Lousteau decide un voto que define su posición en la UCR

El senador no tiene definida su posición, pero una pregunta empezó a sonar en el aire: ¿Cómo queda, como presidente del partido, en caso de protagonizar otra votación en soledad? El porteño ya se opuso al DNU 70/2023.

12 de mayo, 2024 | 00.05

La dilación en el debate de la ley Bases dejó en evidencia que el gobierno no cuenta con los apoyos necesarios para un trámite exprés, pero todavía no sirvió para despejar dudas sobre algunos votos, como el caso de Martín Lousteau. El radical todavía no definió el sentido de su elección y la posición que tome tendrá impacto en la dinámica partidaria, complejizando aún más la situación.

El presidente del Comité Nacional quiere, por estas horas, introducirle modificaciones al texto pero, al mismo tiempo, sabe que esos cambios no van a ser aceptados por el gobierno durante el debate o, en su defecto, cuando regresen a Diputados para aprobarlos o rechazarlos. Eso, sumado a que su relación con el entorno mileista no es la mejor, pueden funcionar como condimento para no acompañar. Sin embargo, confió una fuente de la UCR, hay muchas personas dentro del partido y todas le manifiestan su opinión para intentar construir el voto. Por eso, todavía no hay definiciones.

La posición de Lousteau no es sencilla, ya que no es solo un senador, es el jefe del partido. Y un jefe de partido que ya votó, casi en soledad, en contra del DNU 70/2023 y que le pidió a sus diputados hacer lo mismo, hasta ahora sin éxito. En caso de votar en contra, en esta ocasión de la ley Bases, correría el riesgo de quedar nuevamente aislado ya que el bloque se encamina a acompañar con modificaciones.

Una situación de ese estilo lo dejaría en un lugar incómodo, pero igual de complejo ya que en el análisis se cuela otra pregunta, ¿Qué tan representada está la militancia en esa institucionalidad parlamentaria? Hay quienes piensan que los diputados que acompañaron y los senadores que lo van a hacer, no reflejan los deseos del afiliado o votante radical, desenganchando esa relación entre dirigentes y pueblo.

De ser así, Lousteau podría aparecer como el único, o uno de los pocos, con intenciones de recomponer ese vínculo en caso de rechazar. Pero esta no es una lectura compartida por todos. Los radicales críticos del gobierno quieren, desde una UCR popular en construcción, que su presidente opte por el rechazo, sin embargo los más halcones ven que el enojo con Javier Milei es un fenómeno del AMBA pero que los boina blanca del interior comparten el rumbo.

“Lousteau ya está jugando la candidatura del año próximo”, lanzó una fuente radical cercana a un importante dirigente centenario. El senador deberá renovar su banca en 2025 y, con la ruptura de Juntos por el Cambio, la UCR deberá arreglárselas en soledad o ingeniar algún mecanismo electoral que ayude a traccionar votos.

En esa construcción, la votación en el Senado es clave. Hasta ahora, sus críticas públicas y su rechazo al DNU lo posicionaron como un claro opositor a Milei, habrá que ver si sostiene ese camino con la ley Bases. Allí apareció un gris, remarcado por una fuente del bando halcón: si se abstiene, no vota con Unión por la Patria, que es lo que reclaman los gobernadores, no votar con el kirchnerismo. ¿Puede ser una salida elegante?

En Diputados, los radicales que no acompañaron la ley decidieron abstenerse y no rechazar pese a que alguno de ellos lo había hecho en el verano. Según argumentaron, el cambio se debió a que el proyecto mejoró mucho respecto al presentado en enero. Pero lo cierto es que la UCR no aportó rojos a la votación. Como también es cierto que el sector de Evolución, de Lousteau, eligió el botón verde y apoyó.

Ahora bien, si llegara a votar en contra, en el partido se vaticinaron momentos difíciles. Otra fuente con conocimiento de la dinámica radical aseguró que Lousteau tiene dos años de mandato al frente del Comité por delante y que nada lo correrá de ese lugar, aunque tenga internas fuertes dentro del espacio. Sin embargo, sí se vio que algunos dirigentes del armado de Gerardo Morales empezaron a halconizarse, a mirar con cierta simpatía las posiciones del Malbec Alfredo Cornejo, y que el porteño no la tendrá fácil.

