Macri quiere la ley ómnibus y alinea a funcionarios del gabinete económico para el día después de la aprobación

El PRO es el espacio más bondadoso en la relación con Javier Milei. Si el Gobierno concede algunos puntos solicitados, no habrá problemas para acompañar la ley ómnibus, una jugada cargada de sentido si se tiene en cuenta que el bullrichismo tiene a Bullrich ministra y que Macri tiene a sus ex funcionarios de Economía en el gobierno.

21 de enero, 2024 | 00.05

Mauricio Macri disfruta de sus vacaciones en Cumelén lejos del día a día del poroteo parlamentario. Al ex presidente no le interesa la rosca extrema, para eso están otras personas, en este caso Cristian Ritondo. El interés del jefe amarillo es claro y nunca lo ocultó, quiere que Javier Milei tenga aprobada la ley ómnibus.

El problema de Juntos por el Cambio radica en que el proyecto de Javier Milei se parece mucho al que hubieran implementado ellos en un gobierno que no fue. Eso, sumado a la demanda social de un cambio, hizo que se redoblaran los esfuerzos para intentar un acuerdo con La Libertad Avanza, proceso que seguirá durante el fin de semana después de que el oficialismo haya mostrado un acercamiento.

Los tres bloques se reunirán y trabajarán para lograr un dictamen conjunto con el gobierno, siempre con ese objetivo como norte. Pero el camino no quedó allanado, solo apareció dibujado entre la maleza. Todos volverán a reunirse para afinar la letra del texto unificado, con varios tópicos por resolver.

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La UCR atraviesa horas temblorosas. La Comisión Federal de la Convención del partido, comandada por Gastón Manes, encabezó un duro comunicado en el que rechazó la forma y el fondo de la ley. El documento se publicó después de una reunión de dos horas a la que invitaron a Rodrigo de Loredo, presidente del bloque, a exponer. Después de escucharlo 40 minutos, sacaron la declaración. 

Hacemos Coalición Federal todavía tiene grandes pendientes en la negociación. Margarita Stolbizer confirmó en El Destape Radio que ella no acompañará si no se quitan cuestiones que aún no fueron removidas, como la reforma del Código Civil y Comercial, desafinamiento de la cultura, desregulación ambiental o retoques en la Justicia.

El bloque va a trabajar, durante estos días, en propuestas y lo que salga de allí será llevado a la mesa que define el dictamen conjunto con La Libertad Avanza, incluidas modificaciones planteadas por Stolbizer. El lunes se reunirá el espacio con la intención de trabajar para que estos temas se tomen y pueda acompañarse. Si no, el oficialismo perderá más votos.

El PRO se vio bastante unificado detrás de la posición de apoyar, pero hay dos puntos que todavía necesitan retocar: el mantenimiento de la eliminación de las PASO y el destino de la fórmula o indicador para calcular el aumento jubilatorio. Halcones y palomas están juntas detrás del mismo análisis pero a la espera del dictamen final, con la letra chica. Hasta que eso no se concrete y las modificaciones se hagan realidad, no podrán cerrar el acuerdo.

El problema de Juntos por el Cambio no es el problema de Macri que no solo comparte proyecto de gobierno sino que también comparte gobierno con Javier Milei. Lejos de haberse quedado sin nada, colonizó la estructura nodal, de finanzas y economía, de la gestión. El ex presidente se corrió de la negociación por cargos, se fue del país en diciembre y dejó a Hernán Lombardi para continuarlas, aunque no lo contactaron con la velocidad esperada.

El gabinete económico de Macri

“Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre”, dijo Milei en campaña. El slogan quedó en eso, en un slogan, porque dos de cada tres designaciones en el área de Economía corresponden a personajes que ya fracasaron en el gobierno de Mauricio Macri. Y no son segundas líneas sino lugares de poder codiciados.

Por empezar, el ministro de Economía es Luis Caputo, el secretario de Finanzas es Pablo Quirno y el presidente del Banco Central es Santiago Bausili. El trío se conocen desde hace 30 años, desde mediados de los ‘90, cuando vivían en Estados Unidos y trabajaban para el JP Morgan New York. Bausili como su vicepresidente, Quirno como gerente y Caputo como jefe de trading para América Latina. La relación entre el primero y el tercero incluso va más allá en el tiempo, ya que ambos estudiaron en el mismo colegio que Mauricio, el Cardenal Newman.

En 2015, cuando Macri llegó a la presidencia, Caputo asumió como ministro de Finanzas con Quirno como su jefe de gabinete y mano derecha, mientras que Bausili primero ocupó el rol de subsecretario de Financiamiento para, luego, convertirse en el secretario de Finanzas, cargo que conservó hasta el fin del gobierno macrista. El resultado de esa gestión fue el mayor endeudamiento en la historia argentina.

