Macri define la agenda post Ley Bases y se acerca la fecha límite PRO

El bullrichismo mira con atención lo que pueda ocurrir en tres semanas, momento en que Macri podría dejar a la ministra de Seguridad sin un rol clave en el partido. Los amarillos ya empiezan a impulsar sus propios debates y los moderados, sin prisa, conversan la viabilidad de una opción electoral para el año que viene.

16 de junio, 2024 | 00.05

Con la Ley Bases prácticamente cocinada, Mauricio Macri planea volver a reunir a la tropa para definir la nueva actitud del partido frente al Gobierno. Quieren ser diferentes, pero responsables, con una agenda propia que ya se empezó a vislumbrar en el Congreso. El ex presidente coincide con el rumbo económico que empezó a trazar Javier Milei pero mantiene observaciones en muchas otras áreas y las irá marcando a medida que pase el tiempo.

En una semana plagada de feriados, Macri quiere alinear el discurso a adoptar una vez saldada la discusión por las leyes de Milei. El 27 de junio, según acordaron los dialoguistas con el gobierno, podría darse el debate en Diputados para mantener unos cambios y rechazar otros. Mauricio está preparando el terreno para instalar agenda después de eso.

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La agenda del PRO que se viene

En las últimas horas, se avanzó en este sentido. El PRO negoció con la UCR, en Diputados, para acordar un dictamen que declare a la educación como servicio esencial. Se tomaron proyectos de ambos espacios políticos e hicieron un mix que deje a todos contentos. La idea de estos sectores (que también cosecharon apoyos de Coalición Cívica, La Libertad Avanza, Innovación Federal, Hacemos Coalición Federal) es garantizar 190 días de clases al impedir el cierre de colegios por huelga.

Según el proyecto, si la medida de fuerza durase uno o dos días, los establecimientos deberán contemplar una guardia con el 30% del personal docente y no docente afectado a la apertura del colegio. Ese porcentaje subirá en caso de que la huelga dure más de tres días, al 50%. El texto fue impulsado por el propio presidente de la comisión de Educación, Alejandro Finocchiaro.

 

Una compañera de bancada, Silvia Lospennato, instaló otro debate que, a futuro, impulsará el PRO, el de ficha limpia. En plataformas digitales, están impulsado la colecta de firmas para apoyar el proyecto que busca impedir candidaturas a personas condenadas.

La fecha de la reunión amarilla no fue establecida aún, pero se especulaba con que fuera el jueves. Por ese motivo, aún no fueron cursadas las invitaciones. La gran pregunta es si el bullrichista Damián Arabia estará entre los convocados o no. Y sí él, de estarlo, iría. La semana pasada, el martes, Macri ya se había encontrado con sus dirigentes de confianza, entre los cuales estuvieron Cristian Ritondo, jefe del bloque PRO en Diputados, Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y vice del partido a nivel nacional y Jorge Macri.

La Ciudad y PBA

El jefe de Gobierno logró un acuerdo político poco ruidoso en la CABA para comandar el PRO en ese distrito. El bullrichismo está integrado al espacio y el larretismo brilló por su ausencia, corriéndose otra vez de este tipo de discusiones. A diferencia de otros distritos, en la Capital Federal no hubo un choque fuerte con el gobierno por lo que los seguidores de Patricia Bullrich no están en pie de guerra.

La ministra de Seguridad maneja una muy alta imagen positiva en la Ciudad, lo que permite especular con una posible candidatura suya a Senadora nacional, por ese distrito, el año que viene. Por ahora, no se vio tentada de hacerlo, se siente cómoda con la silla que ocupa y la trascendencia que ese lugar le otorga. El bullrichismo, sin embargo, considera que debería hacerlo por ser la mejor postulante para el espacio.

Lo que haga, impactará en la interna amarilla porque, de no existir una coalición aprobada por todos los partidos, no le quedará más que romper e irse a título personal. Hasta ahora, el distrito más cercano a una ruptura es el bonaerense. En cuestión de días, cerrará el período para presentar listas, con Ritondo como el único anotado. Pese al ruido, la intención es lograr una unidad que mantenga cierto orden y desde el bullrichismo niegan alejamientos: “Nosotros somos PRO”.

La mirada está concentrada en el 4 de julio. Ese día, habrá un encuentro del Consejo, presidido por Mauricio, y de la Asamblea que, por reparto de cargos, debería quedar en manos de Bullrich. Hay mucha desconfianza y, como ya publicó El Destape hace dos semanas, Macri podría dejar a Patricia sin la silla de coordinación federal. Una invitación elegante a romper. La gran incógnita es cuánto podría llevarse la ministra en caso de irse.

Interna a cielo abierto

Lo cierto es que el PRO está dividido. Frente al gobierno, en tres. En relación a la supervivencia del partido, en dos. Tanto Patricia Bullrich como Horacio Rodríguez Larreta ven muy difícil el sostenimiento de un partido que perdió las elecciones – y la representatividad -, al tiempo que apoyó a un gobierno que, para la primera, los va a absorber y, para el segundo, puede fracasar.

“Es un desbande todo el PRO”, confió una fuente que conoce muy bien el partido. “Mauricio se está quedando con una cáscara vacía”, leyó sobre estas jugadas límites de Macri. Así como en los 2000 el ex presidente recibió a muchas figuras del ámbito privado, hoy el espacio ve como muchas de ellas se vuelven a sus hogares y sus actividades, dejando el partido sin demasiado sostén.

El actual Cambiemos del 2015, podría ser, de alinearse los planetas, La Libertad Avanza con victorias en los distritos clave. Macri no considera lo mismo. Para él, si este gobierno fracasa, muchos dirigentes que hoy coquetean con los libertarios van a querer volver.

Larreta, ajeno a las internas, piensa en la construcción de un espacio intermedio. El proceso está en estado inicial, muy verde. Cada dirigente está con sus propios problemas, pero la intención es lograr ser una opción política para las elecciones de medio término apelando a aquellos que ya no quieran votar por el oficialismo, pero tampoco quieran irse al kirchnerismo.

De momento, no hay miradas claras sobre el futuro de este gobierno, por eso les resulta bastante difícil predecir la mejor posición para ubicarse. Algunos consideran que puede hacer una buena elección y otros piensan que la pérdida de apoyo social no es un escenario descabellado.

Los gobernadores del PRO mantienen diálogo con Larreta. Ellos jugaron libres en las elecciones del año pasado, más allá de que se sentían más cómodos con la posición de Horacio. Pero, al menos de momento, ninguno percibe la existencia de una opción moderada para el año que viene, sino que tendrán que competir con el peronismo en sus provincias y que, para contrarrestar, será necesario construir frentes amplios, sin descartar una participación de La Libertad Avanza en internas.