La AFI paralela de Daniel Angelici

Altos mandos de la AFI relataron como era la estructura que respondía a Angelici, operador judicial de Macri.

05 de julio, 2020 | 00.05

Las declaraciones en el Congreso de dos altos funcionarios de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante el gobierno de Mauricio Macri indicaron que el área de Jurídicos, cuya tarea eran las relaciones con el Poder Judicial, se transformó en la más importante del organismo. Estaba a cargo de Juan Sebastián “Enano” Di Stéfano, un hombre de Daniel “Tano” Angelici, uno de los operadores judiciales más afilados del macrismo. Esa área concentró desde visitas a jueces con causas que interesaban a las Casas Rosada y Amarilla hasta las transcripciones de escuchas que terminaban en manos de medios y periodistas serviciales.

Una de las dos personas que declararon en el Congreso fue detenida en el marco de la causa por espionaje ilegal masivo a dirigentes políticos. La otra fue citada como testigo. No son perejiles, sino todo lo contrario. Se trata de Diego Dalmau Pereyra y Martín Coste, respectivamente, quienes ocuparon sucesivamente la Dirección de Contrainteligencia de la AFI. Uno de carrera militar, el otro con  casi dos décadas entre los espías, fueron parte del aparato de inteligencia macrista a la vez que, según relataron, tuvieron diferencias con Gustavo Arribas y Silvia Majdalani por el uso partidario de la agencia.

Todo pasaba por Jurídicos” aseguró y repitió Dalmau Pereyra. “Fue la estructura más fuerte de la gestión Arribas-Majdalani”, dijo Coste. Todo lo escucharon los diputados Leopoldo Moreau, Rodolfo Tailhade, Cristian Ritondo y el senador Martín Doñate, miembros de la Bicameral de Inteligencia. Eduardo Valdés también participó en el testimonio de Dalmau Pereyra.

El personaje clave en la Dirección de Jurídicos de la AFI era el “Enano” De Stéfano. Hombre del radicalismo porteño, tiene como terminal y padrino político a Angelici.La influencia política partidaria en los directorios era gigantesca”, declaró Coste. Al igual que Juan Bautista Mahiques, otro de los arietes de la persecución judicial, tras la salida de Macri de la presidencia, De Stéfano encontró cobijo en la ciudad de Buenos Aires bajo el ala de Horacio Rodríguez Larreta. Lo ubicaron como director en Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), la empresa pública que administra los subtes. No es casual. Mientras era un peso pesado en la AFI aún figuraba como empleado de la Legislatura porteña.

De Stéfano trabajó en la Corporación Buenos Aires Sur bajo las órdenes de Humberto Schiavoni, ex presidente del PRO a nivel nacional. Conoce de judiciales: pasó varios años en el Consejo de la Magistratura porteño. Finalmente, Angelici lo colocó en la AFI. De Stéfano fue uno de los directivos de la exSIDE que fue a ver al juez Luis Carzoglio para pedirle que detuviera a Pablo y Hugo Moyano, tal como reveló El Destape. La visita fue reconocida por Arribas y Majdalani ante la misma Bicameral de Inteligencia en 2019. También fue central en el encubrimiento del espionaje a Cristina Fernández de Kirchner luego de que agentes de la AFI fueran descubiertos en la puerta del Instituto Patria.

El relato de Martín Coste ante la Bicameral de Inteligencia, el 26 de junio pasado, aporta muchos indicios sobre cómo funcionaba esta estructura de inteligencia con terminal propia dentro de la propia AFI. Coste es un espía de carrera, con más de 15 años en lo que era la SIDE y actualmente es la AFI, que en su entrevista con los legisladores se quejó en varias oportunidades de que Arribas y Majdalani lotearon la casa de los espías y la plagaron de militantes de Cambiemos que no conocían el oficio. Coste cambió varias veces de cargo en los años del macrismo pero lo que aseguró como constante es que mientras vaciaban la estructura a su cargo –Contrainteligencia- había un área que crecía: la Dirección de Jurídicos. O sea, la que se encargaba de las relaciones con el Poder Judicial.

