María Eugenia Vidal se transformó en una de las protagonistas de la semana macrista. La ratificada precandidata presidencial del PRO, cuyo nombre surgió tras un encuentro de la mesa chica amarilla la semana pasada, estuvo en Formosa, la provincia número 17 que recorrió en su intento de instalarse camino al 2023, para reunirse con vecinos, empresarios y dirigentes de su espacio. Para mantener la costumbre cambiemita, tuvo un cruce con el gobernador local, Gildo Insfrán, lo que le sirvió para posicionarse públicamente y recibir apoyos de todo el arco de Juntos por el Cambio, algo no demasiado habitual en los últimos tiempos. La ex mandataria bonaerense buscó, a principios de este año, reconstruir su espalda política y se posicionó bien en el interior del país pero, por ahora, la dirigencia cree que su construcción dará frutos más adelante, sin apuro.
En principio, en el PRO nadie cuestionó que Vidal haya encarado un buen trabajo territorial. De hecho, frente al descreimiento de muchos, se ratificó que logró posicionarse de forma correcta en el interior del país, una cruzada que arrancó en marzo de este año y que intensificó hasta, incluso, volver a pisar Buenos Aires. Sin embargo, por ahora se mostró como la que correría desde atrás, con más desventaja respecto del resto de los candidatos amarillos, cuya batalla final pareciera tener a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich como protagonistas.
Mauricio Macri, que no fue mencionado en el listado de candidatos, habló sobre su postulación en una polémica entrevista con TN. Según dijo, él nunca se subió a la carrera hacia las urnas pero tampoco gusta de que le digan qué es lo que tiene que hacer, si estar o no estar presente. Ese podría ser un error de los competidores confirmados, hacerlo enojar para potenciarlo y subirlo al ring cuando, tal vez, preferiría no hacerlo. Según manifestó hasta ahora, está cómodo con su rol de mentor pero para el 2023 falta una eternidad.
La ex gobernadora está muy bien posicionada en el cordón compuesto por Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y Mendoza, por debajo del jefe de Gobierno porteño pero cerca de las mediciones de la jefa del PRO. Incluso también creció, como muestra, en un municipio macrista de la primera sección electoral del conurbano bonaerense. Llegó al nivel de Rodríguez Larreta que, dicho sea de paso, bajó su nivel de agosto a la fecha. Pasó de ser el próximo presidente de la Nación, en ese municipio, a estar en quinto lugar superado por Bullrich, que estaba muy por detrás, producto de la polarización.
La gran ventaja de Vidal es Mauricio Macri. El ex presidente fue el que le dio el empujón clave para subirla al ring presidencial del año que viene. Si bien cada vez que le preguntan sobre ella hace referencia constante al trauma generado por la derrota del 2019, la considera una dirigente valiosa y dentro del PRO es sabido que María Eugenia es su niña mimada, alguien a quien realmente aprecia. Su relación, que había quedado resquebrajada después de esas fatídicas elecciones para Cambiemos, se reconstruyó el año pasado.
Hasta ahora, venía bastante tapada, con un perfil relativamente bajo. Pero su visita a Formosa le permitió encolumnar a toda la oposición detrás de su figura. Acusó al gobernador de enviarle “punteros” en las recorridas y, tras una desafortunada frase, arrancó una oleada en redes sociales muy al estilo PRO, con una lluvia de tuits y comunicados. Halcones, palomas, radicales, lilitos, todos salieron tras el nombre de Vidal, algo que le sirvió para posicionarse.
El vidalismo tuvo mucha actividad por estas horas. Su candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, encabezó la segunda jornada del relanzamiento de su campaña 2023 en Pinamar, hacia donde viajaron varios dirigentes de la oposición. En sus redes sociales, el diputado replicó varios de los apoyos que tuvo, aunque no todo el arco macrista los interpretó como contundentes. El slogan fue “Para qué, provincia de Buenos Aires”, en un claro guiño al ex presidente al replicar el título de su último libro. Justamente, Mauricio Macri fue uno de los que envió sus saludos por video.
Macri, que tuvo que pedir disculpas públicas por asegurar que los alemanes son una “raza superior”, felicitó a Ritondo por convocar el encuentro en la costa boanerense y por “la vocación de armar un equipo para conducir nuevamente” el territorio “y entender que es muy importante que para ello sepamos competir con altura a partir de las ideas y explicando muy bien, sintiendo muy bien, para qué queremos volver al poder”. O sea, lo mandó a competir en una interna, dándole su apoyo pero no total.
De hecho, Mauricio tuvo, el mismo día, una foto con otros dos dirigentes importantes. Estuvo junto a Joaquín de la Torre, ex intendente de San Miguel y ex ministro de Vidal que actualmente es uno de los candidatos de Patricia Bullrich para la provincia. En la misma imagen apareció Miguel Ángel Pichetto, que tiene una excelente relación con el ex presidente y que ya le dio su apoyo explícito a Diego Santilli, el nombre de Horacio Rodríguez Larreta para el distrito.
Fotos como esa permiten ilusionar a algún sector con la posibilidad de la unidad en 2023. De hecho, el propio Ritondo no lo descartó. En declaraciones a Letra P, sostuvo que “es posible la unidad” con Santilli pero que, para eso, “tienen que estar claras las ideas. Si están claras y sabés para qué querés gobernar, el que lo lleva adelante es lo de menos”. Por eso, “si tiene que haber PASO, habrá PASO” pero “si no tiene que haber, no habrá”. Desde el entorno del diputado se le bajó el tono a la declaración y se sostuvo que quiso decir que todos son del PRO y que, por lo tanto, buscarán la mejor manera de intentar ganar la elección.
Otro gesto en ese sentido llegó con dos videos, uno de Bullrich, bastante amplio, de acompañamiento y otro de Javier Iguacel, uno de los nombres de la ex ministra para la provincia. El intendente de Capitán Sarmiento tuvo la intención de estar presente en la reunión de equipos técnicos pero no pudo, lo que significó un gran guiño para el trabajo conjunto. Habló de unidad y de un segundo tiempo, continuidad del primero protagonizado por Vidal.
Este miércoles, en tanto, habrá dos reuniones importantes de las fundaciones de Juntos por el Cambio encargadas de la confección del famoso plan de gobierno que, según anticiparon todo el año, debería estar listo para presentarse antes de que termine el 2022 para poder comenzar el período electoral con una plataforma clara y común para todos los candidatos de la oposición. Serán dos encuentros en los que se mostrarán los avances programáticos de las hojas de ruta, con ejes temáticos y los responsables de cada una de las áreas, desde la economía hasta lo social, pasando por la seguridad.
Muchos de los debates se fueron dando, de forma individual, en los últimos días. Por ejemplo, desde el PRO se avanzó con dos proyectos para bajar la edad de imputabilidad a 14 o 15 años, dependiendo del autor y su dureza. En relación a los planes sociales, ya se planteó la necesidad de suprimirlos eventualmente, con mayor o menor velocidad según el bando representado. Y respecto a la reforma laboral, se adelantó la promoción de una iniciativa realizada entre el larretismo y el moralismo para ir contra la “industria del juicio” y la “traba” de las indemnizaciones a la hora de pensar en crear nuevos puestos de empleo.