Tras retomar el control del PRO, Macri le pone límites a la relación con el Gobierno

La ministra de Milei contó con dos desventajas, ser funcionaria del gobierno y no haber cosechado apoyos en el interior. De cuatro sillas importantes, solo consiguió una y estará al frente de una Asamblea en minoría.

20 de marzo, 2024 | 00.05

En los hechos, Mauricio Macri es el nuevo presidente del PRO con la pretendida misión de devolverle la identidad de su fundación, la de incomodar a la dirigencia política. El partido amarillo se mantendrá independiente de otros espacios políticos, incluida La Libertad Avanza que, de sumar funcionarios macristas, lo hará en base a negociaciones a título personal. Patricia Bullrich quedó relegada en el nuevo armado. De jefa a tener solo el 25% de representación en las cuatro sillas de la cúspide. 

Soledad Martinez, intendenta bajo el ala de Jorge Macri, quedó de vice primera, el bullrichista Damián Arabia ocupará la testimonial vice segunda, prácticamente en soledad, mientras que el santiagueño Facundo Pérez Carletti se quedó con la secretaria general. 

Mauricio copó el partido. Volvió y lo hizo con toda la fuerza. Y no quedará ahí. Más adelante, este año, Cristian Ritondo será propuesto para comandar el PRO bonaerense y Jorge Macri el de CABA. El regreso será total. Patricia, que intentó ocupar espacios hasta último momento, no consiguió todo el resultado esperado. Ella estará al frente de la Asamblea partidaria pero en minoría, ya que no tiene real representación frente a los presidentes del espacio en cada provincia.

Bullrich buscó mostrar espalda con un comunicado, a fines de febrero, orientado a criticar la postura de los gobernadores patagónicos frente al gobierno de Javier Milei. Entre ellos está Ignacio Torres, del PRO, que bajó los decibeles pero que fue muy duro contra la gestión central. Para el documento, Patricia juntó firmas en el interior pero no consiguió el respaldo de dirigentes con cargos reales y quedó desdibujada. 

Uno de los factores clave para su marginación es, además, el lugar que ocupa en el Gabinete. Es funcionaria de Milei y el PRO - dicen - no co-gobierna. Si alguien se suma, será a título personal y no por gestión de Mauricio que quiere acompañar pero desde el Congreso. Está diferencia sustancial se verá reflejada dentro de la conducción del espacio. Arabia querrá una posición más amigable que la de Macri, apuntado por usar a Torres para desgastar a Javier. Pero, por historia, trayectoria y fundación, probablemente quede en desventaja. Sin contar que la mayoría le responderá al líder de la Fundación FIFA. 

Mauricio se irá del país este miércoles con destino a Italia, donde se hará presente en la Universidad de Bologna. Estará dos días, para volver a Argentina el fin de semana. En abril tiene compromisos con la FIFA. Se espera que mantenga perfil bajo hasta el 30 de marzo, cuando ya haya concluido el periodo de impugnaciones y asuma oficialmente al frente del partido. 

La intención de Macri es recomponer un PRO que, para él, perdió identidad y quedó diluido. Mauricio quiere que el espacio incomode a la política pero, en la última década, se alió a la UCR y Coalición Cívica, que considera casi casta. Además, apuntalará el partido en las provincias para contrastar con el centralismo de Bullrich.

En el armado se barajan otros nombres para el partido. La diputada chubutense, Ana Clara Romero, el misionero Humberto Schiavoni, el ex diputado y vice del espacio, Federico Angelini, la diputada Laura Rodríguez Machado, el ex senador Pablo Walter, la mano derecha de Mauricio Fernando de Andreis y la legisladora porteña Silvia Imas.

 

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