El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, consideró que "no hay ánimo para un conflicto social" en la Argentina y remarcó que "la recuperación económica va a ser constante y paulatina".
"No hay ánimo para un conflicto social de cara a las fiestas. El ánimo de la gente es de recuperación", subrayó Arroyo en declaraciones a Futurock. En ese sentido, indicó que "la recuperación económica va a ser constante y paulatina". "Hace cinco semanas que baja la cantidad de gente que va a comedores", manifestó.
Por último, aclaró que "los libros de historia juzgarán como actuó el Gobierno en la pandemia". En ese sentido, sostuvo que ve a un Gobierno "muy activo y poniéndole el cuerpo a la situación" y reiteró que "las políticas estatales amortiguaron la caída" de los sectores más vulnerables.
"Veo un Gobierno muy activo y poniéndole el cuerpo a la situación", dijo Arroyo y volvió a señalar que, "de no haber sido por las ayudas del Estado, este año la pobreza y la indigencia hubieran aumentado más"."
Las políticas estatales amortiguaron la caída, ahora la reconstrucción pasa por el trabajo", sostuvo el funcionario, que también reconoció que este año hubo "como nunca ha habido una presencia fuerte de la red social ", representada en las Iglesias y organizaciones sociales.
En este marco, reconoció que "es evidente que la situación social es crítica" porque "a la pobreza estructural se agregó la nueva pobreza de personas que cayeron en el contexto de la pandemia".
Pero Arroyo reveló que, de los monitoreos que realiza su cartera, surgió que "hace cinco semanas que va bajando la cantidad de gente que va a comedores", que en todo el país un total de 10.000, y lo atribuyó a que "hay más changas en la construcción y textil" debido a la reactivación que están comenzando a mostrar esos sectores.
En ese sentido, vislumbró este hecho como parte de "un proceso de recuperación económica que va a ser constante y paulatino", y que no se verá de golpe. "Primero se recupera la economía informal, y, después, la industria" y la economía formal, consideró Arroyo.