En junio de 2018, después de una corrida financiera, Macri unificó los ministerios de Hacienda y Finanzas bajo la conducción de Dujovne y Caputo fue puesto a presidir el Banco Central, con Quirno como director. Unos días antes, “Toto” y Federico Sturzenegger habían discutido acaloradamente, en presencia de Macri, sobre los efectos del préstamo del FMI en el mercado local.

Con la corrida cambiaria, Mauricio se inclinó por el plan de “Toto” y echó a Sturzenegger. La relación sigue rota aún hoy, que volvieron a compartir gobierno. Y la gestión Caputo – Quirno fue un fracaso porque duraron sólo tres meses al frente del Central, lapso en el que perdieron 15.000 millones de dólares de reservas.

Entre otros fracasos, figura el diseño, en cabeza de Quirno, de las PPP, el esquema de participación pública-privada para realizar obras que culminó con cero obras realizadas. La misma idea que Milei quiere implementar en la actualidad.

Después de la gestión macrista y antes de la mileista, como sanguchito de negocios, Caputo y Bausili fundaron Anker Latinoamericana, la consultora que está detrás del negocio del Paseo Gigena. La obra se trata de oficinas emplazadas en el estacionamiento del Hipódromo de Palermo que el gobierno de la CABA concesionó en pesos (a razón de $ 72 millones de canon), mientras que las oficinas se alquilan en dólares (98.000 dólares al mes, 1.176.000 dólares al año). Más de un millón de dólares de ganancia por año, ganancia que se incrementó notoriamente con la devaluación que hizo el propio Caputo. Lo mismo que hizo en 2015 con el dólar futuro: antes de asumir compró dólares futuro con su financiera Axis y a la semana de asumir subió el dólar un 50%.

Según lo informado a la prensa, Caputo y Bausili renunciaron a sus puestos en Anker Latinoamericana, pero siguen siendo socios junto al tercer accionista: Flavio Luis Nicolás Caputo, el hermano de “Toto” que es acusado de financiar las actividades de Revolución Federal.

Otro ex JP Morgan New York que estuvo en el gobierno de Macri y volvió con Milei es Vladimiro Werning, designado vicepresidente del Banco Central. Durante el macrismo fue jefe de asesores del Ministerio de Hacienda. Pero hay un quinto JP Morgan New York que está en la actual gestión: Alejandro Daniel Lew, vicepresidente segundo del Banco Central.

Lew no trabajó con Macri, sino que entró al gobierno en 2020 como gerente de YPF, designado allí por Alberto Fernández en 2020 y eyectado en noviembre pasado después del balotaje. Según la denuncia penal que presentó el exdirector general de Aduanas Guillermo Michel ante la CNV y la SEC, Lew realizó maniobras de corrupción para provocar el faltante de combustibles en los días previos a la votación. Es decir, benefició a Milei y semanas después terminó en un alto cargo del gobierno de Milei.

En el Banco Central hay otros cuatro exfuncionarios macristas: Agustín Pesce (ex vicepresidente segundo del Banco Nación) y Marcelo Eugenio Griffi (ex secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía) son directores, Ignacio Pérez Cortés (también funcionario de Economía) es síndico adjunto, y Juan Ernesto Curutchet (presidente del Banco Provincia con María Eugenia Vidal) es superintendente de Entidades Financieras y Cambiarias.

El plan original de Milei era entregarle el Banco Central a Federico Sturzenegger, en manos de Demian Axel Reidel, otro ex JP Morgan, pero lo vetó Caputó aunque consiguió cargo como “asesor presidencial” de Milei. A Sturzenegger, ideólogo del súper DNU, Milei le creó un cargo: titular de la Unidad Transitoria para la Desregulación de la Economía.

Pablo Agustín Lavigne, secretario de comercio, fue director general de Gestión Comercial Externa y luego subsecretario de Facilitación del Comercio. El designado secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía, José Ignacio García Hamilton, fue jefe de gabinete de Producción con Macri. El subsecretario de Fortalecimiento Productivo y Sustentable para Pequeños y Medianos Productores Agroalimentarios, Pedro Manuel Vigneau, fue subsecretario de Mercados Agroindustriales en 2019.

El actual subsecretario de Política y Gestión Comercial, Esteban Marzorati, se desempeñó como director de Importaciones entre 2016 y 2019. Y el subsecretario de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores, Fernando Martín Blanco Muiño, ocupó el mismo cargo con Macri presidente.

La lista sigue. El secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Alberto Pazo, fue el superintendente de Seguros durante el macrismo. El secretario de Hacienda, Carlos Jorge Guberman, reportó como director general de administración del Ministerio del Interior hasta enero de 2018, cuando pasó a la Oficina de Presupuesto del Congreso.