El enojo no baja en el Gobierno porteño. Este viernes a las 10 de la mañana, Alberto Fernández recibirá a Horacio Rodríguez Larreta para conversar las medidas que anunció el Presidente con el fin de restringir la circulación y bajar los contagios de la segunda ola de coronavirus en la zona del AMBA. Molesto por la falta de consulta y la vuelta de la virtualidad, el jefe de Gobierno llevará números oficiales que muestran la cantidad de infecciones dentro de las clases presenciales y baraja la alternativa del formato mixto para no perder, del todo, la batalla política.
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Las clases presenciales son el caballo de batalla del larretismo y de Juntos por el Cambio para disputar el electorado. En conferencia de prensa, Larreta anunció que llevarán el caso a la Corte Suprema, algo que especularon podría ocurrir este viernes, y pidió un encuentro con Fernández. La reunión fue solicitada formalmente por el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y el jefe de Estado accedió.
Desde el entorno de Larreta anticiparon que le llevarán las estadísticas de estos meses de clases presenciales, "que son congruentes con las que le mostró el ministro de Educación, Nicolás Trotta, donde queda claro que el nivel de contagios fuera del aula es superior a dentro del aula". El problema es que Fernández tomó la decisión con conocimiento de esos datos, por lo que pareciera un callejón sin salida. En diálogo con A24, el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, pidió más tiempo para analizar el impacto de las medidas adoptadas la semana pasada y reiteró que los chicos en los colegios no aumentan los contagios. A ese argumento obedecerá la presentación de las estadísticas: solicitar más días de monitoreo.
La propuesta que Larreta le llevará a Alberto: clases sin transporte
Por eso, no descartaron presentar una propuesta alternativa. Una suerte de sistema mixto en el que la presencialidad esté restringida a aquellas familias que no tienen que usar el transporte público para ir al colegio, ya sea porque tienen auto particular, lo hacen caminando o en bicicleta. De todos modos, dijeron que el impacto sería menor al 2%, por lo que no habría gran diferencia. Desde el Ministerio de Educación porteño adelantaron que manejan varios escenarios pero no especificaron cuáles y dijeron desconocer cuál será la elección que Larreta llevará ante el Presidente.
La duda, si es que cabe la palabra, es cuál será la reacción del Gobierno. El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, anticipó la postura anoche en C5N: "Espero que el jefe de Gobierno recapacite", reconozca el trabajo hecho hasta ahora, incluida la campaña de vacunación, y "se ponga a disposición para salvarle la vida a los porteños y las porteñas".
Así, la tensión, lejos de bajar, continúa en aumento. En redes sociales, Alberto Fernández recordó que hace dos meses Santilli aseguró que suspenderían las clases presenciales ante una segunda ola. Algo que también recordó Axel Kicillof sobre charlas privadas entre los mandatarios. Esa postura quedó muy atrás en el tiempo y le dio paso a la confrontación.
Un día después de los anuncios presidenciales, desde el Gobierno porteño mantenían la postura crítica por una supuesta "intervención" de la Ciudad, rechazando cualquier tipo de control de las restricciones por parte de las fuerzas federales, algo que volvieron a tildar de inconstitucional y también plantearán en la reunión con Fernández. La legisladora porteña del Frente de Todos, Lorena Pokoik, cuestionó esta postura en El Destape Radio: "Mienten e intentan confundir a la gente con palabras sencillas que nos obligan a salir a explicar cosas muy básicas. Las fuerzas de seguridad nacionales no van a hacer nada distinto a lo que ya están haciendo".
Sobre la reacción porteña, Kicillof fue realmente duro. Dijo que la Ciudad es el epicentro de la segunda ola de coronavirus, impulso que se trasladará al conurbano bonaerense por una cuestión de proximidad, apuntó que las camas del sector privado están colapsadas y alertó que este año hay que enfrentar una enfermedad más fuerte y más rápida. Por eso, respaldó de forma tajante las medidas del Presidente.
De todos modos, la dureza no sólo correspondió a Kicillof o el propio Fernández. Pokoik remarcó que en el Gobienro porteño "dialoguistas no fueron nunca, en todo caso son unos simuladores seriales". Algo que se reflejó con la firma de Rodríguez Larreta en un duro comunicado de Juntos por el Cambio en el que rechazaron cualquier tipo de restricción pese a tener picos de contagios y muertes. En el documento, se criticó la campaña de vacunación y la cuarentena establecida el año pasado, así como la falta de recursos. Recursos que la Ciudad no puso para ayudar a los sectores más vulnerables.
Enojo en el Congreso
Las medidas adoptadas por el Gobierno nacional generaron rechazo en todo Juntos por el Cambio. Como es habitual, emitieron varios comunicados para repudiar la falta de consulta y la suspensión de las clases presenciales. Tanto en la Ciudad como en la provincia se quejaron de la ausencia de comunicaciones, el problema fue que las posturas públicas de la mesa nacional opositora ya habían sentado la posición de sus dirigentes.
Con un proyecto de resolución del diputado Facundo Suarez Lastra, con la firma de otros compañeros de bancada como Mario Negri, Graciela Ocaña o Carmen Polledo, repudiaron las medidas porque "su implementación significa una clara violación a la autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y consecuentemente, representan una amenaza al federalismo nacional".
En los fundamentos, hablaron de "agravio" y "bombardeo" por parte del Gobierno nacional. Para los y las diputadas, las decisiones "implican un avasallamiento de la autonomía, una virtual intervención de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en momentos en que el país se ve desbordado por una segunda ola de la pandemia, para la cual el Gobierno Nacional no tomó precauciones ni sanitarias ni económicas".
Los legisladores buscaron, al igual que lo hicieron los mandatarios porteños, poner a la Ciudad como un ejemplo. Dijeron que pese a que Larreta no estaba al tanto de las medidas, "retomará el diálogo y las negociaciones con el Poder Ejecutivo Nacional para analizar la situación sanitaria y discutir las disposiciones repudiadas" porque "impera la vocación al diálogo y la búsqueda de consensos".
Después de acusar una presunta actitud negativa de los gobiernos peronistas para con la Ciudad, "un territorio donde sistemáticamente se le negó la victoria en las urnas", señalaron que estas decisiones, sobre todo la que implica la presencialidad escolar, "no deberían quedar en manos de una única persona que se jacta de tomar medidas en soledad, sin transparencia ni respetando evidencia científica alguna".