Una misa "por la paz" en la interna matancera y oficialista

Se iba a hacer este lunes pero se pasó para el viernes para que la encabece el obispo de San Justo, quien se encuentra en Roma. Quieren que participen referentes sociales y políticos en repudio de los hechos de violencia registrados contra militantes del Evita en La Matanza. Se produjo justo en medio de una recomposición de la relación de la agrupación con Cristina Kirchner.

29 de noviembre, 2022 | 00.05

El Movimiento Evita espera reunir a una cantidad significativa de referentes sociales y políticos en la misa convocada para el viernes próximo en la catedral de San Justo en rechazo a la violencia luego del ataque sufrido por un grupo de militantes cuando realizaban pintadas en Rafael Castillo. "Es una convocatoria en busca de la sensatez y en contra de la violencia política", explicó Fernando "Chino" Navarro, dirigente de la organización, el objetivo de la convocatoria que se da justo en momentos que la agrupación reanudó su diálogo con la vicepresidenta Cristina Kirchner, un vínculo con muchas idas y venidas. "Hay un reconocimiento de Cristina como la ordenadora del Frente de Todos y, por parte de ella, de la necesidad de integrar a las organizaciones sociales dentro de cualquier esquema que busque contener las bases", explicaba la movida un dirigente con buenas relaciones con ambos sectores.

Los hechos violentos ocurrieron la semana pasada, cuando un grupo de militantes del Evita realizaba una pintada en un muro entre las calles Lavadero y Carlos Casares, en la localidad de Rafael Castillo. Entonces aparecieron un grupo de personas en una camioneta negra que se identificaron como "la banda de los búhos", vinculados a la barrabrava de Almirante Brown y que suelen hacer trabajos para el sector del peronismo que se referencia en el intendente Fernando Espinoza. Los hicieron arrodillar, rompieron los vidrios del vehículo en el que se movilizaban y los echaron a los tiros. Según consta en la denuncia policial radicada en la Comisaría Distrital Este 5ta de la localidad de San Carlos, en La Matanza, los hechos ocurrieron a las 0.30 del sábado. 

El ataque se produjo en el marco de la tensión política creciente en el distrito -el más populoso del Conurbano- en el que el Evita pretende disputarle la intendencia a Espinoza con la candidatura de la legisladora Patricia "la Colo" Cubría, pareja de Emilio Pérsico. "Espinoza tiene un desgaste grande en el cargo, hoy las encuestas le dan como 20 puntos por debajo de Cristina en La Matanza", afirmaba un referente del oficialismo que recorre periódicamente el Conurbano. Pero nada justificaba semejante nivel de violencia, que era doblemente preocupante porque para la puja electoral todavía faltan varios meses. Quienes militan en La Matanza aseguraban que no esto no era nuevo y recordaban los extraños episodios violentos que sufrió hace un tiempo el padre Tano Angelotti cuando se lo empezó a mencionar como posible postulante del kirchnerismo.

Obviamente, hubo repudios al ataque de todos los sectores, también del PJ de La Matanza que preside Espinoza. "Lamentamos las agresiones que sufrieron los compañeros y las compañeras integrantes del Movimiento Evita y nos solidarizamos con ellos ante un episodio lamentable que nos es absolutamente ajeno", afirmaron en un comunicado con la firma del intendente y de la vicegobernadora Verónica Magario. Dentro del Evita había distintas visiones sobre el conocimiento del hecho por parte de Espinoza y su entorno. La más benévola imaginaba una disputa territorial entre grupos, bastante habituales en campaña. pero que aquí escaló a niveles desacostumbrados. Como salida política, el Evita convocó a una misa originalmente para este lunes, pero que se pasó para el viernes a pedido del obispo de San Justo, Eduardo García, quien quiere darla y se encuentra en Roma visitando al papa Francisco.

Cubría adelantó que invitaron a todas las fuerzas sindicales y sociales de La Matanza y también a dirigentes nacionales. Tenían la ilusión de que los acompañara el diputado Máximo Kirchner, quien les envió su solidaridad por la agresión. "Ojalá venga porque va a servir para descomprimir la situación", afirmaban. Es que el ataque se produjo justo en medio de un proceso de recomposición del Movimiento Evita con el kirchnerismo, luego de un largo tiempo de tironeos internos. Desde la asunción de Alberto Fernández, el Evita funcionó como su sostén territorial y consiguieron tener incidencia en el diseño de las políticas sociales. En paralelo, fueron quedando en evidencia las distintas miradas sobre la gestión y la distribución de la ayuda social que los alejaba del kirchnerismo.  

En su actual papel de aglutinadora del oficialismo, la vicepresidenta recibió la semana pasada en el Senado a la conducción del Evita, con quienes compartió su mirada de la coyuntura y de las posibilidades respecto a 2023. Algo que llamó la atención a los dirigentes sociales fue que Cristina les asegurara que ella siempre dudó sobre la conveniencia de suspender las PASO y que le parecía bien que hubiera una interna que sirve para potenciar al Frente de Todos, aunque está claro que quien tenga su bendición se convertirá de inmediato en amplio favorito. "Nos quedó la sensación que la cosa se va a ordenar en cuanto se siente a conversar con Alberto, que es algo que tiene que producirse más temprano que tarde. Tenemos por delante una elección muy complicada y nuestras chances se agrandan si nosotros nos ordenamos y la oposición se divide. Hay que apuntar a eso", comentaba uno de los participantes del diálogo.