El Congreso empezó a activar debates calientes en medio de un proceso electoral determinante. Las sesiones que se esperan antes de los comicios, pocas, podrían mostrar debilidad o fortaleza de parte de las dos grandes coaliciones de la Argentina, dos alianzas que no quieren fragmentarse frente al fenómeno de Javier Milei para llegar a octubre con chances de ingresar a un balotaje. El que se quiebra, pierde.
El interbloque de Juntos por el Cambio en Diputados mantuvo una reunión por Zoom cuando el ministro y candidato Sergio Massa anunció nuevas medidas económicas para mejorar el poder adquisitivo de trabajadores. La conclusión fue concreta: "Nos vamos a acompañar el camino de Sergio Massa a la hiperinflación", le dijo Martin Tetaz a El Destape ante la consulta por todos los anuncios económicos, desde Ganancias hasta devolución del IVA.
El radical Mario Negri celebró la reunión pero se plegó a la conclusión anterior, compartida por todo el interbloque. Para él, Sergio Massa "no tiene conciencia de a dónde está arrastrando el país". El cordobés resumió que "la plata del Estado que queda, que es muy poca, al servicio de la candidatura del ministro de Economía. País fundido para un ministro que lo funde al país. De ninguna manera podemos acompañarlo".
Los dirigentes opositores emitieron un comunicado centrado en un tema clave. Este viernes ingresará el Presupuesto 2024 que, más allá de las propuestas de las últimas horas para posponerse, probablemente no tenga una sanción definitiva hasta después de las elecciones y de la nueva conformación del Congreso. Por lo que ese debate se dilatará en medio de reclamos por una revisión de la ley de leyes correspondiente a este año por haber superado el 60% de inflación acumulada.
Pero la gran novedad llegó el miércoles en el Senado. Hubo acuerdo entre el Bloque Federal, Unidad Ciudadana y el Frente Nacional y Popular para dictaminar un proyecto que busque mantener algunas cuestiones de la ley de alquileres vigente - poco aplicada y controlada por el Estado – pero modificar algunas cuestiones que puedan dejar más tranquilo al sector propietario. El proyecto mantiene el plazo por tres años pero baja la actualización del monto de un año a seis meses – aunque la sube respecto del texto con media sanción de Diputados, de cuatro meses -. El índice para los incrementos será el de “Casa Propia” que toma el promedio más bajo entre salarios e inflación.
La gran pregunta es qué hará la oposición, si al oficialismo y aliados les alcanza con sus votos para poder avanzar y, en caso de lograrlo, qué podría ocurrir en la Cámara Baja. En principio, se espera que el interbloque de JxC vote en contra y deje todo en manos del oficialismo. De todos modos, la semana que viene mantendrán una reunión para afinar la posición. Si la oposición no acompañara y la matemática se aplicara en forma lineal a las negociaciones políticas, relaciones humanas y factores externos, el visto bueno podría llegar a tener 38 votos. Para el quórum, hacen falta 37 senadores. Entre el bloque Federal, Unidad Ciudadana y el Frente Nacional & Popular suman 36. Con los dos aliados rionegrino y misionera se podría superar esa barrera. Por eso, se calcula que tendrá la aprobación para regresar a Diputados.
Ahora bien, la Cámara Baja será la gran incógnita. Si el dictamen del Senado consigue la mayoría absoluta de la mitad más uno (cosa que podría suceder), Juntos por el Cambio necesitará el mismo estatus para insistir con el dictamen original de un contrato de dos años y actualizaciones cada cuatro meses sin un índice establecido. O sea, 129 votos.
En agosto, consiguieron el número para el quórum pero no para la media sanción, que se logró con 125 legisladores contra 112 que decidieron no acompañar. En esta ocasión, podría suceder que los dos diputados rionegrinos y el misionero – no pertenecientes a ninguna alianza – quieran acompañar el texto aprobado en Senado, por lo que Cambiemos perdería tres voluntades que podría recuperar con la negativa de los libertarios. Por lo tanto, quedarian en el mismo lugar.
Si esas tres pérdidas para Juntos por el Cambio fueran al dictamen con media sanción del Senado, que apoyará el bloque del Frente de Todos, el oficialismo conseguiría sumar 115 votos. A ese número se le podrían adherir otros 13, que fueron los que estuvieron ausentes en febrero, para llevar el guarismo a 128. En el medio, hubo una abstención del FdT, que podría llevar la situación a 129 voluntades más dos socialistas. Ahora bien, “es más fácil adivinar el balotaje que la ley de alquileres”, dijo una fuente parlamentaria. Todo pasaría al terreno de la futurología porque también esperan, en la oposición, que los cuatro votos negativos de la Izquierda no acompañen el dictamen de la Cámara Alta, así como alguna objeción de los bloques intermedios que ya estuvieron en contra de contratos por tres años.
Más allá de eso, se consideró que ni Juntos por el Cambio ni el Frente de Todos están en condiciones de abrir una sesión con 129 diputados presentes y que la del martes será la última antes de las elecciones. Se tratarán proyectos menores, de consenso, y probablemente Ganancias y blanqueo de capitales.
Ganancias empezará su recorrido este jueves con una sesión informativa, con un intento de firmar dictamen en la comisión de Presupuesto el lunes y una jugada arriesgada para llevarlo con o sin firma al recinto el martes. Juntos por el Cambio, que puso los pelos de punta cuando salió la iniciativa, votará en unidad en contra. La oposición no le quiere regalar al oficialismo la posibilidad de una división. Se entendió que Sergio Massa envió el proyecto para debilitarlos pero no se creyeron lo suficientemente fáciles como para caer en la trampa. Esa unidad estará camino a la abstención o al rechazo. Pero el proyecto podría avanzar si las conversaciones con los gobernadores tienen éxito, particularmente por ser un impuesto coparticipable.