El acercamiento entre un sector del Frente de Todos y Cambiemos llegó luego de horas interminables de reuniones que, en líneas generales, fueron en buenos términos e incluyeron a todos los bloques. La reducción, a un solo artículo, del proyecto que autoriza el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y no incluye el programa de medidas fue exigida por la oposición, aceptada por el oficialismo y abrió la puerta a un acompañamiento positivo del pacto este jueves en la Cámara de Diputados. Cada espacio de Juntos por el Cambio debatió de forma individual el nuevo articulado y, en el caso del PRO, hubo dos reuniones continuadas con las máximas autoridades nacionales, incluso con vínculo con el Senado, una suerte de anticipación de la sesión que vendrá en caso de obtener la media sanción en las próximas horas. Un factor clave fue la exclusión de toda crítica a la gestión de Mauricio Macri, algo que terminó de convencer al ex presidente que hace tres días abandonó una reunión de la mesa nacional luego de oponerse al entendimiento.
Después del acuerdo entre las partes negociadoras, los bloques se reunieron de manera independiente para analizar los pasos a seguir. El clima que se registró fue bueno, hubo conformidad con lo conseguido y no hizo falta convencer a diputados poco convencidos. En el caso del PRO, tal vez el espacio más reacio a acompañar el pacto con el FMI, no tener que votar un proyecto con críticas a la gestión de Macri fue una de las claves de la tranquilidad junto a la ausencia de los anexos. "Si nos critican el programa de 2018, ¿por qué vamos a aprobar, por ley, el actual?", se preguntó un legislador.
Con esa modificación, todo Juntos por el Cambio buscó plantarse como un actor importante para que la Argentina no caiga en default sin hacerse cargo de las medidas necesarias para cumplir con los requerimientos. Eso permitirá que, según lo planificado por el interbloque, la alianza opositora acompañe de manera favorable el acuerdo. El entendimiento llegó luego de un día frenético de charlas y contracharlas,. Una de las instancias cumbre se dio antes de la comunicación del acercamiento, en el despacho de Mario Negri, entre Sergio Massa y los titulares de los tres bloques más grandes de Cambiemos, la UCR, la Coalición Cívica y el PRO, no sin algunas subidas de tono ocasionales. Ese encuentro duró alrededor de una hora. En todo el armado, Luciano Laspina tuvo un rol fundamental como interlocutor del interbloque, un legislador que se ganó la confianza de los suyos en las últimas jornadas.
Durante las negociaciones, que comenzaron con la semana, los diputados de Juntos por el Cambio dejaron en claro que toda decisión sería sometida, previamente, a las consideraciones de la mesa nacional. Ese órgano dirigencial planeó encontrarse, de manera virtual, el miércoles a las cinco de la tarde. Sin embargo, la instancia de debate se postergó una hora ante la demora de un acuerdo con el oficialismo y, finalmente, no se hizo. La formalidad se cumplió con un comunicado en el que, tal como reforzó un diputado macrista a El Destape, se pateó la pelota al Senado donde, se entendió, la alianza acompañaría. "Esperamos que en el Senado la vicepresidenta esté a la altura de su cargo", se dijo en un comunicado institucional.
Ese nexo con la Cámara Alta tuvo su presencia en una reunión PRO, algo que no se replicó en el radicalismo. Por Zoom, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich conversaron con las autoridades parlamentarias del Senado y de Diputados. Humberto Schiavoni , jefe de la bancada M de los representantes de las provincias, formó parte del encuentro reducido donde se explicaron los detalles del acuerdo. "Incluye al Senado", dijo Julio Cobos en diálogo con C5N sobre el alcance de la conformidad. Macri, según pudo saber El Destape, no se opuso justamente porque se suprimió la crítica a su gestión y la aprobación de un programa de medidas.
Luego, el Zoom se amplió a todo el bloque PRO en Diputados y de allí salió la decisión de acompañar el dictamen, al igual que en el resto de los espacios. "Somos una coalición que unida resuelve que el país no vaya al default, no provocar mayores consecuencias y dolor a la sociedad, y que Argentina honre sus deudas" pero el "programa es una competencia exclusiva del Ejecutivo, y consideramos que es un programa que no soluciona los problemas de decadencia que el país arrastra", dijo la alianza en un comunicado.
La primera que salió a celebrar el acuerdo para evitar el default, fue Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica felicitó a su tropa y desde su espacio, horas antes, se sostuvo que "no lo van a admitir" pero las modificaciones se hicieron en línea con un proyecto redactado por la ex diputada, junto a los legisladores actuales, hace dos semanas. En ese entonces, la dirigenta buscó darle una salida propositiva a la cuestión con una iniciativa que autorizaba el endeudamiento y concedía al Ejecutivo la disposición de los mecanismos necesarios para avanzar con el pacto.
Algo similar a lo que se terminó firmando en la comisión aunque no faltaron las críticas. Un diputado macrista se sorprendió por el exceso de egos en la política actual y la necesidad de figurar. La relación con la Coalición Cívica quedó tirante después de una presión fuerte de los aliados para que los lilitos no acompañen el Presupuesto 2022, algo que se reeditó con el citado proyecto porque "se cortaron solos". Esas diferencias, sin embargo, fueron minimizadas desde la oposición y limitadas a una interna que se resolverá en PASO, llegado el momento.