El macrismo pide paciencia y tiempo para acomodar la interna del PRO antes de avanzar con cualquier tipo de fusión con La Libertad Avanza. Desde el sector halcón esperan que eso ocurra el 19 de marzo, cuando - dicen - asuman las nuevas autoridades gracias a una candidatura de unidad cuya figura principal, y militada, es la de Mauricio Macri.
Para que suceda, el ex presidente y Patricia Bullrich deberían reunirse para poner en común sus ideas y unificarse para hacerle frente a la propuesta de Horacio Rodríguez Larreta, de una visión más moderada. De lograrlo, podrían avanzar hacia una candidatura de consenso sin espacio para los dialoguistas. En el entorno de Macri esperan que el 19 de marzo ya esté todo arreglado para que ascienda una nueva conducción. Si no, la intriga pasará a junio.
Este miércoles Patricia Bullrich se reunió con dos gobernadores importantes para el macrismo, Rogelio Frigerio de Entre Ríos e Ignacio Torres de Chubut. Con ellos conversó sobre las acciones en seguridad para proteger a los ciudadanos de cada una de estas provincias, pero las figuras son clave en la nueva negociación.
Se trata de dos gobernadores que no miran con malos ojos la fusión entre el macrismo y el oficialismo porque consideran que puede ser una ayuda a la hora de acercar posiciones entre las provincias y la Casa Rosada. Esa relación está, hoy, bastante tensa. La gran pregunta es el alcance de ese acuerdo.
Para Bullrich, es una buena idea que el PRO y La Libertad Avanza puedan conformar un interbloque amplio en el Congreso de la Nación. La alianza parlamentaria permitiría dotar al oficialismo de un número más grande, hoy tiene tan solo 38 diputados y podría tener 75 si el macrismo no presenta fugas. Pero, también, le aportaría un poco más de experiencia a la hora de encargar algún tipo de negociación. Con la ley ómnibus quedó en evidencia ese déficit.
En medio de los rumores y con pocas acciones concretadas, Martín Menem tuvo que salir a plantear que la conducción de Diputados quedará en manos de La Libertad Avanza, una discusión que ya se tuvo en el Senado, cuyas autoridades quedaron en manos del oficialismo y se ratificarán la próxima semana.
El jefe de la Cámara Baja hizo una demostración de poder el miércoles cuando avanzó en una amenaza hacia Unión por la Patria. El lunes, El Destape adelantó que el oficialismo tenía intenciones de conformar la comisión bicameral que controla los DNU este miércoles y Menem se movió en ese sentido. Le advirtió al peronismo que le dará tres sillas y no más, por lo que invitó al espacio a retirar uno de los cuatro nombres propuestos o lo haría él.
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Para Mauricio Macri también es necesario acomodar primero la interna del PRO antes de empezar a dar respuesta a algunas preguntas. En líneas generales, el ex presidente quiere terminar de definir, internamente, cómo seguirán "acompañando" al gobierno. La idea de una ayuda en continuado aleja un poco la posibilidad de una llegada masiva del marismo al Gabinete de Javier Milei. Sin embargo, se descuenta que algunos seguramente se sumarán.
Por lo pronto, todos los ojos están posados en una suerte de alianza parlamentaria. Como se dijo, LLA podría pasar de 38 a 75 diputados, en caso de que el macrismo conserve todo su número, y en la cámara de Senadores podrían crecer de 7 a 13. En el Congreso esperan la reunión entre Macri y Milei para tener una idea más clara del horizonte.
Sin embargo, incluso con la ayuda del PRO, La Libertad Avanza quedaría - en ambas Cámaras - muy lejos, no sólo de la primera minoría, que es Unión por la Patria, sino también de la posibilidad del quórum y del número necesario para avanzar con cualquier ley. Por lo tanto, sí o sí, aún con la alianza con el sector amarillo, va a necesitar de acuerdos políticos y parlamentarios con otros espacios.
El pacto entre el macrismo y el gobierno apareció como lógico. Sin embargo, las partes que se verán afectadas no recibieron ni las generalidades ni los detalles de este acuerdo. No lo hicieron los gobernadores, no le hicieron tampoco las patas internas al PRO. Ese será uno de los pendientes a resolver, por lo menos para poder avanzar.
De concretarse, el peso será más que nada simbólico. Una mayor gobernabilidad y muñeca política, además de experiencia, para sentarse con sectores de la sociedad con muchas ganas de negociar, pero también con sectores de la sociedad muy golpeados por las medidas del gobierno. En el Congreso, se deberá seguir con la "mejora" de proyectos.