Y en el día 24, volvió. Mauricio Macri tiene previsto regresar al país el domingo después de haber partido para Belice el 6 de julio para, luego, encabezar un recorrido europeo por su agenda de presidente de la FIFA. Llegará a la Argentina dos semanas antes de unas PASO que mostró, en la previa, a sus dos herederos divididos. Él, que logró mantenerse al margen hasta el momento (al menos públicamente), intentará garantizar que el 14 sigan todos juntos.
En horas decisivas, Macri aparecerá en medio de una discusión en principio accesoria pero para nada poco simbólica: la elección de un búnker. En 2021 ya hubo complicaciones para lograr que todo Juntos por el Cambio estuviera en el mismo espacio y hubo listas desperdigadas por la Ciudad y la provincia. Tan es así que las autoridades nacionales hicieron una poco convocante conferencia de prensa ya entrada la medianoche para buscar un espacio de unidad después de conocer los resultados.
Esa dispersión no generó inconvenientes en la elección de medio término porque, una vez atravesada, los encontró a todos en el mismo barco. Funcionó la máxima del que gana conduce y el que pierde acompaña. Pero esta vez, serán Ejecutivas. Y la campaña se tornó violenta entre los dos presidenciables del PRO, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.
En ese contexto, Macri puede aparecer como una especie de salvación aunque no logró que le hicieran caso en otros puntos importantes antes del cierre de listas. Cuando todavía se definía el futuro bonaerense, ya con la idea de tener dos candidatos a gobernador, el ex presidente pidió que no hubiera PASO en los distritos propios y fracasó. De 22 comandados por el PRO, sólo se consiguió en dos. Bullrich fue la más rebelde en ese sentido y quiso competir contra Larreta en cada rincón.
Muchos quieren que haya un búnker de unidad y que Mauricio funcione como una especie de llamador de la paz para garantizar ese mensaje de unificación, se aseguró. Pero, por ahora, no pareció haber una luz camino hacia esa acción para concretar el objetivo. De momento, ninguno de los campamentos confirmó una reunión entre los precandidatos y el ex presidente – juntos o separados – tras su regreso de Europa. Pero posiblemente suceda y este debería ser uno de los temas a tratar.
Hasta ahora, no hubo mayores novedades sobre la locación en la que se aguardarán los resultados. Larreta hará base en Costa Salguero, como es costumbre, y ya manifestó la intención de lograr una unificación a la espera de los resultados. De lograrlo, la imagen sería de unidad pero habría un herido y un ganador sobre el escenario. Trago difícil. De no lograrlo, el bullrichismo quedaría como el sector que rechazó compartir un espacio.
Por el momento, el bando halcón no tuvo mayores noticias sobre el búnker. Se especuló con la posibilidad de unificar a todo el bullrichismo en un mismo espacio, separado del larretismo, con la chance de una foto posterior al conocimiento de los resultados. Como hicieron Diego Santilli y Facundo Manes en 2021.
Santilli, en Buenos Aires, también mostró intenciones de unificar todo pero, en caso de no lograrlo, irá a Costa Salguero con Larreta. O sea, todavía quedan dos semanas para intentar acercar posiciones que muestren a los dos armados en un mismo lugar. Aunque quedó en claro, desde ambos sectores, que el 14 trabajarán juntos.
En ese camino, un pedido de Mauricio podría ser importante. Lo que también podría ocurrir, en estas casi dos semanas que restan para las PASO, es la aparición de un apoyo explícito de Macri a alguno de sus herederos. Por el momento, “no hay nada definido” sobre este punto. El ex presidente siempre mantuvo la línea de dejar que la sociedad elija y que ambos compitan para, luego, darle su banca al ganador.
Por cuestión de afinidad ideológica, personas cercanas a él dentro del equipo de Patricia Bullrich y el empuje de la campaña de la ex ministra, quedó más que claro que Macri mostró más coincidencias con la titular del PRO bajo uso de licencia que con el jefe de Gobierno. Pero, a esta altura, los apoyos de Mauricio tampoco lograron una eficacia marcada a la hora de garantizar triunfos.
Alejado de la rosca fina, el ex presidente aprovechó cuanto viaje tuvo para construirse internacionalmente, con mucho posicionamiento en el mundo del fútbol. Su plan a mediano plazo es mantener el estilo de vida actual, recorrer el mundo, lustrar la chapa de ex presidente y seguir cuidando el liderazgo que no se hereda ni se regala, se gana. El 20 tendrá una nueva cita en el exterior, en Marruecos, para un campeonato de bridge.
Las dos últimas campañas activas de Macri fueron en Santa Fe, al lado de Carolina Losada y Federico Angelini, un hombre de su extrema confianza, y en Córdoba. En ambos, hubo derrotas. La fórmula santafesina, también apoyada por Bullrich, se conformó con una dirigente radical en ascenso vertiginoso, de mucha presencia en medios, con el titular interino del PRO, hombre pedido por Mauricio para ese lugar en la boleta.
En Córdoba, después de haberle puesto contrincantes una y otra vez, Macri terminó apoyando a Luis Juez que perdió. Acá no hubo sorpresa. Una victoria hubiera sido batacazo. Pero la derrota, por menos de lo esperado, terminó con caras largas y escándalo mediático. Finalmente, se tuvo que aceptar.
La otra gran apuesta, y ésta sí fue parte de una construcción propia, fue Rodrigo de Loredo, para la intendencia de la capital cordobesa. Radical de Evolución, el dirigente formó parte del listado de figuras extra PRO miradas por Mauricio para ampliar su radar. A diferencia del caso anterior, con más expectativas de triunfo que de derrota, también perdió.
El domingo, con las elecciones en Chubut, podría pasar lo mismo. El senador Ignacio Torres apareció como el candidato de unidad del PRO y la última esperanza de llegar con una victoria ruidosa a las PASO. Por su arribo el mismo día, no quedó confirmada la presencia de Mauricio en el búnker por cuestión de tiempos. Sí se espera que estén los dos presidenciables.
Por el momento, tanto Bullrich como Larreta prefieren aferrarse a las encuestas que los dan ganadores. La PASO se transformó en una pelea con final incierto para la oposición. Según un sondeo de Isonomía, sobre el que no se hicieron mayores reparos del lado del larretismo, el jefe de Gobierno estaría arriba de la ex ministra, con cuatro puntos arriba.
Sin embargo, según un estudio de la Universidad de San Andrés, el bullrichismo está mejor parado que su armado adversario, por siete u ocho puntos de ventaja. El mismo sondeo también concluyó que en escenarios de elecciones generales, Larreta perdería con Sergio Massa mientras que Bullrich le ganaría al candidato de Unión por la Patria.
Para los halcones, hay menos escenarios con Patricia derrotada por Massa que con Larreta derrotado por Massa. El argumento exactamente opuesto al del jefe de Gobierno que, por la polarización que se lograría, entiende que la ex ministra de Macri perdería ante el titular de Economía.
En Buenos Aires, el panorama se mostró más cómodo para Santilli, bien posicionado frente a Néstor Grindetti pero con el problema de la interna nacional que podría impactar en su performance dado el bajo corte de boleta. Sin embargo, el sondeo de Isonomía lo colocó a Larreta cuatro puntos arriba de Bullrich en la provincia por lo que podría sortearse el inconveniente, de ser correcto el escenario.
Lo que sí, se vio un panorama peleado con el oficialismo, con Axel Kicillof al frente pero con la apuesta nacional más relegada. También, que la interna de JxC lograría acercar a la alianza a una situación de paridad con el oficialismo.