Desde el PRO buscaron bajarle el tono al escandaloso mecanismo de lawfare desatado en la quinta de Olivos durante la presidencia de Mauricio Macri y que reveló El Destape. Desde el partido opositor aseguraron que su líder jamás se quedó a un "tercer tiempo", ese momento post partido, y que siempre llegó con los encuentros comenzados, sobre todo en lo que respecta al fútbol. La Operación Olivos consistió en una serie de reuniones durante los cuatro años de gestión cambiemita con jueces, fiscales, miembros de la Agencia Federal de Inteligencia, periodistas y empresarios mediáticos que luego, llamativamente, tomaron decisiones importantes para perseguir a los ex funcionarios kirchneristas y las publicaron en los canales o diarios afines.
Apenas conocido el escándalo, desde el espacio fundado por Macri buscaron explicar que los jueces tienen muchas causas en sus manos y cientos de diligencias anuales para firmar referidas a esas pesquisas y apuntaron que vincular las visitas de los magistrados y fiscales a la quinta de Olivos con sus fallos judiciales es una relación muy "liviana".
Un dirigente que supo participar de algunos partidos de fútbol quiso explicar la situación y desligar a Macri de cualquier mesa judicial. Aseguró que el ex mandatario llegaba a los partidos de fútbol una vez empezados y que apenas terminaban todos iban rápido a bañarse para comer el asado que ya estaba listo. Asados de los que Mauricio no participaba porque se iba a cenar al chalet con su familia para evitar cualquier tipo de retos por una prolongada ausencia.
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"En cuatro años nunca se quedó en la comida posterior, que era el espacio de debate", aseguraron desde el PRO. De todos modos, cualquiera de los participantes podría haber terminado de jugar el partido e ir a cenar con él al chalet, donde también mantuvo encuentros cara a cara con los funcionarios judiciales. Eso no fue descartado por una cuestión de desconocimiento pero dijeron que en fútbol y paddle jamás dieron los tiempos para ningún tipo de reunión. El problema es que los jueces y fiscales también fueron a disputar tenis al menos cuatro veces, deporte que quedó fuera de la teoría opositora.
Al menos nueve veces hubo encuentros de paddle y otras dos de fútbol. Desde el PRO descartaron que estos deportes hubieran dado el espacio para hablar de la Justicia y delinear el armado de causas. El 15 de diciembre de 2016, el juez de la Cámara de Casación Federal, Mariano Borinsky fue a jugar al paddle con Macri a Olivos. Ese día también había fútbol y la reunión coincidió con la presencia de Pablo Clusellas, Lucas Llach, Hernán Lacunza, Carlos Melconian, Francisco Quintan, Sebastián De Luca, Jorge Aguado, Ricardo Buryaille, Rodrigo De Loredo, Fernando Niembro y Martiniano Molina, entre otros.
"Cuando jugaba Paddle ni se cruzaba con los de fútbol. Están lejos las dos canchas", buscaron argumentar desde el espacio opositor. Lo llamativo es que ese mismo día Borinsky firmó un fallo en la "Ruta del dinero K” donde rechazaron la recusación contra el juez Sebastián Casanello que había presentado Leandro Báez. Dos semanas después la misma Sala IV, con Juan Carlos Gemignani, Borinsky y Gustavo Hornos, rechazó un planteo contra Casanello pero esta vez de Daniel Pérez Gadin.
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Como reveló El Destape, Macri se encontró, con el deporte de por medio, con miembros de la Mesa Judicial PRO como el viceministro de Justicia Santiago Otamendi, el Secretario Legal y Técnico Pablo Clusellas o el asesor José Torello que se sumaron a los nombres de Mariano Borinsky y Gustavo Hornos. Hasta el momento era sabido que quincenalmente se reunían en la Casa Rosada, más precisamente en el despacho de Marcos Peña, cada quince días con participación de miembros de la AFI, como Gustavo Arribas, del ministerio de Justicia, Germán Garavano, y el propio Mauricio. Ahora, con esta nueva información, se pudo conocer que el armado de causas también se hacía en Olivos.
Para el PRO, los deportes no eran un espacio de mesa judicial y sólo podría haber ocurrido algo sospechoso en los encuentros en el chalet. Uno de ellos ocurrió el 14 de febrero de 2019, día en que se encontraron Macri y Borinsky fue en el chalet de la quinta de Olivos. A los cuatro días ese magistrado, Hornos y Juan Carlos Gemignani ordenaron la inmediata detención de Boudou en la causa Ciccone. El chalet también fue visitado por periodistas como Jorge Lanata y Luis Majul, quien amablemente le dejó un libro suyo, autografiado, a Jorge Grecco - quien manejaba la pauta en la Era Macri - y éste lo dejó olvidado en su despacho una vez abandonado el poder.