La Rioja, uno de los pilares del peronismo

17 de noviembre, 2021 | 12.35

En momentos más que complicados para el gobierno nacional integrado por una coalición amplia del peronismo, La Rioja, a fuerza de resultados electorales, se posiciona como una de las reservas místicas del movimiento político tradicional más popular de la Argentina.

La crisis económica provocada por una deuda de 45 mil millones de dólares que contrajo el macrismo en un hecho sin precedentes en los estatutos internos del FMI y que fueron usados para todo, menos para generar las inversiones que hicieran posible, entre otras cosas, pagar ésa misma deuda con las utilidades que hubieran generado las inversiones prometidas, pero también, provocada por el parate mundial que sufrieron los mercados debido a la inesperada pandemia poniendo en jaque las economías globales, sumado a algunos errores forzados que no contaron con el perdón de gran parte de la sociedad, hizo que el gobierno de Alberto y Cristina llegara al plebiscito de medio término en condiciones endebles para confrontar a una oposición liderada por aquellos, hace apenas dos años, dejaron al país con más pobreza, inflación y desocupación. 

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De ahí los resultados pasados, alarmantes para los intereses comunes de un pueblo que, encogido de hombros, vuelve a elegir a los adalides del marketing y de los buenos modales, o sino, como alternativa anti peronista, al desaforado y violento Javier Milei. En ése contexto, la provincia de La Rioja, que hoy gobierna Ricardo Quintela, logró, una vez más, un resultado que no sólo la ubica entre las tres provincias con mayor porcentaje de votos justicialistas –un 56,06%-, sino que, además, le aporta al entramado legislativo de la Cámara Baja, dos diputados nacionales, es decir, las dos bancas en disputa en estas últimas elecciones. De esa manera se cumple lo que Sergio Massa celebró el domingo a la noche como un triunfo, cuando afirmó que el peronismo seguirá siendo la primera minoría en diputados. 

Esa pequeña porción del norte argentino, que apenas aporta el 0,8% del electorado a nivel país, pareciera ser hoy un pilar fundamental para para las aspiraciones del gobierno nacional en el camino a retener el poder en 2023, no ya por el caudal numérico de votos, sino por la solidez electoral. Alberto Fernández levantó el guante y eligió a La Rioja como anfitriona de la cumbre de gobernadores buscando el respaldo político necesario para barajar y dar de nuevo. 

También el tucumano Jefe de Gabinete, Juan Manzur, buscó el acompañamiento político de Quintela, visitándolo apenas asumido, con el fin de encontrar un consenso sólido y en forma de bloque entre las provincias del norte grande –región que aporta cerca de 10 millones de votos al electorado nacional-, tomando a La Rioja como puerta geográfica y referencia política ineludible. Es que el gobernador riojano viene insistiendo hace rato en unir al peronismo con una visión más abarcadora, inclusiva y real, que se refleje en acciones concretas más que en gestos de retórica cortoplacista, algo esencial luego de las pasadas elecciones para sostener la llamada “remontada” conseguida el pasado 14 de noviembre.
Además, y como dato no menor, pudo recuperar el caudal de votos en la Capital, donde hoy gobierna el radicalismo macrista ascendido al poder en 2019 cuando el peronismo fue dividido, quedando muy bien parado para que, en dos años, la comuna más codiciada de la provincia vuelva a ser justicialista.

Pero habría que buscar objetivamente el por qué la sociedad respalda a Quintela votando a los candidatos que propone, en este caso, ciertamente noveles en procesos electorales, como Gabriela Pedrali y Ricardo Herrera. Tal vez esa respuesta sea que, durante la pandemia, el gobierno peronizó las medidas a más no poder y, no sólo recuperó las calles y la cercanía con los más castigados, sino que también fue determinante y ejecutivo tomando decisiones veloces y firmes a lo hora de asistir, por ejemplo, a las personas sin ingresos con lo que, luego, sería el Ingreso Familiar de Emergencia a nivel nacional. Además, convocó a un ejército de jóvenes con chalecos rojos y los puso a disposición de las personas para contenerlas entre tanto miedo y desesperanza. Claro, había que ser más asistencialista que nunca y la iniciativa, imperfecta y a veces desprolija, en momentos donde importaba mucho más la sensibilidad y la intuición que los planes programáticos de largo plazo, no se detuvo.

Todas ésas medidas no sólo dieron respuestas inmediatas en épocas de emergencia, sino que también fueron plantando las bases para que hoy, pasada la pandemia, La Rioja, según el INDEC, lidere el ranking en generación de empleo en el ámbito de la construcción y se instalen nuevas industrias como Georgalos, Puma o Changan, para continuar sumando fuentes laborales en el sector privado, además de un Plan Angelelli que incluye a las familias de los asentamientos urbanos y rurales, con nuevas viviendas y servicios. 

Se viene una etapa complicada para el gobierno nacional, sin quorum propio en el senado y con los desafíos económicos pendientes que una sociedad ya sin paciencia le demanda todos los días, por eso, le será clave ampararse en gestiones provinciales que marcan el camino para arrimar a los gobernadores de la zona núcleo como Schiaretti y Perotti, desde una provincia donde el gobierno tuvo el acierto de mantener la doctrina popular cuando la sumisión emocional y económica de los ciudadanos oprimía toda esperanza.