Antes de la reunión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta ensayó una propuesta para sus socios de coalición y les pidió que, pese a no apoyar, no militen en contra del reclamo porteño contra el traspaso de los colectivos a la Ciudad de Buenos Aires. Horas después del encuentro, se instaló otra versión: los gobernadores del interior, molestos por las desigualdades, se le plantaron al jefe de Gobierno y le impidieron instalar el tema. En un año sin elecciones pero lleno de definiciones y alianzas, con internas dentro de la coalición y de cada partido, el mandatario de la CABA fue el centro del fuego ¿amigo?.
En medio de la pelea con Nación por el proceso de traspaso de la administración de colectivos y sus consiguientes subsidios a la Ciudad, Larreta se preparó para llevar el tema a la mesa nacional que se reunió el jueves. Consciente de que no iba a conseguir el apoyo del interior por una cuestión obvia, el resto de las provincias financian el subsidio al transporte de la Capital Federal, fue con otra propuesta, la de pedir que no hagan campaña contra su administración como lo hicieron contra la batalla por la coparticipación.
Según se entendió en el larretismo, los socios no protestaron y nunca se intentó sentar posición de alianza sobre el tema. Pero a las horas, en un grupo de Whatsapp macrista, circuló un mensaje contradictorio con la versión de Uspallata. El texto planteó una suerte de situación de soledad para un Larreta que quiso instalar el debate y casi hacerlo extensivo a la coalición. El mensaje fue adjudicado directamente a Patricia Bullrich, hoy candidata de Mauricio Macri y principal contrincante del mandatario capitalino.
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Como todo mensaje dirigido a un grupo amplio, alrededor de 40 personas, la versión comenzó a escurrirse. En esta línea, se indicó que Larreta quiso instalar el tema pero el radicalismo se le plantó, con tres gobernadores propios, por ser una lucha meramente porteña y perjudicial, desigual para el resto del país. De todos modos, tampoco se comunicó como una "guerra".
En el fondo, la verdadera razón de la disputa giró en torno a la gobernabilidad de Juntos por el Cambio. Si el discurso porteño será el que prevalecerá dentro de la alianza opositora en detrimento del resto del país. El PRO, más allá de sus intenciones de ampliación, es un partido que nació en la Capital Federal y es concebido casi estrictamente como de esa metrópoli. Pero también fue producto de una guerra interna dentro del macrismo para ver quién triunfará. Por otro lado, dentro de un intento de construcción federal, levantar la bandera de la CABA también fue entendido como una mala estrategia para un sector del macrismo.
Esta semana se realizará la primera reunión entre Nación y CABA para diagramar el proceso de traspaso. Según revelaron desde el Ministerio de Transporte, la Ciudad sólo paga el 44% de los subsidios de las 32 líneas de colectivo en disputa mientras que la provincia de Buenos Aires lo hace en un 91%. Lo "ahorrado" en esta materia se destinará, según se informó, a engrosar el fondo del que se alimenta el resto del país.