciudad salió a reprimirlos y arrojó gases lacrimógenos, gas pimienta hacia aquellos que recurrieron en apoyo a la Vicepresidenta de la Nación, además de utilizar palos para golpear. Cabe recordar que la policía desplegó un operativo de casi 30 agentes que montó un cordón entre ambos grupos para evitar eventuales cruces. Los seguidores de la oposición llevaron cacerolas y banderas de argentina y empezaron la manifestación. Luego, los militantes a favor del oficialismo llegaron a demostrar su apoyo a la mandataria, repudiar el accionar de los demás y mostrar su desacuerdo con el pedido de condena.