La nueva oposición en el Congreso se encamina, esta semana, a una encrucijada en Diputados. A menos de una semana de asumir formalmente sus bancas, la Cámara Baja debatirá el Presupuesto 2022 y Juntos por el Cambio, en medio de las complejidades propias de una alianza mega fraccionada, deberá definir una estrategia común. Básicamente, en las próximas horas se conocerá si, pese a las críticas a la ley de leyes, acompañarán para habilitar el debate o no, si quedarán con la etiqueta de obstaculizadores o no. Las conversaciones no se harán esperar y también llegarán al Senado en estos días, una anticipación de lo que será una media sanción veloz.
"Invotable", así calificaron el Presupuesto durante la exposición del ministro de Economía, Martín Guzmán, en la comisión de Presupuesto y Hacienda que quedó en manos del oficialismo. En la extensa jornada, desde la oposición arrojaron varias consultas y críticas al proyecto y pidieron una semana más de debate pero, dada la desventaja ante el Frente de Todos, casi que dieron perdida la batalla que, tarde o temprano, derivará en la firma del dictamen de mayoría.
Según los planes del oficialismo, el martes expondrán Gabriel Katopodis, ministro de Obras Públicas; Carla Vizzotti, de Salud, y Alexis Guerrera, de Transporte. El miércoles se debería avanzar con el dictamen y el jueves, tal como anticipó el secretario de la comisión, Marcelo Casaretto, en El Destape Radio, el tratamiento en el recinto para lograr la media sanción. Con ese esquema, la semana que viene ya podría aprobarse en el Senado y el Gobierno terminaría el año con la aprobación del Presupuesto.
Con reuniones a contrarreloj, cada uno de los bloques y monobloques opositores comenzó a trabajar la postura que adoptará frente al debate, algo que se pondrá en común ante el interbloque el miércoles, en caso de no arribar a una conclusión más temprana. En principio, la tendencia indica que, más allá de lo "invotable", bajarán al recinto para facilitar el quórum y se abstendrán en la votación en general para hacer observaciones en particular.
La estrategia apunta a dos objetivos. Por un lado, evitar ponerse el traje de obstaculizadores de la gobernabilidad y, por otro, no dar lugar a una prórroga del Presupuesto actual porque quedó viejo. Sin embargo, la postura no está cerrada y todavía quedan horas de discusión interna. Quienes apuestan por extender el debate critican que el tratamiento será exprés y que el Gobierno lo podría haber habilitado antes. Por eso, tienen la intención de continuar con las exposiciones al menos una semana más. Con esa postura, el Senado recién podría sancionar el texto muy sobre el final del año.
La organización de Juntos por el Cambio no se convirtió en algo sencillo. Después de las elecciones y con la llegada de nuevas figuras al Congreso, el interbloque quedó conformado por seis bloques (más de dos diputados) y cuatro monobloques. O sea, diez posturas y representaciones diferentes que es necesario coordinar dentro de una estructura acéfala. Con el recambio, Mario Negri dejó la presidencia de la alianza en la Cámara Baja y hasta el año que viene, negociaciones mediante - sobre todo con Elisa Carrió -, no habrá un líder. En principio, la silla será ocupada por Cristian Ritondo.
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Si los 116 diputados bajaran al recinto para dar quórum o si los 116 decidieran no hacerlo para entorpecer el dictamen, Cambiemos podría mostrar que, pese a las diferencias internas, lograron coincidencias en los temas de fondo y la forma de abordarlos. Si dar el debate pese a no estar de acuerdo o si bloquearlo. Si no hubiera una postura unificada, podrían volver a evidenciarse los cortocircuitos de la alianza.
Mientras tanto, en el Senado ya comenzaron a prepararse para el debate. El jueves habrá una reunión de interbloque, ahora comandado por el radical Alfredo Cornejo, para analizar el panorama y definir una postura. La premura del encuentro evidenció dos cuestiones. Por un lado, la expectativa de que el Presupuesto tenga media sanción a finales de esta semana, lo que obligaría a una definición opositora rápida. Por otro lado, en caso de no ser tan expeditivo el tratamiento en Diputados, la ansiedad por tomar una visión común sin sobresaltos.