Hace cinco meses, María Eugenia Vidal no estaba demasiado entusiasmada con la idea de ser precandidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires. El tiempo pasó y hoy, tal vez por la combinación de la necesidad de Horacio Rodríguez Larreta y las preferencias personales de la ex gobernadora, aceptó la propuesta de unidad del Juntos por el Cambio porteño y se lanzó nuevamente a la arena política pública, aunque su campaña empezó hace diez días e incluso logró un guiño dentro de la interna bonaerense, que también está por llegar a su fin. Sus acompañantes se conocerán en las próximas jornadas y hasta ahora el único nombre que sonó con fuerza fue el del economista liberal Martín Tetaz, una propuesta que podría traer novedades en las próximas horas para, durante la campaña, hacer eje en el bolsillo de los argentinos.
Con Mauricio Macri en Europa, envuelto en una denuncia que lo mostró como cómplice del golpe de Estado en Bolivia, Larreta finalmente cometió parricidio político. Su equipo se puso al hombro las negociaciones para garantizar la unidad en la CABA, lograr la candidatura de Vidal y bajar la de Patricia Bullrich, enviada directa del ex presidente. Fue una forma de ponerle un freno, particularmente pensando en el 2023 y, de yapa, logar un gesto importante en la interna PRO bonaerense. El jefe de Gobierno ya está jugando la elección del futuro.
“Gracias a Mauricio, porque fue quien inició este equipo, empezó ese camino de Estado que es la Ciudad”, dijo Vidal tras aceptar la candidatura y terminó de jubilar al ex mandatario. De todos modos, tendrán que enfrentarse a sus resabios. Macri no sólo seguirá intentando marcar la cancha e imponer sus candidatos (como Gustavo Santos en Córdoba, a quien tuvieron que bajar de la postulación al Senado para ir por Diputados, o un resistido Fernando Iglesias por la Capital Federal) sino que también quedaron los trolls. Durante el lanzamiento, estuvieron presentes con comentarios del estilo “nos abandonaste”, “traidores”, “Bullrich 2023”, “¿dónde está Fernando?” o “no nos representás”.
Sin embargo, la relación entre Vidal y Bullrich quedó en buenos términos tras el renunciamiento de la segunda. Durante la semana, mantuvieron varios encuentros, ellas y sus equipos técnicos, y el sábado a la mañana se regalaron sonrisas antes del acto envuelto en un clima de armonía y “buena onda”, según describieron quienes estuvieron en él. Sin embargo, no estuvo ausente el intento de marcar la cancha: “Espero que puedas llevar esta bandera bien adelante, bien fuerte”, le dijo la dirigenta nacional pero luego bajó el tono: “Te deseo la mejor de las suertes, la fuerza que se necesita para enfrentar estas batallas. Vamos a hacer una gran elección”.
El lanzamiento de Vidal tuvo coletazos importantes en otro distrito clave, la provincia. Allí Jorge Macri se mostró reacio a la idea de permitir la entrada de Diego Santilli como candidato PRO pero tras el acto lanzó un mensaje importante: “Haber logrado la unidad en CABA es una gran noticia. Ahora todos tenemos que hacer un esfuerzo desde @juntoscambioar en la Provincia. Más allá de los nombres, unidad para GANAR!”. El primo demandó al menos cuatro reuniones con Larreta en los últimos diez días, tres en agenda y una por fuera, para intentar llegar a un acuerdo y bajar su candidatura en Buenos Aires. Sin embargo, luego borró el mensaje y lo cambió por uno menos contundente: "Me pone muy contento el camino de unidad que se plasmó en la Ciudad dentro @juntoscambioar. Tenemos que trabajar todos juntos para presentarle a la ciudadanía la mejor opción posible que nos permita asegurar un futuro mejor. Ojalá que rápidamente logremos lo mismo en la Provincia".
La trastienda
Antes de la transmisión pública del lanzamiento vidalista, todos los dirigentes se reunieron con un grupo de jóvenes durante 30 o 40 minutos. Ellos les plantearon inquietudes vinculadas al trabajo, el futuro, si se quedan o no en el país y la agenda ambiental. Después, se colocaron en el fondo de la foto y se mostraron como uno de los factores clave de la campaña. “El futuro” fue uno de los ejes discursivos de los referentes políticos.
El acto dejó a todos conformes. Vidal practicó su discurso un día antes y lo dijo al pie de la letra. La transmisión salió en prácticamente todos los canales de noticias y lograron, en la suma total, un rating por encima de los cinco puntos más algunos pares de miles de personas que lo siguieron por Internet. Esto fue celebrado por quienes manejaron la comunicación porque el día no ayudó: Final de la Copa América con el clásico del continente, Argentina versus Brasil, el horario matinal y un fin de semana largo.