El espía Coste fue terminante: “La Dirección de Jurídicos no fue una mera área administrativa encargada de recibir un oficio y comunicarlo hacia adentro. Fue la estructura más fuerte de la gestión Arribas-Majdalani”. En teoría, debía ser un área administrativa, pero Coste aseguró que “tenían agentes operativos”.

Se dio el siguiente diálogo con Leopoldo Moreau, presidente de la Bicameral de Inteligencia:

Moreau: - ¿La Dirección de Jurídicos tenía agentes operativos?
Coste: - Correcto.
Moreau: -¿Pero había una oficina operativa? ¿Hacían tareas de calle?
Coste: - Tenían personal operativo, tenían expolicías o policías en comisión.

Dalmau Pereyra relató algo similar y dijo que “hubo una directiva clara de que había que trabajar los casos con Jurídicos. No estaba autorizado el personal de la Agencia a ir a Tribunales, salvo con autorización expresa. O sea, todo el tema de ir a Tribunales, Comodoro Py, básicamente, y otros, se trabajaba desde el Área de Jurídicos, y era una directiva expresa. Antes la costumbre era –entiendo y me lo contaron– iban y hablaban directamente con el fiscal. Eso se terminó de manera rotunda”. El control lo tenía De Stéfano, ergo, Angelici.

Coste relató cómo la subdirectora de la AFI, Silvia Majdalani, lo envió a entrevistarse con Di Stéfano luego de que se desatara el escándalo del espionaje ilegal al Instituto Patria, que había derivado en una causa judicial que tramitó ante el juez Marcelo Martínez de Giorgi, en los tribunales federales de Comodoro Py. Cuando fue a verlo, Coste se encontró a “De Stéfano sentado con Alan Ruiz y el señor Martiré”, que era un director de Jurídicos. ¿Qué pasó en esa reunión? “Estaban tratando –hace tiempo estaban, yo llegué después– el tema de qué es lo que Alan había hecho, teóricamente”, dijo Coste en la bicameral parlamentaria. Martínez de Giorgi terminó cerrando ese caso. Pero los tiempos cambiaron en diciembre de 2019 y la impunidad parece haber llegado a su fin. Hoy Ruiz –ex director de Operaciones Especiales- está preso en el marco de la causa por espionaje a CFK en el Instituto Patria y su domicilio de Recoleta que tramita en los tribunales federales de Lomas de Zamora. Esa causa se inició por una presentación de la interventora de la AFI, Cristina Caamaño.

Las escuchas telefónicas y sus transcripciones son un caso aparte. El punto central es que por entonces la AFI tenía un área de escuchas que dependía de Contrainteligencia, es decir, de Coste. Tenía, según Coste, dos o tres personas que escuchaban las intervenciones a teléfonos que les enviaban jueces y las desgrababan. “Esa era el área de Contrainteligencia, el área que yo tuve de escuchas, con tres o cuatro personas; pero había muchas líneas telefónicas tomadas y no nos dejaban tener más gente de escuchas telefónicas. Entonces, el área de Jurídicos armó una dirección, que se llamaba ‘Asistencia al Crimen Organizado y Delitos Federales Complejos’, si mal no recuerdo, que hacían transcripciones”, relató Coste.

Otro tramo de la reunión, un intercambio entre Moreau, Coste y los diputados Martín Doñate y Rodolfo Tailhade, es interesante respecto de ese armado:

Coste: - El fin de eso, claramente, era tratar de que no se le escapara ninguna información a nuestro personal de escuchas, porque lo que estaban haciendo era duplicando nuestro trabajo.
Doñate: - Control.
Moreau: - A ver: usted tenía a su cargo escuchas con el personal, digamos, habitual: tres, cuatro, cinco personas; lo que fuere. Y Jurídicos armó una oficina de transcripciones que dependía exclusivamente de Jurídicos.
Coste: - Correcto.
Moreau: - Y ellos ahí hacían escuchas, pero no pasaban por sus manos. ¿O sí pasaban por sus manos?
Coste: - Ellos lo que hacían era escuchar, transcribir y, si había algo para la causa, en un sobre cerrado nos decían “esto está bueno para la causa”.
Moreau: - ¿Y el resto?
Coste: - El resto lo escuchaban ellos.
Moreau: -¿Y no sabe qué hacían con ese material?
Coste: -  No. Y hay mucho personal que trabajaba para mí al que le pueden preguntar qué escuchaba y qué no escuchaba.
Moreau: - ¿Esta oficina de transcripciones que hizo Jurídicos tenía un jefe específico o no?
Coste: - El señor Ruda Bar.
Moreau: - ¿Ruda...?
Coste: - Bar. No sé si era con B larga, Bar. Es fonético lo que le estoy comentando.
Moreau: - ¿Era personal de la Agencia estable o ingresó en la gestión esta?
Coste: -  Personal de la Agencia estable.
Tailhade: - Mariano Ruda Bart.
Coste: -  Ruda Bart.

