En 2021 fracasó y no hay intenciones de que vuelva a suceder en 2023. El acuerdo con José Luis Espert en provincia de Buenos Aires se intentó en las elecciones legislativas y no logró concretarse por la resistencia de un sector de Cambiemos a dejarlo participar de una gran PASO. Una propuesta que había sido comandada por el actual legislador y que, entonces, no encontró agua en la pileta. Esta vez, el larretismo continuó con el trabajo fino para intentar consolidar lo que no pudo hace dos años con la intención de ampliar el espacio pero, sobre todo, robarle votos a quien sea el nombre de Patricia Bullrich en el distrito. Liberal versus halcón. Con las negociaciones un tanto más avanzadas, el sector más duro empezó a pensar alternativas que permitan la incorporación sin generar daños.
En diálogo con TN, Espert aseguró que habló sobre el posible acuerdo con Mauricio Macri, con Patricia Bullrich, Miguel Ángel Pichetto, Alfredo Cornejo, Gerardo Morales, Maximiliano Abad, Gustavo Valdés y Elisa Carrió. “Cambia la realidad política y de poder de la Argentina si esto prospera”, sostuvo el diputado y agregó que “marcha todo muy bien, creo que la sociedad va a tener la oportunidad de encontrar un nuevo espacio opositor de manera institucional” con la intención de que esta rama “tenga una silla más en el nuevo espacio opositor”.
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Con esas palabras, el legislador de Avanza Libertad confirmó lo que se sabe hace tiempo, que las negociaciones están encaminadas, casi por llegar al final de un apretón de manos. Habló con varios sectores para lograr el consenso necesario para, esta vez sí, poder integrarse no sólo en Buenos Aires sino en todo Juntos por el Cambio, una confluencia de Frentes. En la provincia, Espert había decidido ir con boleta corta, o sea sin un candidato presidencial. Pero todo está abierto a negociaciones.
En plenas conversaciones, su posición actual incorporó la idea de que, en las PASO, cada una de las “patas” del nuevo espacio opositor tenga sus propios candidatos. Incluso con una competencia en las presidenciales para que los liberales puedan tener su candidato para competir contra Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y cualquier otro nombre de la alianza. En ese escenario, no se descartó que él mismo pueda ir por la Rosada o por la Gobernación. Todo en construcción. Según se manifestó, con el objetivo de que “el kirchnerismo o toda otra forma de populismo sean derrotados en las elecciones de este año y no tengan más chances en Argentina”.
Una fuente halcona de la provincia aclaró que para concretar el acuerdo debería haber consenso con todos los sectores. Además, advirtió que el bando integrado por los dirigentes mencionados por Espert poseen un acuerdo con Luis Rosales, señalado como un hombre cercano a Horacio Rodríguez Larreta. Según acusó, intermediario en transacciones de dinero para acercar posiciones con incentivos. ¿Billetera mata cercanía ideológica?, una pregunta que se hizo más de una vez. Más allá de los señalamientos, la intención de sumar al liberal para erosionar a su competencia interna no fue negada por el larretismo.
El acuerdo con Espert, en caso de que éste decida mantener su candidatura a gobernador, le podría sacar votos a los más duros del PRO, perjudicando principalmente al candidato de Patricia Bullrich. Es lo que más teme ese sector. El nombre de la ex ministra de Mauricio Macri aún no fue definido y recién a fin de mes María Eugenia Vidal revelará si jugará o no en la presidencial, lo que liberaría a Cristian Ritondo para entrar al juego de la titular del partido amarillo. Por lo tanto, falta mucho tiempo.
Desde el entorno del libertario se descartó la posibilidad de un pacto con cualquiera de los sectores más taquilleros que se dispusieron pelear por una candidatura máxima dentro de Juntos por el Cambio. Se aclaró, en cambio, que, de concretarse, se iría hacia la confluencia de dos Frentes que disputarían, en forma institucional y no personal, los cargos a elegirse este año.