Ahora restará saber quiénes la acompañarán. La fecha límite es el 24 de julio pero Larreta aseguró que en los próximos días se irán conociendo algunos nombres. El del economista Tetaz se instaló el viernes feriado, para algunos de forma precoz. Se trató sólo de una propuesta que dijo que iba a pensar junto a su familia, pero desde el radicalismo consideraron que hay una necesidad importante de reforzar el discurso económico y la elección de esta cara respondió a esa demanda. En sintonía con el trabajo de Martín Lousteau para ampliar a la UCR y atraer nuevas figuras, lo invitaron a participar y se espera una definición en las próximas horas.
Pese a haber resistido en la negociación, Lousteau quedó conforme con los acuerdos porque logró un muy buen cierre que le permitirá crecer al radicalismo y, en especial, a Evolución, su espacio. Algo quedó claro, si bien no lo consideraron ideal, la elección de Tetaz como posible segundo gustó mucho más que la de, por ejemplo, Fernando Iglesias. Lo ideal, entendieron quienes ahora ya encabezan la boleta, será tener figuras que puedan salir en los medios de comunicación sin sólo confrontar.
En tercer lugar debería aparecer una figura femenina de la Coalición Cívica, aún en negociación pero algunos arriesgan a Paula Oliveto, seguida de un hombre del PRO, una mujer del radicalismo (Carla Carrizo tiene que renovar bancada, así que podría ser una opción) y un hombre del espacio de Elisa Carrió, tal vez Fernando Sánchez. Pero todo pasa por el terreno de la especulación. En esa ecuación, si no fuera el cuarto, Fernando Iglesias podría quedar más relegado pero, con un poco de suerte, entrar nuevamente como Diputado nacional. Juntos por el Cambio renovará 10 bancas por la Ciudad de un total de 13. Con ocho celebrarán y con la decena descorcharán el champagne.
“No, no, no. Bueno, sí”
El nombre de María Eugenia Vidal comenzó a sonar con fuerza en pleno verano. Su definición iba a acomodar las fichas en dos distritos importantes del país, como la provincia y Ciudad de Buenos Aires. Después de la derrota del 2019, que la hizo llorar públicamente y fue un balde de agua fría en las PASO del 11 de agosto cuando perdió por 17 puntos contra Axel Kicillof, la ex gobernadora prefirió guardarse y recuperar tiempo de su vida privada sin abandonar las relaciones políticas.
Mauricio Macri siempre la quiso para la provincia de Buenos Aires y Horacio Rodríguez Larreta la pidió para la Ciudad, donde vive hace tiempo con sus hijos. “A María Eugenia la conozco hace mucho, hace mucho que trabajamos juntos, que somos amigos, que tenemos una confianza enorme y para mi es un orgullo” que encabece la lista, dijo conforme el jefe de Gobierno porteño y ella le devolvió la gentileza: “Gracias, Horacio, por tu propuesta”, “gracias Patricia por tu decisión, por elegir la unidad”.
La contienda la ganó Larreta, que logró ponerle un freno a Macri. Pero no fue fácil. Al principio del recorrido, Vidal no estaba convencida y la posibilidad de no candidatearse se encontraba sobre la mesa, en igualdad de condiciones con la de efectivamente presentarse. La definición dependió de las negociaciones que hizo la Ciudad para lograr la unidad y bajar a Bullrich, donde también empujó el vidalismo que ganará cargos en el Gobierno porteño.
Mientras los encuentros se desarrollaban por lo bajo, Vidal decidió regresar a la arena pública con la presentación de su libro Mi Camino. Desde ese momento, volvió a recorrer los medios de comunicación, no descartó postularse para la Presidencia de la Nación y hasta empujó alianzas bonaerenses con Diego Santilli, la figura del larretismo en el distrito.
De estar poco convencida pasó a estar entusiasmada y contenta, describieron desde su entorno, con ganas de comenzar a recorrer las calles y charlar con los vecinos de la Ciudad. En los hechos, ya lo está haciendo, arrancó hace diez días con cara a cara, reuniones uno a uno, de manera cerrada para no salir en los medios de comunicación. La campaña ya arrancó y buscó tener el termómetro de la ciudadanía.
“Anuncio mi precandidatura a diputada nacional por juntos por el cambio por la CABA”. “Acepto esta candidatura porque creo que este es un momento muy difícil de la Argentina porque hoy más que nunca siento que tengo que estar, quiero y tengo que estar”, dijo el sábado cuando confirmó su presencia en la boleta y aclaró que nunca “especuló” ni “sacó ventaja” con el cargo. “Quería estar segura, después del 2019, que había escuchado lo suficiente, que había aprendido. Lo confirmé y espero transmitírselos porque en esta elección se juega el futuro de los argentinos, por eso estoy”.
El cambio se debió a una combinación entre la necesidad de Larreta y las preferencias de Vidal. Ella consideró que en la provincia tenía un techo difícil de perforar camino al 2023 (presentarse este año es casi un adelanto de la candidatura del próximo año impar) y que ese escollo podría romperse con dirigentes nuevos. Una apuesta que prevaleció a la hora de tomar la decisión pero cuyo resultado se conocerá recién en 2023. Allí se verá si tuvo razón o no.