Ese área la controlaba De Stéfano, el hombre de Angelici. Según dijo Coste, llegó a tener 30 personas. El destino de las escuchas, que terminaban en medios y periodistas serviciales, también fue parte de la declaración de Coste y consta en este diálogo:

Doñate: - ¿Hubo alguna oportunidad, que usted sepa, que alguna escucha haya llegado al área de Jurídicos y no haya pasado previamente por su área de transcripciones?
Coste: - El ciento por ciento de los últimos dos años, porque ellos estaban en el medio. Jurídicos recibía el CD, lo mandaba a su área, que me iba a dar soporte a mí, y también me lo mandaba a mí para que lo escuche.
Doñate: - ¿Pudo haber una filtración que no haya llegado a usted y que haya quedado en Jurídicos?
Coste: - Claramente, porque no tengo forma de controlar a Jurídicos ni su estructura nueva.

Que la ruta de las filtraciones de escuchas apuntaba a Angelici fue adelantado por El Destape en junio de 2018. En ese momento, este medio reveló el rol de Juan Ramella, quien encabezaba la Subdirección de Escucha Directa de la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado del Poder Judicial, la DAJuDeCO, la oficina de escuchas de la Corte Suprema. Al consultar a distintas fuentes judiciales por Ramella, la respuesta fue contundente: “Ese es de La Boca”, “es del Tano” o directamente “responde a Angelici y al Coti Nosiglia”, repitieron una docena de miembros del Poder Judicial y de conocedores de los entramados de tribunales. Ahora parece que se completa el rompecabezas y que Angelici tenía acceso por varios frentes. 

El caso de las escuchas entre CFK y Oscar Parrilli también ocupó parte de la declaración de Dalmau Pereyra en la Bicameral de Inteligencia. El diálogo fue el siguiente:

Moreau: -En la pre-causa de Parrilli, Mena, etcétera, usted dice que la función de ustedes fue hacer las transcripciones de la tomas telefónicas. ¿Esas transcripciones, adónde las enviaban? ¿A quién se las enviaban?
Dalmau Pereira: - Eso después iba al juzgado.
Moreau: - ¿Las enviaba usted directamente al juzgado?
Dalmau Pereira: - No, no. Eso pasaba por Jurídicos y después al juzgado.
Moreau: - Usted la enviaba a Jurídicos a cargo de De Stéfano.
Moreau: - Esas transcripciones se archivaban... Primero se leía si había algo de interés para la causa. Se guardaba todo eso y después se devolvía todo. La causa también se mandaba al juzgado, pero a través de Jurídicos. Directamente al juzgado, no.
Moreau: - Es una línea que nos interesa porque esas transcripciones –en algunos casos– tuvieron estado público.
Dalmau Pereira: - Ya lo sé.
Moreau: - O sea que usted enviaba las transcripciones a Jurídicos.
Dalmau Pereira: - Yo tenía un archivo. Para enviar una copia al juzgado, se mandaba a Jurídicos.
Moreau: - Y lo otro quedaba archivado en su Dirección.
Dalmau Pereira: -  Sí, hasta que se destruía. Hasta que el juzgado ordenaba la destrucción.
Moreau: - Perfecto.

Dalmau Pereyra fue detenido en el marco de la causa por espionaje ilegal que se sustancia en los tribunales de Lomas de Zamora. Di Stéfano, por su parte, estaba citado para prestar testimonio ante la Comisión Bicameral de Control de los Organismos de Inteligencia pero su visita se postergó luego que se detectara un caso de COVID-19 positivo en el Congreso.