La UCR homenajeó a Raúl Alfonsín a trece años menos un día de su fallecimiento. Durante el evento de media hora, varios gestos llamaron la atención: la reunificación circunstancial de ambos bandos del radicalismo, la clara división entre segmentos oficiales reconocidos por la autoridad partidaria y no oficiales, como el caso de Evolución, la presencia protagónica de Horacio Rodríguez Larreta, claramente por fuera del armado del espacio centenario, y un cambio de horario a último momento que no le llegó a todos los invitados, fueron algunos de los hitos de la jornada. Hubo, en las breves intervenciones discursivas, un reconocimiento al espíritu democrático del ex presidente, se destacaron sus principios y valores y se pidió por una ampliación de la coalición con posibilidades concretas de volver al poder.
El evento había sido convocado a las 16:30 pero se postergó una hora, algo que se comunicó poco tiempo antes en redes sociales y su corrección llegó sólo a algunos de los dirigentes que se hicieron presentes. Un diputado de Evolución, de hecho, arribó antes de las cinco de la tarde, se le notificó la demora e indignado dijo que "avisaron por Twitter". Se fue para no pasar frío pero volvió más tarde para no perderse el evento. A los minutos, el acto arrancó casi puntual y quienes tuvieron un lugar central en el escenario inexistente fueron Gerardo Morales, presidente de la UCR, María Luisa Storani, la vice, Enrique Coti Nosiglia, mítico dirigente del partido y ex funcionario de Alfonsín, y - llamativamente - Larreta. Ellos fueron los oradores y estuvieron escoltados por el segundo anillo en importancia, los jefes de los bloques parlamentarios.
Se los pudo ver a Luis Naidenoff y Alfredo Cornejo por el Senado y a Mario Negri por Diputados. Si bien estuvo Rodrigo de Loredo, del lousteauismo, no ocupó un rol protagónico. Al final del acto se trasladó una ofrenda floral hacia el mausoleo donde descansan los restos del ex jefe de Estado, arreglo que fue llevado por los dirigentes parlamentarios, los oradores del evento y Larreta, que se ubicó en la cabecera y casi que desplazó a Evolución. La presencia del mandatario porteño no dejó de llamar la atención y se llegó a bromear con que fue al cementerio porque es local o porque comanda la ciudad donde está emplazado el lugar. La respuesta oficial del radicalismo fue que asistió como "socio de Juntos por el Cambio". Sin embargo, fue el único socio no integrante de la UCR presente. De todos modos, según supo El Destape, Maximiliano Ferraro de la Coalición Cívica también fue invitado pero no llegó.
La elección de la presencia de Larreta no fue inocente. El anfitrión Morales y los dos invitados extra partidarios conformaron una suerte de cinturón dialoguista para contener la intransigencia de los halcones en algunos temas clave como el acuerdo con el Fondo Monetario. Sin negar los cruces públicos que existieron entre el jujeño y el porteño, los guiños de acercamiento no fueron tomados a la ligera por algunos sectores del PRO que gustarían de una alianza que evite internas presidenciales en 2023. Dato no menor, cuando Gerardo tomó la palabra para cerrar el acto, al único que agradeció por su nombre fue a su par de la CABA.
El lugar protagónico de Larreta, como uno de los cuatro oradores y como parte de la comitiva que le ofrendó un arreglo florar a Alfonsín, fue contrastado por una especie de exclusión de los radicales de Evolución. La presencia del Coti Nosiglia pudo tomarse como una suerte presencia importante de este espacio, aunque en el último tiempo se especuló con algunas internas entre él y Martín Lousteau, algo que desmintieron desde ambos bandos. Este sector no fue destacado como "oficial" ni tampoco fue invitado para llevar las flores y según le explicaron a este medio desde el bloque que conduce De Loredo, no fue intención de ellos ni pelearon por tener un lugar importante. Sin embargo, lo simbólico pesa y Larreta tuvo más protagonismo que este apéndice radical.
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El discurso más extenso fue el de Nosiglia, que destacó tres pensamientos de Alfonsín aún en vigencia, según dijo. En primer lugar, la democracia en la construcción de un futuro tangible. En segundo puesto, el diálogo plural para la construcción de ese futuro dejando de lado las luchas de todos contra todos a través de un pacto social que legitime el objetivo. Finalmente, el rol de la UCR de provocar una síntesis y sumarse a la búsqueda de colectiva de ese futuro con marcos bien claros. Habló de "estar a la altura", de ponerse "al servicio" de las demandas para encontrar soluciones y del compromiso político, "ampliando la representación y ensanchando la coalición siempre respetando la convivencia interna y la democracia partidaria".
Con críticas a la falta de "rumbo" del gobierno, la consiguiente "desesperanza" y los conflictos internos del oficialismo, el dirigente sostuvo que las elecciones del año pasado "avizoran un cambio político" que, para conseguirlo, tendrá que dar pasos previos como el fortalecimiento de los instrumentos propios de la alianza opositora, la construcción de programas, de liderazgos locales y nacionales. Esa misión, dijo, es "el mejor homenaje" a Alfonsín.