Lo cierto es que una presentación aislada del diputado, dentro de la interna de Juntos, tendría mayores chances de robarle votos de los más duros. Según un sondeo de Federico González y Asociados, el liberal encabezó en marzo el top cinco de dirigentes percibidos como de derecha, podio compartido por Joaquín de la Torre (de Bullrich), Carolina Píparo (que se pasó al bando de Javier Milei), el abogado Fernando Burlando y Ritondo, el vidalista que podría migrar al bullrichismo.
Diego Santilli, del larretismo, no apareció en ese cuadro. El mismo estudio también arrojó que, con el diputado de Avanza Libertad yendo por fuera de la PASO cambiemita, el tándem Bullrich – Ritondo le podría ganar al de Larreta – Santilli por tres puntos, pero Espert se quedaría con otros cinco. ¿Qué pasaría si el espacio estuviera integrado? Una pregunta clave, sobre todo si se miran las encuestas que, a diferencia de ésta y de este escenario particular, dieron al ex vicejefe de Gobierno porteño como el preferido en un lugar consolidado.
Por lo tanto, la lectura lineal del bando combativo fue la de un Espert peligroso para el sector halcón, tanto a nivel local como nacional. Básicamente porque, de querer disputar en serio una candidatura presidencial, será imprescindible tener un nombre fuerte en Buenos Aires, sin riesgos de filtraciones. Este lunes se reunió, como cada semana, la mesa provincial del PRO y todavía no se mostraron ni cerca de discutir el ordenamiento de las candidaturas ni, mucho menos, las alianzas que podrían tejerse. Se enfocaron más que nada en el dinero que reciben o no reciben los municipios por parte de la Gobernación.
Ahora bien, el bullrichismo no necesariamente le cerraría las puertas a un acuerdo con Espert. Frente a la amenaza latente de Javier Milei, con quien se mantiene una relación cercana pero se desconfía del armado desordenado que construyó para intentar tener bases sólidas, José Luis fue visto como una figura similar a la de Ricardo López Murphy, que ya se manifestó abiertamente a favor de jugar con Patricia Bullrich para no hacerle el juego a Larreta en la presidencial.
López Murphy vio que los números no alcanzaban para ganar o competir cabeza a cabeza por la Casa Rosada y notó que sus ideales estaban representados en la figura de Bullrich. Por lo tanto, de presentarse por separado a una interna le iba a quitar votos, favoreciendo la estrategia del jefe de Gobierno. Entonces, decidió declinar de esa pretensión para, de momento, mostrarse como un posible postulante en la Ciudad. Además, se dejó entrever que cualquiera de su espacio que no haga lo mismo sería funcional al capitalino.
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Algo similar podría ensayarse para la provincia. Conscientes de que Espert podría sacarles votos en una interna, especular con la posibilidad de tentarlo para llevarlo a un acuerdo con Patricia. De este modo, se le podrían proponer cargos más realistas y concretos que una carrera por la gobernación que, según las encuestas, está lejos de ganar.
En ese pacto aún no avanzado, las opciones podrían ser múltiples. Desde lanzarse para una senaduría por la provincia hasta, incluso, tener un lugar en el Gabinete. De darse un acuerdo con Bullrich, por qué no ser titular del Banco Central, por ejemplo. El diputado, en febrero, propuso modificar “totalmente su Carta Orgánica” para que “tenga prohibido financiar al Gobierno y transferirle utilidades y, fundamental, que jamás pueda emitir deuda remunerada”.
Sobre estas especulaciones, el sector libertario volvió a negar un pacto con cualquier sector. Por el momento, el objetivo que plasmó Espert no fue personal sino institucional. La incorporación de los liberales de manera formal a la mesa de toma de decisiones de la alianza opositora. Un lugar que, en mayor o menor medida, también consiguió López Murphy después de convertirse en un actor relevante en las elecciones del 2021. Para este ala, la única forma de ganarle al kirchnerismo y convertirlo en un acto testimonial es con los liberales adentro.