Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal se reunieron en la tarde lluviosa del viernes post renunciamiento de la ex gobernadora. El encuentro formó parte de una serie de cafés que tuvieron a la diputada como protagonista para anticipar o buscar acuerdos a raíz de su baja de una candidatura presidencial. Esta vez fue para intentar acercar posiciones con la incorporación de Cristian Ritondo, que también estuvo en la mesa pero no salió en la foto, al armado de la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri que todavía no eligió a su postulante para la provincia. El jefe del bloque PRO en la Cámara Baja tiene la intención de ser el designado.
El encuentro estuvo orientado a acompañar a Ritondo en su táctica de acercamiento a Bullrich. Prueba de ello fue que también participó el diputado Sebastián García de Luca, armador de Patricia en la provincia. Contactos ya hubo, también conversaciones pero nada adelantado porque el diputado esperó hasta último momento la decisión de su jefa política.
En ese café, que sirvió más como una charla entre las dos dirigentes que en un avance concreto de un acuerdo, la titular del PRO bajo uso de licencia le pidió una selfie a Vidal, que se la concedió. Pero la foto no significó, según pudo saber El Destape, un apoyo explícito de la ex gobernadora a la postulación nacional de Patricia. De hecho, le dejó en claro que se mantendrá imparcial y que seguirá bregando por la unidad de Cambiemos. Para reforzar el concepto, al día siguiente, el sábado, desayunó con Horacio Rodríguez Larreta, quien la describió como una "amiga".
Vidal optó por reunirse con todas las figuras relevantes del PRO para conversar sobre su decisión de no ser candidata para disputar la Casa Rosada. El fin de semana lo hizo con Mauricio Macri que, según reveló ella, entendió sus motivos. Para la ex gobernadora, las candidaturas múltiples son poco beneficiosas para el espacio y decidió hacerse a un lado para ordenar el tablero y pujar por la unidad de Juntos por el Cambio. Lo cierto es que nunca logró remontar en las encuestas y pocas consultoras se dedicaron a medirla realmente.
Con su amigo de casi tres décadas, Horacio Rodríguez Larreta, también se vio el martes. Con ambos, antes de comunicar su baja presidencial el jueves a la noche. Con Bullrich tuvo que demorar el encuentro por una gira de la ex ministra por el norte del país para acompañar a los candidatos en los cierres de campaña de Misiones y La Rioja que, junto a Jujuy, tendrán elecciones ejecutivas este domingo.
Ahora restará conocer la decisión de Bullrich respecto de su armado en Buenos Aires. Oficialmente, ya designó a tres posibles candidatos para ocupar el lugar del centro de la boleta que, según su análisis, necesita dos puntas fuertes: la del candidato a intendente y la suya, la presidencial. Si los comicios bonaerenses fueran separados de los nacionales, la falta de un nombre importante para la provincia podría ser un problema.
Según declaró en las últimas horas en una recorrida por Mar del Plata, el designado debería salir de esa tropa pero, hasta ahora, todo se mantiene dentro del misterio. La ex ministra selló una suerte de acuerdo con los tres nombres barajados hasta ahora para optar entre ellos. Alguno ya amagó con migrar a otros horizontes en caso de que se llegue a un pacto con Ritondo. De momento, esa posibilidad fue negada ante este medio.
Néstor Grindetti, intendente de Lanús bajo licencia y presidente temporal de Independiente, se posicionó como el más taquillero para el bullrichismo. Se incorporó al equipo de Patricia a pedido de Macri y la entronizó como su candidata a la Casa Rosada cuando el jefe político dejó en claro que no estaría en una boleta.
Pero en el mapa también está Javier Iguacel, alcalde de Capitán Sarmiento, ex ministro de Mauricio e impulsor de la causa Vialidad contra Cristina Kirchner, la causa por la que fue condenada a fines del año pasado. Por una cuestión de coherencia con el proyecto y por el último logro mencionado en su currículum, algunos consideraron que podría ser el elegido.
Pero, a su vez, en el listado aparece Joaquín de la Torre. El ex cacique de San Miguel y ex ministro de Vidal no forma parte del PRO pero fue el segundo nombre que Bullrich incorporó formalmente a sus posibles candidatos. Con el avance del tiempo y la convicción de que María Eugenia no sería de la partida presidencial, Ritondo empezó a mirar con interés su sumatoria al armado de Patricia.
Con un perfil similar, podría enfrentar a su amigo Diego Santilli en unas internas. La definición bullrichista podría estar entre Ritondo y Grindetti. Una decisión que las bases ya empezaron a reclamar como necesaria. Ambos dirigentes son amigos, hinchas del mismo club de fútbol y no debería haber inconvenientes. Pero el bullrichismo sabe que el que mejor mide es el hombre de Larreta en la provincia.
Sin embargo, quedó sepultada la chance de un candidato único para la gobernación y también se abrió la disputa de internas en los municipios, cuidando los gobernados por el macrismo. En los otros, se enfrentarán los candidatos de las dos ramas macristas, lo que podría ser beneficioso para el peronismo y para el radicalismo. Momentos de definiciones.