Sus aviones casi se cruzaron en el Océano Atlántico, el de Mauricio Macri camino a Italia para participar de un torneo de bridge y el de Horacio Rodríguez Larreta con destino a la Argentina tras una gira por Alemania y España para apuntalar su carrera presidencial. Después de que el ex jefe de Estado marcara el terreno nacional con algunas apariciones mediáticas y presencias en reuniones de la alianza, el dirigente de la Capital Federal comenzó a mostrar gestos de diálogo hacia otras fuerzas extra PRO, aunque nada indica que vaya a centrar su construcción por fuera del partido que lo acoge. Con fotos junto a Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y líder de la UCR, y Sergio Massa, el mandatario porteño empezó una nueva gira, la local.
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Larreta, que suele tener mucha presencia física fuera del país y prefiere enviar personas de su confianza a recorrer las provincias, cada tanto hace incursiones en distintos puntos de la Argentina, como sucedió a fines de febrero, cuando viajó a Jujuy para mostrarse con Morales. El hombre de la CABA y el dirigente del Norte volvieron a encontrarse esta semana en el homenaje a Raúl Alfonsín en el cementerio de la Recoleta. Larreta fue el único referente de Juntos por el Cambio por fuera del radicalismo y también fue el único al que Morales, anfitrión, agradeció personalmente. De hecho, hasta tuvo el honor de acercar un arreglo floral al mausoleo del ex presidente de la UCR, gesto no compartido con Evolución, apéndice del partido centenario no reconocido por la conducción del espacio.
Desde Uspallata se explicó que el viaje a Jujuy fue en el marco de Juntos por el Cambio y por el lado de la UCR se argumentó que estuvo en la conmemoración a Alfonsín en su carácter de socio de la alianza. El único que estuvo presente, vale aclarar. Pero también se topó con el líder radical en la cena por los 40 años de la Fundación Conciencia, donde no faltaron las fotos con Sergio Massa. La necesidad de generar puentes de diálogo y consenso fue una de las conclusiones políticas de esa noche. El jefe de Gobierno y el presidente de la Cámara de Diputados se conocen hace años, son cercanos pero no se veían hacía meses, por lo que el cruce entre ambos en un evento benéfico fue minimizado políticamente desde el bando larretista.
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Larreta en búsqueda del 70%
Hace tiempo, Larreta se propuso plantear la necesidad de "consensuar una visión común, que nunca va a ser unánime, no existe un 100% consensuado, pero tenemos que apuntar a que dos tercios del sistema, un 70%, podamos ir por un camino que sostengamos sea quien sea después el próximo presidente". Una suerte de continuidad en las políticas de Estado que sólo podría garantizarse con puentes hacia otros sectores y cierto ámbito de debate inter-coaliciones.
Pero para llegar a ese punto, el hombre de la CABA deberá, en primera instancia, enfrentarse a los suyos para intentar avanzar con su propio proyecto presidencial. Larreta no tiene sólo el deseo de ser jefe de Estado, sino que tiene enormes ganas de serlo. Casi que su vida política actual está enfocada en eso, en su única oportunidad para alcanzar el sillón de Rivadavia y hay resistencias.
Desde la Coalición Cívica tienen la intención, al menos Elisa Carrió, de empujar a Larreta a romper
Patricia Bullrich también es una presidenciable del PRO, claramente alineada con el discurso duro de un Mauricio Macri que por ahora prefirió alejarse de la interna con Larreta y limitarse a plantear un acompañamiento a ambos hasta el momento de las PASO. Bullrich y Macri comparten algo, ambos son parte del sector más combativo del partido y ya tuvieron guiños incluso al espacio liberal comandado por Javier Milei, algo a lo que el mandatario porteño le escapa. Y él tampoco gusta demasiado de él.
Las reapariciones constantes de Macri, su postura de líder del partido y de la coalición opositora marcaron la cancha y la inclinaron hacia el ala más combativa. Algo con lo que algunos quieren terminar. Desde la Coalición Cívica tienen la intención, al menos Elisa Carrió, de empujar a Larreta a romper con esa verbalidad y copar el mundo discursivo más tendiente al diálogo y la moderación. Por ahora no sucederá. Pero si Mauricio decidiera apoyar a Patricia de forma solapada, podría robarle una parte del aparato partidario a Horacio, debilitándolo en la construcción nacional.
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Esta situación no es contemplada ni de cerca por el larretismo que no ve, en ningún escenario, la posibilidad de que Macri y Larreta puedan enfrentarse porque son socios políticos hace 20 años, porque siempre trabajaron juntos y no hay chance de que dejen de hacerlo. Algo que, sostienen, saben todos los dirigentes. Incluidos aquellos que, como Bullrich, pueden tener aspiraciones. En esa línea, tampoco consideran que Horacio pueda estar buscando armar su propio aparato, su propio sistema político por fuera del PRO como una suerte de plan B ante una soltada de mano.
PRO federal
Este viernes a las 15 se lanzará, desde Mendoza, el PRO federal con la intención de darle mayor volumen al interior de la Argentina y al partido. Larreta viajará para participar del acto en forma presencial, mientras que Bullrich y Macri, todavía en su torneo de bridge, lo harán vía Zoom.
El objetivo de este nuevo espacio será el de generar mayor influencia y peso del interior en cuestiones legislativas, partidarias además de comenzar a generar dirigentes y cuadros técnicos que puedan tener peso a la hora de armar un supuesto nuevo gobierno, ya sea con nombres que puedan ser capaces de ocupar sillas Ejecutivas de alto rango como también posicionamientos económicos e industriales desde las provincias.