Lo que se juega, además del futuro de la ley o una potencial candidatura, sin contar la interna entre dos ideologías contrapuestas en favor y en contra de Milei, es la verdadera conducción del espacio. Si está en el presidente del Comité o si está en los gobernadores. Si los legisladores le harán caso a sus provincias o a su jefe partidario. Hasta ahora, pasó la primera, los territorios ganaron.

En el Senado, Lousteau está un poco más aislado que en Diputados. Allí el peso de los gobernadores es muy importante y el debate por el DNU dejó en claro que los legisladores escuchan a sus jefes provinciales y actúan en consecuencia. En la Cámara Baja sucedió algo similar, pero hay más figuras dispuestas a enfrentar a Milei que en la Cámara Alta. Por lo tanto, de no acompañar los proyectos, se espera soledad.

Los gobernadores están jugando fuerte y todos mantienen bilaterales con el gobierno. Sin embargo, algunas batallas son cada vez más explícitas. El fin de semana pasado, el parlamento patagónico pronunció su “rechazo enérgico en todos sus términos” al DNU, ¿anticipo de un voto en contra en Diputados?. Son los mismos que impulsan un pacto paralelo al de mayo, propuesto por el presidente.

En relación a la ley Bases, las relaciones provinciales con la Casa Rosada también son clave. El gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, no mantiene buenos vínculos y sus senadores generan expectativa. Tiene muchos frentes abiertos, desde las represas inconclusas hasta los tarifazos que, por estas horas, sumaron un nuevo capítulo. El distrito irá a la justicia con el objetivo de retrotraer las tarifas del servicio al mes de marzo.

Pero no todo es color negro. Hubo movimientos ejecutivos interesantes y delicados para hacer guiños a las provincias. En Jujuy, por ejemplo, Milei desistió del reclamo ante la Corte Suprema, iniciado por Alberto Fernández, contra la reforma constitucional de Gerardo Morales.

Los que también incidirán en los posicionamientos son los referentes de la sociedad civil. Afiliados y simpatizantes de la UCR escribieron una carta abierta dirigida a la senadora nacional por Entre Ríos, Stella Olalla, para que se oponga a ciertos artículos de la Ley Bases como la delegación de facultades; la reforma del Estado, las privatizaciones, el empleo público, la reforma laboral y la moratoria previsional.

Sobre este pedido radical, el fueguino Pablo Blanco, que rechazó el DNU, ya adelantó algo en este sentido. Se mostró crítico con la reforma laboral como está planteada, de Ganancias y de la delegación de facultades. "Como fueguino juré defender los intereses de mi provincia y votaré siempre a favor de los intereses los fueguinos", sostuvo pero planteó que su intención es acompañar en general.

En Entre Ríos, el macrista Rogelio Frigerio confía en aportar los dos votos propios, el de Olalla y el de Alfredo de Angeli. La gran duda es la del peronista de Unión Federal, Edgardo Kueider. Según confió José Orlando Cáceres, presidente del PJ provincial tras una charla con el legislador, el bloque aún no tomó “posición, están discutiendo qué postura van a tener en el tratamiento en general de la ley. La idea que tienen en su bloque es que desaparezcan por completo algunos artículos de la ley. Ni siquiera que se modifique y vuelva a Diputados. Sino que se eliminen. Pero, bueno, están en pleno trabajo”.

Dentro de las incógnitas está saber si el macrista Ignacio Torres aportará dos votos para las dos leyes o si flaqueará en alguna de ellas. En Chubut, el Concejo Deliberante de Puerto Madryn aprobó un proyecto de comunicación dirigido a sus tres senadores para que rechacen la ley, pero hubo abstenciones de Juntos por el Cambio y un voto negativo de la misma alianza.

Las dudas tienen escrito, también, el nombre de la neuquina Lucila Crexell. Según consignó LM Neuquén, allegados a la senadora aseguraron que no votará “en bloque para ninguno de los dos bandos” y que lo hará, “como siempre, con criterio institucional y considerando punto por punto”. La rionegrina Mónica Silva no aceptó la vuelta del Impuesto a las Ganancias y pidió que las provincias coparticipen el impuesto al crédito y débitos bancarios y el impuesto al cheque.